Doble programa en el LEM, el 17 de mayo, siempre apostando por bucear en los márgenes, siempre a la busca de vericuetos y lejos de los caminos rectos. Abrió la jornada el trío conformado por Eduard Altaba (contrabajo), Patxi Valera (percusión) y Pablo ‘Pope’ Volt, a la trompeta, en una suerte de free jazz estratosférico. Y a continuación, la eclosión del proyecto conjunto entre Tim Hodgkinson (clarinete, steel guitar) y Atsuko Kamura (voz y efectos), y su plasmación de haikus musicales en piezas en las que la improvisación era la norma.
Desde la formación de Bueyes Madereros, en 1973, Eduard Altaba ha participado en gran número de bandas y proyectos musicales y ha tocado junto a luminarias como John Zorn. Patxi Valera atesora una experiencia de más de 20 años como productor, batería y percusionista y creador del Aquafono, un sistema sonoro de percusión electrónica activado por líquidos. Finalmente, el trompetista Pablo ‘Pope’ Volt que defiende un acercamiento DIY a la interpretación y a la creación sonora.
Empezó la actuación de forma morosa, con largas notas de trompeta, que se acompasaban al pulsar del contrabajo, en una inmensidad sonora que era como sumergirse en una sima, cada vez más oscura y misteriosa. ‘Pope’ deformaba la sonoridad de su trompeta mediante sordinas, o moldeando su sonido mediante pedales y filtros. Altaba convertía su contrabajo en un instrumento preparado, en el que podía mantener en equilibrio el arco entre sus cuerdas, y hacerlo temblar como las hélices de un helicóptero. El inicio introspectivo devino tormenta sónica al final en un crescendo también acompañado por unas oportunas luces relampagueantes. Free jazz aventurado, prospectivo, impredecible y siempre interesante.
Tim Hodgkinson, nacido en 1949, es el histórico cofundador de Henry Cow junto a Fred Frith, quizás el grupo más desconocido, aunque influyente, de la historia. Por si no fuera suficiente, después formó The Work, la perfecta fusión entre post punk y vanguardia, y ha participado en innumerables proyectos. 21 años hacía de su anterior aparición en el LEM.
Junto a la vocalista japonesa Atsuko Kamura, presentaba su último disco conjunto, Haiku In The Wide World (EM Records – ReR, 2025), que convierte los tradicionales haikus en composiciones multifacéticas y en las que la improvisación forma parte intrínseca de las obras. Hodgkinson, juguetón como siempre, también incorporó poemas en catalán, como “Cauen les flors del cirerer” para demostrar que lo de “In the Wide World” es más que un título afortunado. Por su parte, Atsuko, que parecía recién escapada de la película Lost In Translation, con su imposible peluca azul, gritaba, susurraba y deformaba el sonido de papeles que arrugaba ante el micro.
Tras la petición de bis por parte del público, finalizaron con lo que resultó lo más parecido a una canción, con coda drum’n’bass incluida. Porque, si no existen limitaciones de inicio, hasta el ritmo puede convertirse en vanguardia.








Autor de este artículo
