Quizá hayas perdido la cuenta de cuántas veces has visto tu película favorita, pero lo más probable es que recuerdes la primera vez que llegó a ti. Tal vez les ocurra algo parecido a Willie & Winnie, ya que este otoño estará lleno de primeras veces para este dúo ferrolano: Después de haber conquistado Galicia se atreven con Portugal y con los festivales – comparten cartel con Los Punsetes en el festival Setembro -. Y otro debut: El 14 de septiembre visitarán Barcelona por primera vez (Sala Continental, 21:30h).
Definir su sonido es difícil. Mezclan estilos como el rock, el folk, el jazz o el blues hasta llegar a un lugar nunca antes visitado. Y la historia se complica porque este proyecto no bebe solo de la música…
Hay otras disciplinas culturales, como la literatura, el arte o el cine, que forman parte del proyecto. Empezando por el nombre, que es un guiño a Samuel Beckett. ¿Qué más referencias se pueden encontrar en Willie & Winnie?
Andy: Dream for winter, el título de nuestro segundo disco es una traducción de un poema de Arthur Rimbaud, Sueño para el invierno, por ejemplo. Siempre hay un toque literario en nuestras canciones. De hecho creo que esa pulsión ‘poética’, por llamarlo de algún modo, es lo que podría distinguirnos. Eso y la teatralidad en la puesta en escena.
Elise: Que nadie espere vernos bailar (se ríe). Quiero decir, me parece algo que hay que aclarar. Cuando se habla de teatralidad se suele esperar algo casi siempre relacionado con el movimiento. Sin embargo, diría que en nuestro caso se basaría más bien en la quietud.

Habéis explicado un poquito cómo es un concierto vuestro. ¿Cómo explicaríais vuestra música para alguien que nunca la haya escuchado?
Elise: Explicar lo que hace uno mismo siempre nos ha resultado complicado, no porque lo que hagamos sea complejo, vaya, sino porque hablar de nosotros mismos no nos entusiasma. Nos gusta hacer, pero hablar no tanto. Diría que intentamos hacer algo puro y auténtico, de no ser así no tendría sentido para nosotros.
Andy: Sí, creo que nuestra música es recogida e íntima, pero a la vez muy intensa. Nuestra sensación cada vez que subimos a un escenario es que nos exponemos totalmente, y cuando uno se expone no puede no ser intenso.
Elise: Me parece difícil definir lo que hacemos. Diría que nuestra música es una mezcla de todo lo escuchado y leído. Todo está empapado de todo y creo que por eso, precisamente, ahora mismo estamos en un momento interesante para la música.
¿Qué artistas actuales escucháis?
Andy: Nos gustan mucho Marlon Williams, Ryley Walker, Bill Callahan, Mark Lanegan o, por decir alguien de aquí, Núria Graham. Creemos que muchas personas, al igual que nosotros, son como esponjas: Escuchan todo tipo de música, ya sea clásica o contemporánea, y a partir de ahí, todos desarrollan su propia voz. Como decía Godard: “No importa de dónde lo cojas, sino hacia dónde lo lleves”.
Siguiendo con el tema de las misceláneas, ahora está muy en boga el debate de la apropiación cultural…
Andy: Creemos que el mundo está sufriendo una crisis, no sólo en términos económicos, también a nivel humano, de empatía, solidaridad y de personalidad. El mundo se ha globalizado de una forma que ha traído mucha confusión.
Elise: Tal vez sea necesario un proceso de renovación, siempre desde el respeto por las culturas de todos los colectivos minoritarios que tanto dolor han padecido. Y que todavía siguen padeciendo a causa de las imposiciones de colectivos mayoritarios, en su mayoría causadas por la ignorancia y la desinformación de unos, y por la irresponsabilidad de otros… Pero para ello es necesario un acto de concienciación. Debemos promover la empatía, sobre todo en la educación de los niños y niñas para crear un buen futuro, uno donde seamos más solidarios. Pues este cambio solo se puede conseguir a largo plazo. Como dijo Emiliano Zapata: “Vamos despacio, porque vamos lejos”.

Por último, ¿hay algún mensaje que intentéis transmitir con vuestras letras?
Elise: No tenemos un mensaje global que ofrecer. Todo surge de la necesidad de transmitir algo, de abrirnos en canal. Me parece algo irremediable, e intentamos hacerlo de la manera menos dolorosa posible
Un disco.
Elise: Lorca – Tim Buckley (1970).
Andy: Five leaves left – Nick Drake (1969).
Una película.
Elise: Persona – Ingmar Bergman (1966).
Andy: Sacrificio – Andréi Tarkovski (1986).
Un lugar.
Elise: La playa en invierno.
Andy: El Parque de Belvís, en Santiago de Compostela.
Un libro.
Elise: Metafísica de los tubos – Amélie Nothomb (2000).
Andy: Viaje al fin de la noche – Louis-Ferdinand Céline (1932).
Una obsesión.
Elise: Cafe Müller – Pina Bausch (1985).
Andy: El ciclo Winterreise (Viaje de invierno), de Schubert. Y El resplandor (Kubrick, 1980) como obsesión común.
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