Estoy constantemente a punto de intentar besarte. Bailamos y nos abrazamos mientras escuchamos cómo La Bien Querida y Joan Miquel Oliver cantan 7 días juntos en la sala Salamandra dentro del Let’s Festival. Creo que te deseo desde que te vi.
Joan Miquel Oliver vino a la gran ciudad de L’Hospitalet para presentar la música étnica de una isla misteriosa llamada Mallorca. Donde sus hippies aborígenes, que andan en taparrabos en cualquier época del año, cantan y bailan todo el día al son de xeremies y flabiols, muy típico de Mallorca. Su último disco, Atlantis (Sony, 2017), contiene muchas de las canciones que, junto con Jaume Manresa a los teclados y Sergi Olives a la batería, interpretó para nosotros aquella noche (entre las que destaco Posidònia, Atlantis y Rumba del temps, esta última con Oliver haciendo gala de su maestría con el guitarró mallorquin, muy típico de Mallorca). Pero no se olvidó de Hansel i Gretel, Final feliç o Flors de cactus; dejando para el final uno de sus mejores hitazos: Lego. “Las primeras eran canciones para escuchar, el segundo bloque fueron para bailar y ahora serán canciones para cantar”, nos dijo. Sea como sea, el ex Antónia Font se mantiene prudente y equilibrado (hablo de su directo, no de sus videoclips).
Por su parte, Ana Fernández-Villaverde aka La Bien Querida, presentaba Fuego (Elefant Records, 2017), su último y mejor disco hasta que saque el siguiente; y realmente para nosotros uno de los mejores discos de 2017. Dinamita, Permanentemente, El lado bueno, Recompensarte, La pieza que me falta (que interpretó, igual que en el álbum, con David Rodríguez aka La Estrella de David)… o míticas como Muero de amor y De momento abril. No hay que ser muy ávido para ver que, tanto si hablamos de temas nuevos como anteriores, sus géneros son más dispares que los ojos de Enrique Villén. Y aún así consigue mantener siempre una personalidad, una elegancia, un no sé qué, que piensas ‘solo puede ser ella’. Ana y David, acompañados de Manuel Cabezalí (bajo), Juan Manuel Padilla (batería) y Nieves Lázaro (sintetizador), ofrecieron el concierto perfecto para disfrutar con amigos: Letras en castellano (todo hijo de vecino sabe que así es más fácil memorizarlas o al menos fingir que te las sabes), ambiente muy proclive a pillarse una taja solo de birras, momentos de up y de down según nos pedía el cuerpo y, lo más importante: alegría de vivir.
Estoy constantemente a punto de intentar besarte. Bailamos y nos abrazamos mientras escuchamos cómo La Bien Querida y Joan Miquel Oliver cantan 7 días juntos en la sala Salamandra dentro del Let’s Festival. Creo que te deseo desde que te vi. Con esta pseudoelectrocumbia pasábamos la noche de este sábado de marzo, aunque algo nos decía que el concierto ya estaba llegando a su fin. Cada vez que me miras yo muero de amor. Y en cambio te hablo de paridas, te ignoro, te evito; bien pensado… No quiero nada contigo, aunque me muera de ganas. Es todo difuso y confuso, así que nos despedimos hasta la próxima cuando nos acabamos el último piti. Y luego me he ido y me han venido de golpe las cosas que te hubiera dicho, las cosas que nunca te digo, porque siempre me pasa lo mismo.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.