Tiene apariencia de lugar. Dani Cantó fundó junto a Ana Uslenghi el sello Snap! Clap! Club en el año 2011. Sandra Blaya hizo lo propio en 2019, de la mano de Miguel Alemany y la artista Carlota, lanzando el sello Futuras Licenciadas. Ambos colaboraron en la concepción de un proyecto integral para comprender cómo la escena indie pop ha tratado de mantenerse viva este 2020: el Cuarentena Fest. Dentro de su cartel estaba Eva Valero Catalán, conocida musicalmente como Cabiria, quien, a lo largo de los últimos años y junto a la propia Sandra, ha formado parte del comité organizativo del Prom Fest, una iniciativa que, en sus propias palabras, “partió de la premisa de dar visibilidad a artistas jóvenes mayormente autoeditados que no tenían espacio en el circuito de festivales español ni un público afianzado”. Dice Sandra Blaya: “ahora mismo, el underground nacional funciona como una piña”. Tiene apariencia de lugar.
La voluntad original de este texto era la de dar testimonio de algo que está sucediendo ahora mismo en el panorama indie pop estatal, pero el hecho de hablar con sus protagonistas te redirige inmediatamente: no se trata tanto del acontecimiento en sí, sino del espacio. Lo importante es describir el espacio y prestar atención. Los hechos, en este caso específico, se acumulan por accidente porque las personas involucradas actúan paralelamente a su proceso de aprendizaje. La mayor parte de las cosas suceden azarosamente y entonces lo importante está en apuntar la dirección, en señalar cómo todos los azares conducen al mismo lugar, al mismo espacio común.
Dani Cantó habla de que él y Ana Uslenghi fundaron Snap! Clap! Club con la vocación de “motivar, agitar, ser desde la música una plataforma de pensamiento y acción”. De “hacer por querer hacer”. Así, su propósito inicial era el de constituirse como club de reunión y no tanto como sello discográfico. El hecho de empezar a editar discos se dio, una vez más, accidentalmente. Fue un accidente natural.
En el caso de Futuras Licenciadas, el motor central de su fundación fue la voluntad de Carlota de contar con una plataforma discográfica propia en la que editarse. Sandra Blaya explica que ella y Miguel Alemany llevaban años con la idea de montar algo flotando en sus conversaciones, y Carlota funcionó como la chispa necesaria. Ella también insiste: “el proceso ha sido orgánico, natural; por el camino hemos contado con la ayuda de personas como Dani Cantó o el sello Jeanne d’Arc, que nos acogieron desde el principio como parte de la escena”. El hecho de que Sandra compagine su labor editorial con el ejercicio de su profesión (la enfermería) sirve como imagen preclara: este es un espacio compuesto por personas que apuestan por una idea específica de música en un gesto prácticamente tautológico. Hacer por querer hacer.
Lo que hace que un artista sea mainstream o independiente no es tanto el sello al que pertenezca sino el hecho de que el primero puede vivir de su profesión mientras el segundo no puede dejar de pelear cada día
La etiqueta de indie pop también puede ser replanteada en base al estudio de este espacio concreto. Sandra explica que Futuras Licenciadas busca “celebrar el pop y el talento joven”, aunque el catálogo que han ido conformando a lo largo de su año y medio de vida acaba abarcando más, con bandas más próximas a una concepción clásica del rock, como Cuchillas; o al punk, como Llueve Capullo. Pero Sandra estima que la expansión estilística no desdibuja el propósito inicial del sello: “sigue siendo pop, sigue siendo underground, sigue siendo suyo”.
En la misma línea, Dani Cantó señala lo siguiente: “nos gusta dar plataforma a artistes que están fuera de circuitos comerciales y hacer que lleguen a mucha más gente; suelen ser bastante outsiders (Sant Miquel, rebe, Autoescuela), personajes creativos (Stephen Please, Andrea Buenavista), que igual componen que pintan (Clara Te Canta), hacen fanzines o son dinamizadores de su escena (Evripidis and His Tragedies, Melenas, navxja). La mayoría serían un suicidio comercial para otros sellos, pero en nuestra casa tienen un espacio hábil para crecer. Hay casos como el de rebe en los que, ni aún ahora que ha fichado por Elefant Records, podríamos llegar a considerar que la escena esté preparada para una figura como la suya, pero hemos conseguido hacer que todo el mundo la conozca y hable de ella”.
A propósito de este salto entre los sellos que integran la escena indie pop más underground y otro estadio intermedio en el que se ubicarían sellos como el propio Elefant Records o Sonido Muchacho, con mayor sentido de lo comercial pero sin perder de vista la idea de dar visibilidad a artistas que irrumpen, vuelve a ser pertinente rescatar la figura de Cabiria, que este mismo año se ha incorporado a la nómina de artistas de El Volcán, otro de los sellos que podríamos colocar en ese estadio intermedio, después de editar con Discos Walden y Fikasound C’est Lindy On, su LP debut, en el año 2017.
Al respecto, Eva apunta que “lo que hace que un artista sea mainstream o independiente no es tanto el sello al que pertenezca sino el hecho de que el primero puede vivir de su profesión sin problemas mientras el segundo no puede dejar de pelear cada día por tener un espacio en el mercado. La industria musical en España es especialmente precaria y yo solo consideraría mainstream sellos como Sony o Universal, aunque es cierto que esta fusión entre las dos escenas se puede haber dado en casos específicos como el de Amaia, fichada por Primavera Sound; o Natalia Lacunza, por Sonido Muchacho”.

El caso de Cabiria es particularmente paradigmático a la hora de comprender los mecanismos a través de los cuales los artistas que conforman este espacio concreto comienzan a hacer música: “Compongo desde hace años, pero me vine arriba cuando empecé a toquetear Garage Band: me lo pasaba genial creando melodías y metiendo letras con bromas que solo entendía yo. Después descubrí Soundcloud, me encontré con gente como Daniel Daniel o rebe y eso me animó a seguir invirtiendo horas en hacer música. Pocos meses después subí un EP de 6 canciones a Bandcamp. No sabía a qué quería sonar, solo quería disfrutar trasteando con Ableton y colar unos chistes”. De aquel EP salió C’est Lindy On y, tres años más tarde, llegó la llamada de El Volcán. “Durante estos últimos tres años me he metido de lleno en la producción musical y eso me ha llevado a definir mejor mi sonido y decidir por dónde quiero tirar; me alegro de que ese crecimiento se perciba en los singles que he ido sacando este 2020”.
Grandes conglomerados de Internet llevan a cabo un reparto muy a la baja de los beneficios y dificultan que se pueda sacar un rédito real del trabajo online
A la hora de definir este lugar, es imprescindible hablar de las redes sociales. Los tres miembros fundadores de Futuras Licenciadas, de hecho, proceden de tres ciudades distintas –Barcelona, Valencia y Murcia–. En la vocación original del proyecto estaba la de tender puentes entre la escena española y la latinoamericana, como demuestra el fichaje de la banda argentina Srta. Trueno Negro, para la cual planearon una gira conjunta con Carlota que el estallido de la pandemia frustró por la mitad. La definición de un nuevo contexto que eliminó radicalmente la posibilidad de hacer shows en directo ni conciertos de ninguna clase obligó a la escena a flexibilizarse y a encontrar en las redes sociales el modo de mantenerse conectada. El Cuarentena Fest nació con este propósito en el mes de marzo.
En palabras de Dani Cantó: “Las plataformas digitales permiten que la periferia, la otredad, les artistes que siempre fueron considerades suicidios comerciales generen unos espacios 100% Do It Yourself en los que gestionan los elementos individualmente, propiciando microescenas que ya no tienen que estar atadas por la condición geográfica. Ahora artistes de aquí y de Latinoamérica se unen en un espacio de debate, un espacio de apoyo en el que compartir su trabajo. El elemento negativo, que lo hay, está en cómo estas herramientas dependen de grandes conglomerados de Internet que llevan a cabo un reparto muy a la baja de los beneficios y dificultan que se pueda sacar un rédito real del trabajo online”.
El Prom Fest nació, de hecho, como espacio físico de desvirtualización. Dice Eva: “Darnos un espacio ayudó a forjar una escena de pop casero de nuestra generación, que pedía a gritos un lugar donde exponer su trabajo; un espacio en el que sentirse como en casa”. Tiene apariencia de lugar. Tiene apariencia de casa.
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