Aunque no seamos demasiado de San Valentín –cuando quieres a alguien se lo demuestras cada día y da lo mismo que sea 14 de febrero o 25 de agosto– , hay que reconocer que nos encantan los detalles. Pero detalles de verdad, no nos referimos a osos de peluche, ni pétalos de rosa por todas partes… Nos referimos a regalar a aquella persona especial algo que le haga brillar los ojos. La opción que nunca falla: regalar música. Aquí te recomendamos una lista de los mejores discos del mes de enero, de todos los géneros y para todos los gustos. Estamos seguros de que escojas el que escojas le encantará.

ARLO PARKS – Collapsed in Sunbeams (Transgressive, 2021)
La contundencia del conjunto
A pesar de que Arlo Parks lleve un par de años en la órbita del r&b internacional, parece importante no perder de vista que esta artista inglesa apenas viene de cumplir los veinte años el pasado mes de septiembre. Hasta ahora la habíamos escuchado a cuentagotas: en 2019 lanzó Sophie, su primer EP; desde entonces se había dedicado a coleccionar singles. Esa colección, con el añadido de unas cuantas canciones -casi todas ellas ubicadas en el tramo final del álbum-, es la que compone Collapsed in Sunbeams, su primer LP. Introducido por un corte homónimo que resulta ser un breve poema recitado con un arpegio de guitarra acústica como acompañamiento, el disco se despliega a continuación: la fusión de elementos tradicionales del r&b -la presencia del piano es dominante- con el arrastre de la escena indie-rock contemporánea –que conlleva la presencia poderosa de los bajos y la guitarra eléctrica–, sus canciones conjugan con limpieza la poética suave anunciada por el primer corte del disco con una fuerza rítmica que las hace despegar en acordes mayores. Caroline encarna todo aquello que Arlo Parks venía prometiendo; Bluish se encarga de certificarlo y extenderlo hacia el futuro –que es amplísimo, amplísimo en su caso; lo ocupa prácticamente todo–.
Por Adrián Viéitez.

AARON FRAZER – Introducing (Dead Oceans, 2021)
Entrar a bailar
El revival retro de la tradición Motown pega fuerte en el mainstream americano: si hace unos años aparecía fulgurante la figura de Leon Bridges con su fabuloso Coming Home -que le sirvió para, a partir de ahí, construir una identidad más disociada de sus referentes-; ahora es Aaron Frazer quien recicla una serie de usos instrumentales -desde una omnipresente sección de viento con trompetas y saxofones que recorre todo el disco hasta una eliminación casi total de guitarras y el reemplazo de la batería por otros usos de la percusión- para presentarse ante el mundo en solitario. Introducing… sirve, como bien indica su nombre, para pavimentar el acceso de Frazer a la escena musical: el resultado posee el sello inconfundible de esa aspiración crooner de los artistas soul de los años 70; al mismo tiempo, una inteligente introducción del sintetizador le proporciona un empaque contemporáneo difícilmente eludible. No se puede ignorar que Aaron Frazer quiere introducir al pasado en el más inmediato presente; tampoco se puede ignorar que su voz en falsete constante sirve para entrar a bailar… o al menos imaginarlo.
Por Adrián Viéitez.

RHYE – Home (Loma Vista, 2021)
Una declaración de intenciones
Tan solo un año después de su último disco, la banda canadiense vuelve con un álbum continuista pero sin necesidad de arriesgar, ya que la esencia de Mike Milosh, cargada siempre de luz, calma y optimismo se hace hoy más necesaria que nunca en estos tiempos de constante incertidumbre. ¿Cuántos artistas arriesgaron su identidad para acabar con críticas que echaban de menos sus primeros trabajos? Si bien la música es el único antidepresivo que puede tomarse a demanda, sin riesgos y sin prescripción médica, Home (Lome Vista, 2021) lo nuevo de Rhye nos abre las puertas de la inspiración, la imaginación, la concentración y el bienestar en un momento de angustia y bloqueo creativo a través de la sensualidad, lo sensorial, la calidez y el R&B. Recuerda a Sade y a Whitney; nos guía hacia la resistencia y el fluir, la responsabilidad, el camino a casa.
Por Sara Ferco.

ARIANA ABECASIS – Adiós, no es para siempre (Luup Records, 2021)
Explosió d’emocions
La nova estrella de Luup Records s’ha estrenat deixant-nos entrar en cadascuna de les seves galàxies personals. Un treball sincer, bonic, cuidat i que s’escapa de qualsevol etiqueta i estil que el vulgui atrapar entre els seus paràmetres musicals. A través de les seves deu cançons de sonoritats i emocions diverses –des del toc urbà a Cupido fins a la balada cegadora Adiós, no es para siempre, tema que dona títol a l’àlbum– Ariana Abecasis ens canta en anglès i en castellà sobre l’acumulació de sentiments i melodies que l’han portat a destapar-se amb aquest primer treball. Una carta de presentació atrevida on també s’ha jugat amb músiques llatines, trap i electrònica, sempre seguint la línia personal d’Abecasis. Gravat sota la producció de Joan Borràs (Oques Grasses) i mesclat per Joe Laporta (darrere de Fleet Foxes, Shawn Mendes o FKA Twigs) i Randy Merrill (amagat entre el millor de Harry Styles, Katy Perry o Adele) no es podia esperar menys.
Per Savina Muros.

JULIA – Casa (Hidden Track Records, 2021)
Casa de sons
Benvolguts, passeu, passeu. El duo d’Alcoi, Julia, us convida a la seva Casa, el seu refugi, la seva nova direcció musical. No és un títol elegit a l’atzar. Poseu-vos els auriculars, tanqueu els ulls i deixeu que el pop sintètic d’Estela Tormo i Lídia Vila us obri les portes de la vostra nova llar. Familiaritat, caliu i sons i lletres acollidores que a través de les vuit cançons (o racons) ens passegen per la tradició i el back to the origins a la recerca de l’originalitat d’aquest. Un pas enrere, un retrocés a l’origen evocant la seva experiència amb els treballs anteriors per tal de fer un salt endavant cap a aquest experiment sonor. Una barreja de digital i analògic marcada pel costumisme de sons domèstics i l’electricitat de guitarres i sintetitzadors. De Tradicional a Ut, passant per la bonica L, amb un videoclip que enamora i dibuixa petits somriures. La tornada a aquesta Casa no té pèrdua.
Per Savina Muros.

SHAME – Drunk Tank Pink (Dead Oceans, 2021)
Incontestable explosión
Nunca es fácil igualar un gran debut; estar a la altura de las expectativas generadas. A veces lo mejor es tomarse el tiempo necesario, descansar y volver con más artillería, exactamente lo que han hecho los jóvenes londinenses Shame. La jugada no les podía haber salido más redonda. Tres años después de su prometedor estreno Songs of Praise (Dead Oceans, 2018), presentan un Drunk Tank Pink impecable que se muestra como un depresivo aullido interior que lanza la ansiedad contra la pared. Explorando nuevos ritmos y sonoridades, siempre partiendo del post-punk, realizan un interesante y logrado recorrido desde la aparente luminosidad de Nigel Hitter hacia zonas más oscuras como Snow Day, para acabar con la catarsis final recitada que es Station Wagon, negro total. El nombre escogido para esta segunda referencia tampoco parece casual, siendo esa tonalidad del color rosa conocida por usarse en los 80 para calmar a los presos agresivos. Ya tenemos uno de los trabajos más destacados de este recién estrenado 2021, y desde ya deseamos poder disfrutarlo en directo antes de que el año acabe.
Per Mikel Agirre.

MADEE – Eternity Mingled With The Sea (BCore, 2021)
Retorn en plena forma
Escoltant Eternity Mingled with the Sea sembla mentida que els Madee hagin trigat 14 anys a treure el seu cinquè disc. Després d’un prolongat silenci que ha fet revalorar la seva obra pretèrita, la banda de Cabrils torna en plena forma amb el seu rock obscur, plagat de referències romàntiques i d’influències grunge. El poeta estatunidenc Mark Swanson dibuixa a través de les seves lletres un espai oníric en el qual fluctua el disc, gravitant sobre els sempre energètics riffs de guitarra i la poderosa bateria d’Antonio Postius, nova incorporació de la banda. El disc arranca amb el nervi característic dels Madee, representat al binomi Night of the new moon i Under the sun i, a mesura que avança, adopta una actitud més reflexiva i madura. La veu de Ramon Rodríguez (The New Raemon) torna a brillar gràcies a la seva expressivitat, en un notable àlbum d’uns Madee que esperem que no ens tornin a fer esperar una altra dècada per poder gaudir de nou material.
Per Pere Millán.

SLEAFORD MODS – Spare Ribs (Rough Trade, 2021)
Permíteme contarte un par de cosas
El dúo de Nottingham vuelve a la carga con un buen puñado de verdades que decirnos. Siempre con la explícita crítica social como bandera, su original electro-post-punk minimalista –por intentar etiquetar un estilo que huye totalmente de cualquier etiqueta– destaca como perfecto vehículo para hacernos llegar una visión tan deprimente como verdadera de la sociedad inglesa (y mundial). Disparan a las élites, a la hipocresía, al Brexit o al racismo en época de pandemia con una propuesta efectiva y con lo justo: bases simples, que incluso se asoman a la ventana del hip-hop, junto con algún riff pegadizo. Ni siquiera les hace falta esmerarse en la producción: aquí menos, es más (y la crudeza, un gran plus). Un gancho de izquierdas tras otro en el que se cuelan destacadas colaboraciones como la de Amy Taylor y afianzan a Jason Williamson y Andrew Fearn como dos de las voces críticas de referencia, por méritos propios, de las islas británicas.
Por Mikel Agirre.

KIWI JR. – Cooler Returns (Sub Pop, 2021)
Good pop rock
A veces, con discos de pop-rock tan redondos y directos como el del caso que nos ocupa, es difícil decir qué es exactamente lo que hace a este Cooler Returns bueno a mis ojos, qué lo podría diferenciar de cualquier otro álbum del estilo y cómo podría defender esta opinión tan subjetiva más allá de un “me suena bien”. No hacen falta ni 30 segundos para darse cuenta de que Kiwi Jr. no hacen nada nuevo, quién puede decirse que lo haga hoy en día. Su primera canción suena descaradamente al rock despreocupado de Pavement, de quienes cogen prestado tanto como del power pop de Big Star o de las guitarras de 12 cuerdas de los Byrds. Su regusto veraniego puede recordar a Rolling Blackouts CF, pero con un acercamiento menos técnico y mucho más Lo-Fi. Si estas coordenadas te suenan interesantes a ti, querido lector, solo puedo recomendar que dediques media hora de tu vida en dar una escucha a este disco y, con suerte, recibir la misma impresión que yo.
Por Miguel Lomana.

BICEP – Isles (Ninja Tune, 2021)
Música para discotecas fantasma
Es el año 2021 y, para sorpresa de nadie, el Covid-19 sigue existiendo, las cifras de contagios están en datos de record y las discotecas, al menos en Europa, siguen cerradas a cal y canto. Ante esta tesitura, y conscientes de que escuchar música de club mientras practicas el autoconfinamiento en tu habitación puede ser una experiencia más bien deprimente, el dúo de Belfast Bicep ha creado una colección de temas diseñados para ser escuchados en casa, una especie de banda sonora de todas las discotecas vacías en este momento, un poco su propia versión de esos vídeos de YouTube donde ponen canciones de los 80 sobre imágenes de centros comerciales abandonados. La música del dúo mantiene los tempos del house y los ritmos del breakbeat, pero con un toque frío, lleno de reverb y samples vocales que suenan a psicofonías. No hay grandes clímax en las canciones, que simplemente nacen, siguen su transcurso y mueren, lo cual se llega a convertir en el principal defecto del álbum, la falta de momentos que se sientan trascendentes. Aún así, es un buen aperitivo para cuando regresen los clubs y grandes festivales, sea cuando sea eso.
Por Miguel Lomana.

VIAGRA BOYS – Walfare Jazz (Year0001, 2021)
Vuelven Viagra Boys con nuevas dosis de violencia y sudor
Tres años después de presentarse con Street Worms, los Viagra Boys repiten la misma fórmula, un choque entre la suciedad performativa de un grupo de sobreestimulados adultos infantiloides con algunos salpicones de auténtica inspiración melódica. Este segundo trabajo es, en cierta medida, una ampliación de lo que empezaron en su debut que, inevitablemente, ha perdido frescura tras su primer efecto como novedad, pero lo corresponden ahora con un conjunto mucho más redondo e inspirado, algo más de experimentación, guitarras punzantes, cortes de jazz explosivo y aniquilador. Desde Ain’t Nice, su tema de apertura, se incendia la chispa de la violencia y acontece como un relámpago de autodestrucción, masculinidad tóxica y decadencia. La identidad que ya se han ganado los Viagra Boys continúa, entre trompicones, durante todo el álbum, alcanzando picos de punk vibrante con Toad, e incluso destellos de optimismo en el cabaret oscuro de I Feel Alive. Aun así, eso implica que tampoco se desencasillan insisitiendo a lo largo de ese LP, en el desencanto por la vida, el consumo excesivo de drogas y llevando siempre el peso de la balanza más hacia el punk que no a su jazz trasnochado. Aunque no sorprenden, con Walfare Jazz sí han conseguido una mejora de producción y un despliegue mucho más elaborado de matices y sonido.
Por Pau Ensenyat.

WEEZER – OK Human (Crush / Atlantic, 2021)
La orquesta filarmónica de Rivers
La constante tensión entre buscar las tendencias del pop contemporáneo, complacer a una legión de fans obsesionada con el pasado e intentar reinventarse y probar nuevos estilos al mismo tiempo podría ser la razón detrás de que Weezer hayan tenido una carrera tan errática durante ya más de 25 años, llena de baches a cada nuevo trabajo que ha ido saliendo. Eso, o que su líder Rivers Cuomo ha ido siempre haciendo lo que le ha dado la santísima gana sin hacer mucho caso a nadie más. El penúltimo truco bajo la manga del grupo californiano es revestir sus nuevas canciones en arreglos de cuerda y sonidos orquestales, tomando fuerte inspiración de la cara b del Abbey Road o de los idolatrados por Cuomo Beach Boys, bajando un tanto las revoluciones pero manteniendo la esencia del cancionero Weezer. El resultado es un disco realizado con un gusto innegable, mucho más digerible y acertado que prácticamente todo lo que han hecho desde su genial White Album (2016), cuyos concisos 30 minutos de duración hacen que no nos de tiempo a echar a los Weezer guitarreros que conocemos.
Por Miguel Lomana.

BUCK MEEK – Two Saviors (Keeled Scales)
Una canción de amor/Una noche de verano
El talento escondido detrás de los dos discos que la banda Big Thief lanzó durante el año 2019 –a saber: UFOF y Two Hands– parecía innegable por sí mismo, pues bien: su vocalista y cabeza visible, Adrienne Lenker, lo reafirmó con la grabación de un soberbio doble álbum titulado songs/instrumentals que, tras ver la luz el pasado mes de octubre, conquistó a la crítica internacional convirtiéndose en uno de los trabajos más aclamados de todo el año 2020. Su partner in crime al frente de Big Thief, el guitarrista y segundo vocalista Buck Meek, no ha querido ser menos: apenas unos meses después de la aparición de songs/instrumentals hace lo propio con Two Saviors, un disco en el que Meek reivindica un camino muy distinto al emprendido por Lenker. Si ella renovaba la tradición folk con una intuición progresiva y electrónica muy bien implantada, Meek se recoge en un imaginario country muy específico, apelando al cancionero norteamericano con una colección de temas de apabullante sencillez en las que el sonido de la guitarra acústica se eleva sobre todo lo demás, con la reverberación de un órgano subrayando esa ascendencia folclórica. Si bien el disco incurre en cierta candidez con la acumulación tonal de las canciones, el rigor de su apuesta es inapelable.
Por Adrián Viéitez.

LAVANDA – Llinatge del desig (Vida Records, 2021)
Esperat debut
Ja el tenim aquí. Després d’esperar des del confinat juny de l’any passat Lavanda ens porta el seu esperat disc debut. Qualitat i sensibilitat és el que esperàvem d’un Dani Poveda que fa anys que toca la música de ben a prop i que, com a director del Vida Festival, ens ha sabut portar autèntiques joies. Doncs així ha estat. Acompanyat del productor Jordi Casadesús, Llinatge del desig ens mostra un pop sofisticat, cuidat i precís. Un àlbum que a través dels seus temes ens parla de dualitats, d’enfrontaments personals que tots hem hagut d’intervenir des del nostre interior: els desitjos i la privació d’aquests a conseqüència de la mirada de la societat. Sempre crítica. Sintetitzadors, pianos minimalistes i el mateix detallisme que ja ens va avançar amb el seu primeríssim single, Tant s’incrementa, adaptat d’un poema de Joan Vinyoli. Un treball elaborat i revisat amb paciència i detall perquè els seus oients segueixin les mateixes passes. Que l’escoltin amb l’orella posada a tots els secrets que amaga.
Per Savina Muros.

MABEL FLORES – Meraki (Mushroom Pillow, 2019)
Passa, que Meraki t’espera.
Mabel Flores publica el seu segon àlbum, un recull de 10 cançons plenes de vitalitat i energia que t’inciten a apagar l’alarma de les 7 del matí o abandonar la torrada cremada i preparar-te per fi aquell esmorzar que tant has imaginat. Meraki t’empeny a frenar la vida. Després de l’intimisme d’Entre Mujeres, l’autoedició del 2018, arriba aquest repertori ple de rumba, calypso, merengue i cúmbia unit amb ritmes electrònics. Aquests ritmes enèrgics no impedeixen però la lírica tan detallada i cuidada. Un àlbum mimat tant per l’artista, com pel seu productor Carlos Manzanares. Batejat amb el nom en grec de cor i ànima, m’agrada pensar que es refereix al de les més de 300 mecenes que han fet possible la seva existència i que tots nosaltres podem gaudir-lo i adorar Mujer Incendio la que per mi regna l’àlbum, la cançó que visibilitza l’empoderament femení. De la mateixa manera que ella ho va aprendre, ara la Mabel ens ensenya amb Meraki que música, vida i felicitat tenen un sol significat.
Por Clàudia Jiménez.

ANABEL LEE – Anabel Lee (Autoeditado, 2021)
Abriendo la puerta sin llamar
Álbum debut para los tarrasenses Anabel Lee (pronunciado <<lee>>, de leer), grupo seleccionado para el proyecto Incubadora Musical 2020 de las Cases de La Música que sin duda dará mucha guerra en los próximos años. Once primeros cortes que escupen sin descanso la energía acumulada de toda una generación, con su hartazgo, la incertidumbre y las ganas de soltar un grito de una vez por todas. Pocas etiquetas valen en este contexto. Punk-pop, power-pop o indie-punk-rock, llámese como cada uno prefiera, su sonido es familiar a la par que fresco y engancha a la primera. Sin necesidad de florituras en el discurso, temas como Tardes muertas o La mejor canción del año dan una clara muestra de las cuestiones que rondan en la cabeza de cualquier chaval de veintipocos, a la vez que, a modo de desahogo, dan un golpe en la mesa para decir: “Hey, ¡que estamos aquí!”.
Por Mikel Agirre.

Midnight Sister – Painting the Roses (Jagjaguwar, 2021)
Pintura eléctrica
Cuando Doctor Says empieza a sonar, uno intuye que el registro de Midnight Sister se puede ubicar dentro de ese género, más o menos laxo pero bastante institucionalizado, del folk-rock contemporáneo. Esa era, en líneas generales, la vía que este dúo californiano había explorado en Saturn Over Sunset, su álbum debut. Sin embargo, Juliana Giraffe y Ari Balouzian reemprenden su camino unas cuantas veces desde Doctor Says, la primera canción del disco: su comprensión del género musical se flexibiliza rápido, su imaginación instrumental se expande con cada canción y cada corte parece apelar a una tradición distinta, desde el rock progresivo de la Velvet –con Giraffe oscureciendo su voz à-la-Nico en Dearly Departed– al art-pop de Bowie o la música disco de finales de los 70. Painting the Roses es, en definitiva, un bólido impredecible, un espacio de encuentro y de creatividad desatada; en su abrazo al caos se puede llegar al mareo, pero el riesgo merece ser tenido en cuenta.
Por Adrián Viéitez.
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