Hay artistas que se agrandan con el éxito. Cambian de barrio, de coche, de manera de vestir… Incluso cambian de amistades y actitud ante la vida. Por el contrario, hay otros que, pese a girar por todo el mundo llenando salas, pabellones y estadios, siguen sonando cercanos, sencillos, como si continuaran tocando para sus colegas en el salón de su casa. Sin duda, Santiago Motorizado forma parte de este segundo grupo. Este miércoles, el cantautor argentino presentó su primer LP en solitario Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro (Primavera Labels, 2021) y reinterpretó varios de los éxitos de su banda ante una entregada La [2] de Apolo.
La noche arrancó tímida, con una minimalista versión en solitario de la apocalíptica El Magnetismo, uno de los temas más reconocidos de El Mató a un Policía Motorizado, proyecto principal del artista argentino. Pese a habitualmente tocar el bajo, en esta ocasión, el cantautor argentino se presentó a los mandos de una guitarra eléctrica.
Ya acompañado por su banda, formada por tres músicos, el artista platense intercaló varios temas de su repertorio en solitario, con éxitos de su proyecto principal y otras versiones de grupos destacados grupos del rock argentino contemporáneo. Entre canción y canción, Santiago Motorizado no se cansaba de bromear con el público: “Vamos a tocar una canción de mi banda favorita de todos los tiempos”, aseguró antes de tocar Jazmín Chino de 107 Faunos, para después repetir antes de versionar Europa de Las Ligas Menores.
De ser fan, a escribir la banda sonora
Tras esta especie de calentamiento musical, Santiago Motorizado dio paso a los temas de su último trabajo Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro (Primavera Labels, 2021), un disco muy especial pues se trata de un compendio de canciones compuestas para Okupas, serie escrita y dirigida por Bruno Stagnaro que fue un fenómeno televisivo en Argentina en el año 2000 y que ahora ha sido reeditada en Netflix para todo el mundo.
Al reestrenar la serie, los productores tuvieron problemas con los derechos de varias canciones que formaban parte de la banda sonora original. Por temas contractuales, se vieron obligado sustituir canciones de gigantes como los Rolling Stones, The Beatles, Jimi Hendrix, The Doors, Los Redondos o Sui Generis. Y aquí fue dónde entró Santiago Motorizado, gran fan de la serie, para llenar de arte los huecos que había dejado vacío la economía.
Para ello, el cantautor de La Plata exploró el folclore argentino, como en la enamoradiza samba Muchacha de los ojos negros, que sonó majestuoso y cuyo descarnado espíritu converge con el de esta recomendable ficción de tintes tragicómicos, que muestra de una manera brutal y sin filtros la decadencia social y económica de Argentina durante la crisis económica de finales de los 90 a través once capítulos en los que se narran las aventuras de un grupo de cuatro jóvenes que ocupan una casa.
Más adelante llegó el pop clásico de Bajo las sombras, que animó de nuevo al público argentino presente en la sala. El mismo que hizo silencio para degustar un vals criollo como La juventud, con una dulce guitarra acústica sobresaliendo por encima de todo. Ahora bien, el boliche (palabra con la que se conocen las salas de fiestas y discotecas en argentina) volvió a desatarse con la garagera No puedo parar. La balada Mil derrotas y la sueva Polvo de estrellas sirvieron para cerrar el bloque sobre las aventuras de Ricardo, Pollo, Chiqui, Walter y el perro Severino.
Final a ritmo de cumbia
Después de una primera despedida, Santiago Motorizado regresó al escenario para revisitar en formato minimalista varios de los éxitos de su proyecto El Mató. El Tesoro resonó íntima, mientras que la habitualmente explosiva El Mundo Extraño esta vez pareció contenida, pero más socarrona que nunca. Para terminar, Chica de oro hizo las delicias de un respetable totalmente entregado.
Pero el compositor argentino tenía un as guardado en la manga: “No tenemos tiempo para más canciones, a no ser que quieran que toquemos un poco de cumbia”, lanzó al aire con una media sonrisa. No hay lugar para nadie más y Tonto Corazón, ambas compuestas para la banda sonora de Okupas, convirtieron la sala 2 de Apolo en una auténtica pista de baile desenfrenado.
El público quería más y, como aquel buen amigo que nunca te abandona, Santiago Motorizado no era capaz de irse sin darle lo que pedían. Así que tras otro amague de marcharse, el músico regresó a escena para rematar la noche con la rabiosa Mi próximo movimiento y una versión del You Are So Beautiful de Joe Cocker dedicada a la ciudad de Barcelona. Tras esta declaración de amor, el artista platense se marchó dando la mano a varios integrantes de un público extasiado. Y es que en la sala Apolo de Barcelona solo faltaron la casa y Severino, pues los cuatro amigos brillaron encima del escenario.
Autores de este artículo
Pere Millan Roca
Marina Tomàs
Tiene mucho de aventura la fotografía. Supongo que por eso me gusta. Y, aunque parezca un poco contradictorio, me proporciona un lugar en el mundo, un techo, un refugio. Y eso, para alguien de naturaleza más bien soñadora como yo, no está nada mal.