En este mundo de postureos y superficialidades, donde impera la tiranía de los likes y el vivir del cuento, lo mejor es ser natural. Seas como seas, go ahead —a menos que seas un psicópata o un intolerante, entonces no—. ¿Y dónde mejor para externalizar todo tu mundo interior que en un festival de música? En ese microcosmos puedes ser quien quieras ser, como si quieres ser Pikachu (sí, había un tío disfrazado de Pikachu, lo vi con mis propios ojos). Todo está permitido.
El Primavera Sound siempre se había caracterizado por tirar hacia el rock alternativo (en sus vasos coleccionables leíamos nombres como The Strokes, Pixies, Arctic Monkeys, Yo La Tengo, PJ Harvey…), pero en esta edición ha cambiado las normas. Un cartel paritario y la inclusión de géneros urbanos es el resumen de lo que representa el statement #TheNewNormal. Según el propio festival, este año “las fronteras se han derribado y lo excepcional se ha convertido en normal”. Esta apuesta hacia el futuro ha despertado haters y lovers, una división que se podía apreciar casi a simple vista dentro del Fòrum.
En Qualsevol Nit nos caracterizamos por, entre otras cosas, hablar de todo tipo de música. Sin complejos, sin barreras, sin edades, sin estereotipos. Por eso hemos intentado reunir todos los puntos de vista y así representar con la mayor igualdad posible los dos públicos de este año: los indies y los brillibrillis. Celebremos la diversidad.
Huyendo del chándal
Da igual si indie se nace o se hace, la cuestión es que quien es indie muere indie, no matter what. En sus trece estaba Francisco, de 45 años: “Yo soy muy mayor, he crecido con otra cosa, y para mi la música urbana es la que sale de las tripas”. Dijo que música de verdad era el rock and roll, el punk, el heavy, etc, y no lo que nos intentan vender como música urbana. Y se mostró indignado porque en el escenario donde la tarde anterior había visto a Kurt Vile esa noche actuaría J Balvin. “Que yo he visto aquí a Nick Cave, a Neil Young, a Patti Smith… Y este año Miley Cyrus. A VER. ¿Quién es Miley Cyrus? A ver, ¿quién es? ¿La hija de Billy Ray?”. Sobre mi argumento de que es necesaria una renovación, me respondió que intenta “estar al día de lo que hay, pero hay cosas que no”. Admitió que le gusta Kinder Malo “porque está tarao”, pero para él “J Balvin es el mal… tenemos que huir de gente como esa”.
“Vengo sin emoción”. Borja, 39
No todos se mostraron tan radicales. Damos voz ahora a Luigi, de 36 años: “Hay muchas cosas que me gustan, por suerte hay nombres importantes como Erykah Badu o Suede, y también propuestas modernas como Rosalía o James Blake; pero sí que he notado este cambio”. Un cambio que no le gusta demasiado, pues hubiera preferido un cartel parecido al del año pasado o al de hace dos, “pero es interesante porque pienso que la música tiene que avanzar y el festival tiene que proponer cosas nuevas; y lo han hecho bien porque han mezclado las modas del reguetón, trap, r&b y demás con cosas más antiguas, como el indie más noventero, más Primavera”. A su amigo Pedro, de 49 años, también le gusta la mezcla: “A veces tus gustos te limitan mucho, y así tienes la oportunidad de ver y descubrir cosas nuevas”.
Al preguntarle qué opina de este cambio a Borja, de 39 años, contesta: “Es horroroso, terrible, la han cagado… la peor edición. Yo he ido a 14, y la peor de todas esta”. Se compró el abono sin conocer el cartel porque, según sus palabras, se fiaba del criterio del Primavera Sound, y eso que “en las últimas ediciones ya estaba derivando en algo raro…”. “Pero este año, Gabi, macho, te has lucido”, añade. Paula, de 41 años, no opina igual que su compañero: “A mi me gusta más la música de otros años pero también me gusta descubrir cosas nuevas, me parece muy bien que mezclen”. Y la conversación seguía cada uno por su lado (la reproduzco íntegra a continuación porque no tiene desperdicio).
– Él: Hay menos gente, ayer había menos gente. No estaba sold out… Eh. Y otros años estaba sold out siempre.
– Ella: Ayer había una chica que cantó Britney Spears y las Spice Girls, no me acuerdo ni del nombre pero fue un conciertazo, nos lo pasamos superbién.
– Él: Aquí hay un tema y es que yo creo que ya me he hecho mayor. Este año hay otro público diferente y tienen que contentarle y darles un poco de carnaza. Pero no les ha salido bien la jugada.
– Yo: ¿No?
– Él: No, no… El cambio es terrible y el Gabi da pena. ¿A ti te gusta el festival?
– Yo: Sí, a mi personalmente sí jeje.
– Él: Pues a mi me parece terrible, pero fatal eh. ¡FATAL! ¿Pa dónde es esto?
(Les explico qué es Qualsevol Nit).
– Él: Gran parte de la culpa de las movidas es el hipsterismo este de Rockdelux y gente que está empezando a meter estas cosas urbanas.
– Ella: Es que Borja tú eres muy cerrao, hay que abrirse más.
– Él: No, no… No es cuestión de ser cerrao. Es que no me puedes poner a Suede y al lado a Miley Cyrus o a Rosalía o a…
– Ella: ¿Por qué no? Yo no estoy de acuerdo con él eh (me dice mirándome y riéndose).
– Él: Es que hay gente aquí que no tiene ni puta idea de música (levantando los brazos). ¡Ni puta idea!
– Ella: Has pillado al típico carca de festival jaja.
– Él: Pero perdón, a ver, pon en mi currículum de comentario (jajaja) que he ido a millones de festivales por toda Europa, a todos los de España, a 14 ediciones del PS… y este año, de verdad, vengo sin emoción. Es la primera vez que vengo desilusionado a un festival. Estoy rayao no… lo siguiente.
Realmente eran una familia muy graciosa, me eché unas risas. Gracias por tanto Borja y Paula.
“J Balvin es el mal… tenemos que huir de gente como esa”. Francisco, 45
“Me gusta más el indie pero es la ley de la oferta y la demanda”. Maya, de 19 años, sabía de qué iba la movida: “Si el festival quiere hacer dinero, pondrá algo que atrae a la gente. Y la música urbana es lo que atrae… Y no hay más”. Con ella iba Sara (18), que me contaba lo siguiente: “Cuando vi el cartel por primera vez sí que me sentí un poco decepcionada por ese giro hacia el reguetón y el trap. Pero ahora, estando aquí, aprecio que haya diversidad porque a veces te cansas y necesitas escuchar otra cosa para estar en otro estado de ánimo. Al final me parece una buena idea, pero entiendo que la gente esté enfadada porque yo también lo estaba al principio”.
Me flipa el brillibrilli
Están los que huyen del chandal y están los del chándal, naturalmente. Este grupo de gente es lo new. Pero, a diferencia del otro bando, ellos no tienen nada en contra de lo old. Me explico: Cruzando el puente, donde la mayor parte del tiempo se escucha algo parecido a punch punch punch, habitan unos seres curiosos. Hay tanta purpurina en las caras de la peña que casi la notas flotar en el ambiente. También hay horquillas rechamantes de esas que te ponía tu madre en 1996, riñoneras a rebosar de cosas que se fuman, pelos teñidos de blanco, outfits 100% deportivos… Ya sabes.
Me encuentro a un grupo de gente cuyo aspecto era totalemente brillibrilli. De hecho, esa palabra se creó para elles. Me explican que su look hace honor a Ariana Grande porque van vestidos como en el videoclip de 7 rings, y para mi sorpresa me dicen que se identifican más con el grupo de los indies: “We love Pixies!”, grita feliz ella. En su lista de conciertos imprescindibles estaban Erykah Badu, Christine and the Queen (“porque es francesa y amamos a Francia” —eran de París—), Jungle, Janelle Monáe… ¿Y J Balvin? “¡Oh, por supuesto!”, me contestan al unísono. “¡Y Rosalía! ¡Divina! Amamos diferentes tipos de música. Somos muy eclécticos”, dicen unos y otros.
“Yo vengo a ver a Miley”. Lourdes, 21
Normalmente la gente brillibrilli suele ser peña que todo ok. Por ejemplo Xavi, de 42 años: “Como es tan grande y hay tantos escenarios, tiene cabida todo el mundo, así que no me importa este cambio. Cada quien en su concierto y bien”. Claudia (36), le apoyaba: “De hecho así es mejor porque esta es la gracia de venir a un sitio como este, que ves a todo tipo de gente y sobre todo disfrutas con propuestas variadas porque al final estás aquí por la música”.
Esteban, de 24, también estaba feliz: “Este cambio me parece superbién, porque al final lo urbano, el reguetón y tal es lo que escucha la gente de nuestra edad. Y el Primavera tiene que reflejar eso. Me parece muy bien el salto que han dado, han dicho ‘vale esto es lo que se lleva, pues a tope con esto’”. Me giro hacia su amiga, Lourdes, de 21 años. ¿Quieres añadir algo más?, le pregunto. “Yo vengo a ver a Miley”, me responde, tajante. Y se ríe. “Eso es lo que me gusta y lo vi y dije pues voy”. Y ya estaría.
“Este cambio me parece superbién”. Esteban, 24
Un par de chicas —por su aspecto intuyo que menores— cuya madre prefirió que su identidad permaneciera anónima me explicaron qué música les gustaba a ellas: “Per exemple el Yung Beef, la Cardi B, la Rosalía… gent així”. Este año el cartel les iba como anillo al dedo. Y lo bonito es que lo antiguo para ellas era nuevo: “No acostumo a escoltar música així en plan indie i tal, però igualment m’agrada estar aquí i escoltar coses noves”.
“Yo he tenido la suerte de viajar mucho por el mundo, y la verdad es que me parece perfecto que la gente de aquí aprecie la música de fuera. También creo que está muy bien que las nuevas generaciones quieran escuchar música diferente”, añadía otra persona que prefirió no desvelar su nombre pero sí su edad —32—. Y de más abajo del estrecho nos vamos cerca del Polo Norte: “Estamos aquí para ver a Solange, Kali Uchis, Erykah Badu… venimos desde Estonia por esas artistas, no sabíamos que había habido ningún cambio en el estilo del festival”. Lisa, de 30 años recién cumplidos, se expresaba de forma amable. Poco antes había hablado con otra chica también extranjera que tampoco tenía ni idea de esa división entre públicos. Y aunque ya había venido alguna vez, no se había percatado en absoluto del cambio que había experimentado el festival.
La conclusión que extraigo después de haber conversado con casi una veintena de personas del público del Primavera Sound es que los indies solo escuchan música indie y no están dispuestos a ceder un ápice de su terreno. Se aferran a su puretismo y prefieren morir a escuchar según qué cosa. Y, en cambio, la gente joven —de edad o de espíritu— vive liberada de prejuicios. Tan pronto te disfruta con Neneh Cherry como con Tame Imapala, con J Balvin como con Aldous Harding, con Nathy Peluso como con Shellac… Cabría reflexionar sobre esto.
Este artículo de opinión se enmarca dentro de la sección ‘Trending topic’. Qualsevol Nit no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores dentro de esta sección ya que dichas opiniones no representan necesariamente la postura de la revista.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.
1 comentario en «Indies vs brillibrillis: Hablamos con los dos públicos del Primavera Sound»
J. Balvin es el mal. Gran frase, aunque peor son los gerifaltes que subvencionan este nefasto invento.