En apenas unos días te toparás con mil listas de lo mejor del año. Mejores discos de 2018, mejores películas de 2018, mejores canciones de 2018, mejores series de 2018, mejores videoclips de 2018, mejores novelas de 2018, mejores conciertos de 2018… Pero ese momento todavía no ha llegado, así que de momento quédate con los mejores discos de noviembre.
Y si quieres hacerte tu propia lista (¡déjanosla en los comentarios!) puedes darte un paseo por las listas de los mejores discos de enero, febrero,marzo, abril, mayo, junio, julio-agosto, septiembre y octubre porque aquí está el best of the best.

THE NEW RAEMON – Una canción de cuna entre tempestades (BMG, 2018)
Música que te besa
Las canciones de The New Raemon son ligeras como un entrante, pero caen en el estómago -y en el corazón- como un plato de cocido. Más de una vez me he encontrado tarareando y remasticando Elena-na o La cafetera, temas de su primer disco, A propósito de Garfunkel (BCore Disc, 2008). Con solo dos vueltas a Una canción de cuna entre tempestades tengo claro que tararearé Wittgenstein mientras hago cola en el súper o Cielos estrellados cuando ponga la lavadora. Precisamente por esto les admiro tanto. Melodías simples con mensaje, un paisaje costumbrista, pero sumamente elaborado. Once flechas que te atraviesan sin darte cuenta y que causan algo que no me atrevo a llamar herida, pero que sí cicatrizan. Quizás me he pasado de romántica. Quizás no.
Por Carlota Purple.

THE GOOD, THE BAD & THE QUEEN – Merrie Land (Studio 13, 2018)
Circo
Damon Albarn (Blur / Gorillaz), Paul Simonon (The Clash), Tony Allen (África 70) y Simon Tong (The Verve) sacan segundo álbum nueve años después de su debut. Tema principal: el Brexit. Merrie Land es, al parecer, la expresión artística de lo que The Good, The Bad & The Queen sienten al respecto. Básicamente es la teatralización de la salida del Reino Unido como lo que ven: Albarn canta sobre lo mucho que ama a su país y sobre lo mucho que odia a sus rancios votantes. El resto del grupo pinta el ambiente circense. Escucha Lady Boston para imaginarte a la trapecista columpiándose hacia delante y atrás de manera hipnótica, Gun to the head para ver a los acróbatas y Merrie Land para el característico sonido de Albarn. Para un poco más de caña acude a The last man to leave.
Por Nadia Dubikin.

THE SMASHING PUMPKINS – Shiny and oh so bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun. (Napalm Records, 2018)
¾ no hacen un todo… pero me ha gustado
Voy a tener que decirlo con la boca pequeña y sin hacer demasiado ruido, pero Shiny and oh so bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun me ha gustado. Estoy en bucle con Knights of malta y no entiendo cómo vosotros no. We have to make this happen, I am gonna fly forever… Lo reconozco, yo también he dicho sobre otros grupos aquello de ‘mi gistibin mis intis’, pero es que quizás no haya que comparar tiempo pasado con actual. Vale que Smashing Pumkins nos ha dejado temazos, pero tenemos que intentar tener la mente abierta y darle a este disco la escucha que se merece. ¿Solara? Temazo. ¿Marchin’ on? Temazo. ¿El videoclip de Silver sometimes? Ojalá se pudiera vivir dentro de él… ¿alguien más está all in para vivir en Halloween todo el año? Vale, entiendo que de cara a la galería lo pongáis verde, pero ahora que nadie os ve podéis darle a play y sonreír. Que no os lo van a cobrar.
Por Carlota Purple.
The Smashing Pumpkins es la primera banda confirmada para el Doctor Music Festival. Los norteamericanos serán los encargados de inaugurar esta nueva edición la noche del jueves 11 de julio. Un día después actuarán en el Mad Cool.

MUMFORD & SONS – Delta (Universal Music / Island Records, 2018)
Crescendo
In crescendo tiene como definición: un aumento gradual de la intensidad del sonido de un pasaje musical. Y, para mí, es la descripción del nuevo álbum de Mumford & Sons. Cada una de las canciones que lo conforman insinúan que hay más. Más ideas, más historias, más instrumentos, más fans. Más géneros que se suman al folk que los acompaña desde sus inicios. Delta tiene formato concierto, te invita a golpear el suelo rítmicamente hasta venirte arriba hasta que tu vecino te pida que pares. Para lograr esa magia del directo, se fueron con Paul Epworth (Adele, Florence and the Machine, Coldplay) a la Epworth’s Church Studios a grabar su nuevo material cargaditos de ideas. Sus temas denotan la evolución de cada uno de los integrantes. Claro que existe la crisis de los 30, pero la melancolía tiene ritmos dignos de ser coreados por miles.
Por Maca Arena.

RITA ORA – Phoenix (Atlanic Records, 2018)
Nostalgia en la pista de baile, lo nuevo de Rita Ora
Unos con otros se entrelazan. Se reproducen unas en otras, y no hay rellenos. El regreso de Rita Ora viene marcado por la separación con Roc Nation y firmar con Atlantic Records, con quien la vemos más libre. Seis años para este segundo álbum empoderado y resurgido. Colaboraciones que suenan de maravilla como con Julia Michaels, Liam Payne o Avicii –el homenaje del disco–. Los temas se destiñen en R&B (Only want you), bandas sonoras (For you) o dance (Lovely Together). Un álbum versátil donde también sentimos los desgarros y sollozos de la británica como en el cierre (Soul survivor). En Phoenix la nostalgia se abraza a la pista de baile a la perfección en doce temas o 16 en su versión Deluxe.
Por Jessica Cobos.

BOB DYLAN – More blood, more tracks (Columbia Records, 2018)
Nada dice feliz navidad como una reedición
Llega fin de año y los de las discográficas se frotan las manos pensando en sacar recopilatorios de artistas que nunca fallan. Lo digo tanto por el White Album que comentamos más abajo como por este (More blood, more tracks). Que j*der, todos amamos a Bob Dylan, pero quizás no hacía falta. Como te puedes esperar, More blood, more tracks bebe de su trabajo Blood on the tracks, el cual empezó a grabar en New York en 1974 en un ambiente de total caos con músicos que no se sabían sus canciones, sin permitirles ensayar antes de la grabación y enseñándoles los temas con la pieza anterior todavía sonando… En fin, cosas del bueno de Bob. Así que si te gusta el trabajo del americano no dudes en pedirle a Papá Noel, a los Reyes Magos o al mismísimo armadillo de navidad la versión deluxe del disco, que tienes 87 temas con los que ahuyentar villancicos.
Per Carlota Purple.

MARK KNOPFLER – Down the road wherever (Mercury Records Limited, 2018)
Carretera y manta
Mark Knopfler vuelve con sabia nueva. El que fuera fundador y cantante de Dire Straits presenta su noveno disco en solitario: Down the road wherever. A sus 69 años dice no importarle el éxito, sino la autocomplacencia. Por eso, este conjunto de 16 canciones mantiene intacta su esencia y el sonido de su legendaria guitarra, y nos brinda la oportunidad de coger una carretera, la que sea, y desaparecer del mundo un rato. Necesario.
Por Sara Ferco.

JEFF TWEEDY – Warm (dBpm Records, 2018)
Tú me llevas a un lugar que es como mi casa
Últimamente me ha dado por pensar algo, fruto de un desarraigo que vengo sintiendo desde hace ya tiempo atrás. He pensado que es posible que, en el momento en que me marché de mi casa a los 17 años, se terminase para siempre el hecho de sentirme cobijado por la palabra ‘hogar’. O quizá no sea para siempre, sino hasta que yo consiga crear uno para mí mismo. De momento, pico de aquí y allá sentimientos que se puedan acercar a ese calor lejano, a ese latido que rara vez ocurre dentro de mi pecho.
Lo consigo, por ejemplo, cada vez que regreso a Boyhood, esa película que es como una escultura de mi infancia dirigida por Richard Linklater. Cuando la vi por primera vez ya conocía el trabajo de Wilco, pero reconozco que fue con ella, y gracias a un repetido visionado que integró su banda sonora en mi imaginario íntimo, cuando la música de Jeff Tweedy se convirtió en algo que me remite a casa. Es curioso, por eso, leer el nombre del que es su tercer álbum en solitario, el segundo reciente tras Together at last (Anti Records, 2017). Ese título es Warm. Su primera canción, Bombs above, dice así: ‘He dejado atrás un sendero de canciones / desde la más negra oscuridad al sol más brillante / he perdido mi camino, pero es difícil decir / que lo que yo he vivido debería importarte’. Ahí me agarra por el cuello y me envía a los días más bonitos y limpios de mi vida. Y en ellos me quedo durante once canciones. Caliente, lo más cerca de casa que podría estar.
Por Adrián Viéitez.

ANDRÉS CALAMARO – Cargar la suerte (Universal Music, 2018)
Calamaro nunca defrauda
Andrés Calamaro siempre consigue llevarme al séptimo cielo con todo lo que hace. Y este Cargar la suerte no ha sido para menos. Se trata de un disco idóneo para escuchar con los ojos cerrados y dejar que te transporte a la Argentina natal de Calamaro. Comienza con temas un tanto lentos y el ritmo y el toque rockero del artista van ganando espacio a medida que avanza la escucha. Queda muy claro en Siete vidas, donde incluso el cantante va subiendo el tono de voz, o en Falso LV, tema en el que la guitarra es la clara protagonista. En conclusión, es la perfecta combinación de los temas más cañeros con las baladas lo que hace que este trabajo sea redondo.
Por Ana López.

MON LAFERTE – Norma (Universal Music, 2018)
Una mujer baila en la discoteca con el rímel corrido
En Pasión de gavilanes, uno de los personajes más fascinantes y trágicos era Rosario Montes –interpretada por Zharick León–: apresada bajo el yugo de su amante y jefe, casi su dueño, vive un romance velado con Franco Reyes –Michel Brown–, uno de los tres hermanos protagonistas. Su tragedia permanente es perpetuada por los guionistas de la clásica telenovela en un ejercicio de coherencia fílmica: finalmente, Franco se aleja de ella ahuyentado por el poder del tiránico Armando Navarro y se enamora de Sarita Elizondo. Rosario, de esta manera, termina sola, cantando y bailando cada noche a los amores perdidos.
Hay algo bello, decadente y hermoso en ese personaje, algo a lo que, como a estas alturas ya habréis descubierto, me ha remitido Norma, el último y tercer álbum de la chilena Mon Laferte. Cáptese esta esencia en la transición entre dos de las canciones del disco: Laferte, agitada, arranca su despecho en Por qué me fui a enamorar de ti. Inmediatamente después, llora: ‘No me hagas caso / es que sólo tengo miedo’ en Quédate esta noche. Y yo me la imagino, inevitablemente, como a aquella dolorida y dolorosa Rosario Montes: bailando en la barra, con el rímel corrido de llorar, con una copa en una mano y un pitillo en la otra, anhelando, anhelando, anhelando el amor perdido.
Por Adrián Viéitez.

ROSALÍA – El mal querer (Sony, 2018)
Obra maestra, disco brillante y excepcional, refinado y callejero… de El mal querer se ha dicho de todo. Para mi una de las lecturas más interesantes es su aspiración internacional: J Balvin, Grammy Latinos, las Kardashian, Times Square… Rosalía le ha dado al flamenco una nueva dimensión. Ha sabido partir de lo local para crear un éxito global, ha creado para este álbum un imaginario particular – estética, referentes, narrativa, ropa, visuales, sonido y un largo etc – y ha seguido la senda que comenzó en su debut, Los ángeles (Universal, 2017), donde ya adaptó el flamenco tradicional de manera respetuosa al presente. Tres objetivos conseguidos y aún encima de cum laude (porque, por cierto, El mal querer es su trabajo de fin de grado).
Pero Rosalía proyecto es más que Rosalía persona. A menudo se habla solo de ella (y mucho), pero su nuevo trabajo no hubiera sido posible sin el equipo que la ha ayudado. Sobre todo el productor Pablo Díaz-Reixa, El Guincho; el trapero Antón Álvarez, C. Tangana; y su hermana Pili, Daikyri. El resultado es un álbum pensado al detalle tanto a nivel conceptual como estructural, que se puede consumir de dos maneras: O bien en orden, de manera concienzuda, si lo que se pretende es apreciar los matices y ahondar en la historia de fondo (cada canción es un capítulo de un libro del siglo catorce que se llama Flamenca, precisamente, y que relata cuán tóxica puede ser una mala relación amorosa). O bien saltando de hit en hit, ya que el disco funciona igual que Vibras, del ya citado J Balvin: pelotazos enganchados entre sí mediante canciones experimentales. Las mejores de esta segunda categoría son Que no salga la luna y Maldición. Así como, por supuesto, Bagdad, que ha sido el tema con mayor acogida entre el público (a mi también me impactó mucho en el Sónar) y que ahora ha entrado en la liga de los grandes (Malamente, Pienso en tu mirá y Di mi nombre) porque ayer mismo se estrenó su videoclip.
Este es el principal valor de su propuesta: pese a quien le pese, la catalana ha sabido conectar como nadie lo artístico con lo comercial, lo flamenco con lo pop, lo local con lo global, lo viejo con lo nuevo.
Por Paula Pérez.

CHROMATICS – Camera (Italians do it better, 2018)
Hipnosis cinematográfica
Los de Seattle dejan definitivamente a un lado su pasado postpunk y optan por hipnotizarnos creando atmósferas inspiradas en el sueño y el cine. Celuloide, cámaras, diálogos, sonidos, silencios. De hecho, sus canciones han sido la banda sonora de muchas películas y series. Donde mejor encajan es en una película independiente y lenta, de esas intimistas en la que se profundiza en el viaje interior de la protagonista buscando respuestas a nadie sabe qué. Blue girl te ahonda en esa intimidad triste e incomprendida, con la homónima Camera podemos imaginar la delicadeza con la que la luz se filtra por las lentes y se inmortaliza el movimiento y el suspense de House of dolls nos reafirma que la inspiración cinematográfica aúna en Camera, el nuevo trabajo de Chromatics. Su escucha es una hipnosis sensorial de la que una despierta sintiéndose tan leve como aturdida.
Por Inés Calero.

MUSE – Simulation theory (Warner Bros Records / Helium-3, 2018)
Muse cosecha nuevo álbum y siembra nuevas reflexiones
Aterriza Symulation theory, octavo trabajo de Muse, trío británico que se reunió durante los noventa para luchar en contra de las leyes de la gravedad. Pero su nueva portada nos transporta a los ochenta, década en la que se ficciona el tema de la humanidad inmersa en un universo desconocido. ¿Estamos viviendo una simulación dentro de otras simulaciones? ¿Somos el producto o la idea de otros seres superiores? Kyle Lambert, diseñador oficial de la serie Stranger things, ilustra el nuevo álbum.
Si con Drones (The Warehouse Studio, 2015), su anterior cosecha creativa, nos hizo volar hacia un futuro distópico, la nueva vendimia nos deja un sabor de boca un tanto agridulce; ya que su nuevo álbum vuelve a apuntar hacia nuevas lecturas conspiratorias sobre lo que está por llegar. Prosiguen su evolución dentro del género snynthpop. Nos sumergen en una espiral gracias a sus riffs. Despiertan la sensibilidad a través de la armonía romántica. Ampliando consciencias. El concierto de julio, en el Wanda Metropolitano de Madrid, promete un nuevo poema sinfónico decorado con chorros de luces y hologramas, que por seguro en conjunto harán que las masas espectadoras se acerquen a la quinta dimensión.
Por Irene Picallo.

IMAGINE DRAGONS – Origins (Universal Music, 2018)
Synthpop místico y autorreflexión
A veces empiezas a replantearte la vida sentado en el borde de la cama. Quién eres, cómo has llegado hasta aquí, tostadas o cereales para desayunar… Origins, el nuevo álbum de Imagine Dragons, es reencontrarse con uno mismo: ‘we are the face of the future’. Lejos de parecer un libro de autoayuda, el nuevo LP se compone de quince temas de su synthpop habitual. Un mundo paralelo, como una burbuja de sintetizadores, voces robotizadas y un instrumental de lujo. Me quedo con la dualidad del ukelele y la guitarra en la balada West Coast, el cambio de ritmo marcado por la percusión en Digital y Natural, el primer single del álbum, por su mensaje de superación y adaptación ante las adversidades.
Por María del Río.

THE NEIGHBOURHOOD – Hard to imagine The Neighbourhood ever changing (Columbia Records, 2018)
Nuevo pero conocido
Una miscelánea de 21 canciones ya conocidas conforma lo nuevo de este grupo. The Neighbourhood se ha subido al carro de los álbumes recopilatorios para presentarnos su último LP, con algunas canciones de sus cuatro trabajos más recientes y que ahora han retirado de los mismos para agruparlas en Hard to imagine The Neighbourhood ever changing. Es por esto que, de nuevo, no defraudan. Esta creación ha ido evolucionando continuamente desde su inicio hasta su reciente lanzamiento, dado que compila todo lo experimentado por estos cinco chicos durante este período de vivencias, tours y nuevas creaciones.
Por Alba María.

THE PRODIGY – No tourists (Take Me to the Hospital, 2018)
Tu chute de energía diario
Me mola The Prodigy porque tienen un poquito de todo lo que me gusta. Para empezar: son británicos, fueron un maldito referente durante los noventa y los dos mil, son capaces de mezclar las sobras de la cena de ayer y hacerte un temazo y son los j*d*dos padres de Smack my bitch up y Breath. Por si esto fuera poco, acaban de sacar álbum, No tourists, y tras 28 años, son capaces de sorprer (<3). El disco ha sido escrito y producido por Lima Howlett (el de los teclados) durante los últimos años, pero realmente suena a The Prodigy. ¿Qué si es tan agresivo como sus anteriores? Tanto como el tejón de la miel (animal más agresivo del mundo). ¿Qué si tiene temazos? Ponte Fight fire with fire o Light up the sky y dímelo tú. ¿Qué si van a ir a tocar a tu próxima rave? Pues depende de lo que estés dispuesto a dejarte, pero que ya molaba.
Por Carlota Purple.

PAINT – PAINT (Mexican Summer, 2018)
Lo hacemos y ya vemos, versión yanqui
Pedrum Siadatian se baja de Allah-Las para crear su primer álbum en solitario. PAINT parece surgir de la necesidad de crear nuevas imágenes musicales, y su resultado parece ser todo un collage. Con la ayuda del productor Frank Maston dan forma a un disco que mantiene el estilo beach rock de sus anteriores trabajos, añadiendo garaje, grunge, stoner y un toque psicodélico. Así nace este Frankenstein, en el que se nota que han trabajado juntos por tener ideas y estilos comunes, pero sin una meta concreta. Un disco que, por su propia naturaleza, te invita a darle al play para explorar sus sonidos, y los de uno mismo. Como dice PAINT (citando, sin saberlo, a los Javis): «you gotta just keep moving on».
Por Miguel Souto.

THE WAVE PICTURES – Look inside your heart (Moshi Moshi Records, 2018)
El otoño nunca había sabido tanto a verano
El rock alternativo de The Wave Pictures regresa con un nuevo disco, el decimoctavo de su carrera. La banda inglesa no pierde el tiempo: con 20 años de carrera, el promedio sale a casi un disco por año. Look inside your heart se presenta con toques caribeños mezclados con su particular sonido más guitarrero. La canción que da nombre al álbum define el camino del disco: el rock más ferviente y los coros cogen fuerza para dar paso a temas más folk y tranquilos, como I came to you once. Una combinación de estilos que mantienen siempre el sello de la banda, reconocible tan solo con escuchar los primeros acordes de Roosevelt Sykes, la primera canción del álbum. Un disco con más tintes veraniegos que otoñales, pero que siempre viene bien para espantar el frío del incipiente invierno.
Por Karen Montero.

KOKOSHCA – El mal (Sonido Muchacho, 2018)
Retrato oscuro de una generación
Solidez, ambición y madurez. El mal es la consolidación de la inquietud sonora de Kokoscha. Una curiosidad musical que se traduce en una inteligente mezcla de géneros que van desde el rock y la psicodelia hasta el folklore espacial de El rey o los ritmos latinos de Bom-Bom. Más allá del estilo, sin duda, la virtud de los navarros sobresale en sus letras. Desde esa atmósfera oscura y punk, hablan de su día a día y del que vive toda una generación: incertidumbre, pesimismo social, político, nihilismo y falta de creencia en el amor. Una retrato actual de unos jóvenes que tratan de mantenerse en pie a pesar de todo.
Por Inés Calero.

ZAHARA – Astronauta (G.O.O.Z. Records, 2018)
Ignition: 3, 2, 1… Let’s start
Zahara, una de las voces más dulces y carismáticas del panorama español actual vuelve a la carga con nuevo trabajo: Astronauta. Un álbum hecho con una madurez y un gusto exquisitos. La cantante andaluza se convierte en astronauta y nos invita a viajar por todo el sistema solar a través de una composición que mantiene su esencia y de un sonido que no es a lo que acostumbra a hacer, pero que no defrauda. Un vaivén de emociones en el que también participan grandes voces como la de Santi Balmes o Miguel Rivera. Un verdadero gustazo.
Por Sara Ferco.

PAVVLA – Secretly hoping you catching me looking (Luup Records, 2018)
Bendita autoterapia
Ya nos adelantó algunas rarezas y versiones en acústico de este álbum a principios de año, en su EP Homemade stuff. Paula Jornet, aka PAVVLA, se hizo un hueco más que merecido en festivales nacionales con su debut Creatures (Luup Records, 2016) y ahora continua mejorando su propio estilo, un amalgama de pop, folk, soul y electrónica. Bendita sea la terapia que la joven barcelonesa encuentra en componer. En Secretly hoping you catching me looking explora la vertiente más electrosoul de su sonido. Encandila con Unbreakable, llena de matices las melodías de Dance alone y It could be; y en Burnt to ashes la guitarra gana relevancia, acercándose a la nueva generación de cantautoras anglosajonas. Esta chica pisa fuerte, muy fuerte.
Por Inés Calero.

FLEET FOXES – First collection: 2006 – 2009 (Nonesuch Records, 2018)
Old but gold
La música de este quintento de Seattle envejece con clase y no pasa nunca de moda. Se cumplen 10 años del LP debut de Fleet Foxes, y para celebrarlo, esta banda estadounidense de indie folk ha lanzado su primera colección con un recopilatorio de sus primeros años: personalidad única, talento, poesía, gusto y placeres vividos. First collection: 2006 – 2009 son una amalgama de exitazos que incitan a pasarse la tarde entera a pie de vinilo sin salir de casa. Se te olvida por completo que anochece pasadas las 5 de la tarde. Oro puro.
Por Sara Ferco.

MATT CORBY –Rainbow valley (Universal Music , 2018)
Seducción
Introspectivo e íntimo y para disfrutar a low tempo. Los cortes de Rainbow valley fluyen como si de un río de aguas cristalinas se tratara. Las teclas de piano de No ordinary life suenan como pequeños saltos de agua. Pero esa agua no se estanca, sigue su curso, como lo hace el mismo trabajo de Matt Corby, que evoluciona a sonidos más funkies a medida que avanzan las canciones. Las voces y el piano se vuelven las piezas clave de un disco que también sorprende por sus percusiones como en New day coming. Rainbow valley sigue en la línea de su predecesor Telluric, pero aún más seductor si cabe.
Por Blanca Olivella.

JEFF GOLDBLUM & THE MILDRED SNITZER ORCHESTRA – The Capitol Studios Sessions (Decca, 2018)
Sutileza nada arriesgada
Jeff Goldblum es la enésima estrella cinematográfica que prueba suerte en el mundo del jazz. Su proyecto es elogiable por el buen gusto que destila, pero queda muy por debajo de las prestaciones ofrecidas por lumbreras tipo Clint Eastwood o Hugh Laurie. Goldblum lleva tocando el piano desde que era chico, no obstante, no ha sido hasta ahora cuando ha conseguido grabar un disco en vivo con The Mildred Snitzer Orchestra, su banda habitual. El lugar elegido ha sido los legendarios Capitol Studios, y el encargado de la producción, Larry Klein. No hay nada cómo tener ahorros. The Capitol Studios Sessions, recoge catorce clásicos inmarcesibles, destacando el instrumental Cantaloupe Island (Herbie Hancock), y diversos temas vocales: My baby just cares for me, con la colaboración de Haley Reinhart, o Come on-a-my house, con Imelda May al canto y Till Brönner a la trompeta. Bonito regalo navideño, ideal para toda la familia y que incluso aplacaría la ira de los velociraptores que perseguían a Goldblum en Jurassic Park.
Per Barracuda.

THE BEATLES – White Album deluxe 50th anniversary edition (Apple Corps Ltd./Capitol/UMe, 2018)
Estos chicos prometen
Lo sé, tengo buen ojo y se me da de diez hacer bromitas, pero es que me niego a analizar al por menor este disco en una reseña. O sea, 107 temas reeditados, reecopilados y reenfundados para celebrar el medio siglo del White album original. ¿Y qué hay dentro? Pues las 30 canciones originales que han sido producidas y remezcladas para quitarles un poquito el polvo, 27 demos acústicas y 50 tomas de sesionas que son inéditas… casi nada. A nivel trivial os diré que este disco contrasta tanto con su predecesor a nivel sonido y color, el Sgt Pepper’s, porque los de Liverpool estuvieron meditando con el Maharishi Manesh Yogi. Pero, (como todos sabemos –porque poco queda por decir sobre los Beatles que no se haya dicho–) ni la meditación fue capaz de aliviar las tiranteces entre los miembros de la banda. *emoticono triste*
Per Carlota Purple.
Autores de este artículo
