Qué diferente es la experiencia en los festivales y en las salas de conciertos. ¿O no?
Future Islands visitó la Sala Razzmatazz de Barcelona poco después de hacer lo propio en Madrid dentro del fatídico festival Mad Cool. La noche comenzó un tanto fría, ya que los teloneros, Hurray For The Riff Raff, dejaban bastante indiferente al público para la caña que le metían. La cantante, Alynda Lee Segarra, exigía power. Cierto es que de eso iba sobraba.
Pero la estrella de la noche era Samuel T. Herring. Está loca del coño y eso nos gusta. Baila, da patadas al aire o se da golpes en el pecho como Leonardo DiCaprio en The wolf of Wall Street (Martin Scorsese, 2013); a veces ponía voz gutural, otras te bailaba como Bad Gyal. En cierta manera se parece a Gerard Alegre, de El Último Vecino; tanto por su visceralidad como por el sonido pop de su propuesta.
Comenzaron con Run (The far field, 2017), como si vinieran a decir que desde el minuto cero nos iban a hacer sudar. Su último disco, The far field, llegó como una extraña confirmación de Singles (4AD, 2014). Confirmación porque Future Islands vieron que el sonido de Singles era su sonido y quisieron seguir por esa línea al ver el éxito que suscitó el álbum. Extraña porque por aquel entonces llevaban casi diez años funcionando sin que nadie les hiciera muchísimo caso hasta que salieron al mercado canciones como A dream of you and me o Seasons (waiting on you).
Canciones como estas no faltaron en el concierto que clausuraba la edición más ecléctica del Guitar BCN. Numerosas actuaciones en Barts – la sala propiedad de la promotora -, como Niño de Elche, Deacon Blue, Wim Mertens, Karen Souza, El Kanka, Lucy Rose o Ana Tijoux. Pero también en otras localizaciones: Rosalía y Refree en el Palau de la Música, Rosario en el Auditori del Fòrum, María Arnal i Marcel Bagés en el Teatro Tívoli, Benjamin Clementine en Razzmatazz, Jorge Drexler en el Liceu, Nora Norman en Sidecar o Ringo Starr en el Palau Sant Jordi, entre otros.
En las últimas canciones había visceralidad encima y debajo del escenario, había chicas sobre los hombros; había ambiente de festival de verano, en definitiva. Solo que no estábamos a la intemperie pasando calor o frío, rodeados de cuarenta mil personas más. Estábamos en la habitual, cómoda y popular Razzmatazz.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.