Estoy ante la elevación más álgida posible, la de no desviar la mirada ni un microsegundo de un hombre que no hace absolutamente nada pareciendo que lo está haciendo absolutamente todo.
Ondas binaurales desmantelan el escenario de la grande de Apolo en Barcelona. La sala se convierte en una nave, nos teletransportamos. Halo azul eléctrico, luego rosa, también eléctrico. Y aparece la electricidad personificada: Spoon. Arrancan con Talk you into it, de su nuevo álbum Hot thoughts (Matador Records, 2017), que podríamos definirlo como un subidón que no baja la guardia en ningún momento, como el público que lo da todo, encendido.
Encendido por Britt Daniel, una cerilla en el escenario que con un riff lo enciende todo. Guitarra al lomo que luego descuelga para que esté en resonancia con sus entrañas. Batería, teclado, bajo… todo suena como una transición en la mente, con cambios de luz, de ritmo, fusión. Sujeta la guitarra en pie con una sola mano, con la maña de estar sujetando una pelota con el dedo índice. Del nuevo LP sólo cantan tres canciones, añadiendo Hot thougts y I ain’t the one, ofreciéndonos casi 20 en total con sus populares Inside out (They want my soul, 2014) o The underdog (Ga Ga Ga Ga Ga, 2007).
Rojo, ventilador, aire, despeinado. La cerilla parece prendida en lava o en el mismísimo infierno con la canción más rock, Don’t you evah, también de 2007, con la que parece que el batería deba morir en un ataque epiléptico. Pero no, muere Britt. Está ahí, tumbado en el suelo, en horizontal. Todo es oscuro, negro, lleno. Nadie habla. Él también se ha sumado a nuestro viaje binaural. Estoy ante la elevación más álgida posible, la de no desviar la mirada ni un microsegundo de un hombre que no hace absolutamente nada pareciendo que lo está haciendo absolutamente todo. Canta desde el suelo. Acaba levantándose, aunque al público ya lo tenía levantado.







Autores de este artículo

Jessica Cobos

Sergi Moro
Desde que era un crío recuerdo tener una cámara siempre cerca. Hace unos años lo compagino con la música y no puedo evitar fotografiar todo lo que se mueve encima de un escenario. Así que allí me encontraréis, en las primeras filas.