Las listas de esta sección donde recogemos las novedades discográficas llevan semanas siendo lo más leído de Qualsevol Nit. ¿Hacemos que los mejores discos de abril no sea una excepción?
Puedes acceder desde aquí a todas nuestras recomendaciones:
- Los mejores discos de 2019: enero, febrero y marzo.
- Los mejores discos de 2018: enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio-agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
- Los mejores discos de 2017: febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio – agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
BEYONCÉ – Homecoming (The live album) (Columbia, 2019)
Beyoncé en beta constante
Si Beyoncé acabase de lanzar un álbum de sus mejores éxitos en vivo, estaríamos hablando simplemente de un álbum de actuaciones en vivo más entre un millón. Pero señores, estamos hablando de Queen B. Estamos hablando de la primera artista afroamericana en encabezar el festival Coachella (2018). Con Homecoming (Parkwood Entertainment LLC, 2019), Beyoncé, ha dado un paso más allá y ha convertido arte, poesía y activismo afroamericano en este álbum que con tanto background es casi un musical. Por si fuese poco con el documental de Netflix, que recibe el mismo nombre, el álbum contiene 40 canciones que se digieren fácilmente. Desde clásicos de Nina Simone, Fela Kuti o James Weldon Johnson hasta las más típicas Crazy in love o Single Ladies remasterizadas. Todo sin olvidar un medley de las nostálgicas Destiny’s Child o el dúo con su hermana Solange, Get Me Bodied. Pero para medley ya está ella en sí misma con Homecoming: Pop, r&b, rap, reivindicación, superación y una evolución en beta constante. Eso sí, es difícil considerarlo como un álbum independiente sin el contexto del documental de Netflix que lo acompaña.
Por Jessica Cobos.
DAMIEN JURADO – In the shape of a storm (Mama Bird Recording Co.), 2019)
En la tormenta te admiro
Podemos decirlo bien alto: Damien Jurado está en estado de gracia. Apenas unos meses después de lanzar The horizon just laughed –uno de los mejores discos de su carrera, posiblemente el más inspirado desde Rehearsals for departure–, su vocecilla incesante vuelve a golpearnos con In the shape of a storm, un breve y contenido poema de amor en diez canciones que se desliza por las membranas del que escucha con la delicadeza de una gota de lluvia. La atención lírica de Damien Jurado continúa creciendo: prueba de ello es la estructura estrictamente poética de canciones como Newspaper gown, construidas para capturar imágenes de un amor devoto en la distancia. Todo este disco es, de hecho, una manera de articular palabras, de poner nombre al epicentro de todas las tormentas.
Por Adrián Viéitez.
FOXYGEN – Seeing other people (Jagjaguwar, 2019)
Ha llegado la hora de crecer
Foxygen es un grupo de dos chicos guapos con la lengua larga y letras afiladas, y eso siempre gusta. Mientras los mortales esperábamos la venida de Seeing other people, Sam France, teclas y vocal del grupo hizo una hermosa declaración que resume muy bien la sensación con la que te deja este disco “sounds like your dad’s favorite recording artist circa 1985 sneaking off to the studio bathroom for a hit of blow”. Un disco que tal y como ha comentado el dúo es una despedida de su juventud, un disco para dejar atrás todas esas mierdas que se hacen cuando eres joven, como comerte una hamburguesa de Burger King todos los domingos sin engordar. Creo que si conoces el trabajo de Foxygen y te plantas ante este nuevo, te llamará la atención que hayan conseguido transmitir lo que buscaban, comunicar esa madurez sin perder la esencia del grupo. Y claro, el resultado es espectacular, solo hace falta mirar por encima la letra de Face the facts: I’m never gonna see her face again/I’m never gonna dance like James Brown /I’m never gonna be black (nunca volveré a ver su cara de nuevo, nunca bailaré como James Brown, nunca seré negro). ¿Estamos o no ante la muerte de las fantasías juveniles? Joder, es que me encanta.
Por Carlota Purple.
BROKEN SOCIAL SCENE – Let’s Try The After (Vol. 2) (Arts & Crafts, 2019)
Las segundas partes a veces sí son buenas
Se cuentan con los dedos de una mano, como los mejores amigos. 5 son las canciones que conforman esta segunda parte de Let’s Try After, el álbum que el colectivo de músicos canadiense mostró al mundo el pasado mes de febrero. Estos dos EP’s nos hablan de una sola cosa desde varias perspectivas y experiencias sonoras: de seguir siempre adelante. Broken Social Scene fusiona su arte y su mestizaje musical, como buen colectivo de músicos, para crear siempre savia nueva. Este segundo volumen nos recibe con sintetizadores, música electrónica y experimental (que recuerda al último trabajo que Bon Iver trajo al mundo fruto de la tristeza y de la crisis existencial) y una orquestación de sonidos que plasman las múltiples personalidades que conforman la banda. Pero lo más importante de todo: este álbum reza talento y optimismo. Lo bueno siempre está por llegar.
Por Sara Ferco.
ALDOUS HARDING – Designer (4AD, 2019)
El triunfo del minimalismo
El nuevo trabajo de la cantautora neozelandesa llega en un abril que no levanta cabeza. Y la voz de Harding desprende tal sinceridad que deja de importar lo que acontezca tras la ventana. Amor, fuerza y miedo es el tridente sobre el que reflexiona en Designer. Y lo hace con un diseño minimalista: su sencillez instrumental, su entereza vocal y su sutileza lírica le otorgan semejante entereza al trabajo que cualquier otro matiz estaría de más. No pierdan de vista Heaven is empty, la canción más surrealista del álbum, donde conversa con unas cigüeñas extraterrestres y hace reflexionar sobre el hecho de tener descendencia. Entender las canciones de Harding es, hasta cierto punto, un ejercicio inútil, ya que ha reconocido que a veces incluso a ella se le escapa el significado. Quizás por ello, tal vez, desenredarlas sea aún más vital. Prueben a ver, y disfrútenlo.
Por Inés Calero.
ENRIC MONTEFUSCO – Diagonal (Universal Music, 2019)
De la Meridiana a la Diagonal, todo recto
La política y la situación social toma un papel central en Diagonal, el tercer trabajo en solitario de Enric Montefusco. Si en Meridiana el músico se centraba en sus vivencias alrededor del barrio barcelonés, ahora se sirve, nuevamente, de toques musicales tradicionales, pero sin encasillarse en ningún estilo concreto para gritar a los cuatro vientos el estado de la desfavorable etapa sociopolítica. Lo demuestra con gran avidez Himno de Europa o Hermosa España; esta última, con un gran sentido de la ironía (“Franco pinchando y Berlanga en la tumba están bailando, están bailando, y tú trabajando”). Lo suyo es casi poesía musicalizada: su creación musical va mucho más allá de estructuras. Experimentó hasta llegar a su propio estado natural, que además de tener la esencia de Standstill, inició un amplio recorrido por la música popular. Maestro Montefusco, una vez más.
Por Karen Montero.
THE CRANBERRIES – In the end (BMG Records, 2019)
El adiós
Tres niños y una niña miran a la cámara que les fotografía imponente, simulan formar parte de una banda de música. Hay juguetes viejos, trozos de madera y un par de cubos de basura. Tras ellos, una montaña de escombros. Es como si la legendaria banda irlandesa quisiera mandarnos un mensaje. Que aquí termina todo, donde empezó. Qué la alegría y la pena de los años se han ido acumulando tras ellos, en su columna vertebral. Que la vida es circular, y la infancia refugio y verdad. En el caso de The Cranberries, su vida termina allí, en la infancia, en estas 11 canciones que cierran el círculo y que son fruto de la poesía y la inteligencia de Dolores O’Riordan, que supo ver belleza en la oscuridad. Un año y tres meses después de su repentina muerte, la banda se despide con su último trabajo, el octavo de su carrera. Hasta siempre, Cranberries, gracias por inspirar a varias generaciones.
Por Sara Ferco.
NORAH JONES – Begin again (Blue Note, 2019)
Los mismos amores de siempre
Uno ha aprendido a saber qué esperar cuando se acerca a un nuevo álbum de Norah Jones. Desde Come away with me, los amores han sido los mismos: un soul aterciopelado, de gesto jazzero, que perfila palabras sobre lo emocionante que sería entender qué es lo que pasa en el interior de mi cuerpo cuando te miro. En Begin again, Norah Jones se esfuerza por crear un amasijo más ecléctico, apoyada en el deje rockero que le otorgan los dos temas compuestos en colaboración con Jeff Tweedy. Por lo demás, no hace falta mucho más que una breve escucha a It was you para entender que nada ha cambiado: quizá ese sea el misterio de la cuestión, el objetivo último de toda la discografía de Norah Jones. Un intento vano para que cada momento posea el mismo aspecto que el primero; para que el amor pueda nacer todo el tiempo. Es una lástima, de hecho, que no pueda ser así.
Por Adrián Viéitez.
THE TALLEST MAN ON EARTH – I love you. It’s a fever dream (Rivers/Birds Records, 2019)
La exploración de la soledad, el yo
Todos hemos formado parte de la batalla del desamor. El síndrome de abstinencia. Y después, la exploración de la soledad. De todo esto, una firme conclusión: sigo igual que antes, viva. El nuevo y séptimo trabajo de Kristian Matsson, el hombre más alto de la Tierra, habla del recuerdo de lo que pudo ser y no fue. La intimidad de este nuevo álbum del cantante sueco es más que evidente, sus 10 canciones fueron grabadas en su propio apartamento. Armónica, guitarra y sencillez conforman las historias que exploran la soledad y buscan un lugar dentro de uno mismo, el lugar más profundo y lejano de todos, la octava maravilla. Sonidos acústicos y polifónicos que elevan y recuerdan la época en la que The Tallest man on Earth quería vivir aventuras por el mundo desde esa perspectiva de altitud. Pero lo cierto es que ahora lo que Matsson pretende es explorar al individuo, al solo, en un escenario de nostalgia que conecta con la naturaleza sin tenerla delante. Y preguntarse cosas. Un día la madurez llega, y no avisa.
Por Sara Ferco.
MCENROE – La distancia (Subterfuge, 2019)
De las cosas sobre mí que nunca me atreví a decirme
A ver, lo intento: sobre la ambición juvenil de escurrirse entre los árboles mientras los edificios estallan. Creo que sobre eso escriben los chicos de McEnroe, que son músicos pero son también poetas y se distancian un poco del etiquetado para abrazar los cerezos. Saben lo que es importante. Pasean por las calles de Zarautz, acarician manzanas y atienden a las parejas que sobreviven al golpeo de las olas en las rocas costeras. Escucho La distancia, el sexto álbum de este grupo tan insólito dentro del panorama indie-pop español, y pienso en que mi vida no ha sido tan distinta a la del resto de personas de mi generación; en que quizá no estemos tan solos; en que quizá el amor ya esté aquí, a simple vista, en la palma de mi mano latiendo como una flor en primavera.
Por Adrián Viéitez.
CAROLINA DURANTE – Carolina Durante (Universal Music, 2019)
Amor disfuncional en tiempos de Tinder
Nos han repetido tanto lo de generación perdida, que al final nos lo hemos creído. Somos como esa promoción que la lio tanto que, año tras año, los profes repetían –hasta la saciedad– cuán problemáticos fueron. Como un bis coreado de decadencia emocional: amor disfuncional, mucho Tinder y aún más beef. En escasos dos años, Carolina Durante se ha convertido en un icono generacional. Nos representa y entiende. Desde los ‘Cayetanos’ hasta el palacio de cristal… Y ahora con Carolina Durante, su primer álbum de estudio, que ejemplifica esa montaña rusa de sentimientos disfuncionales en lo que a relaciones se refiere. El alter ego al indie mainstream necesario y letras con mensaje. Me quedo con el beef –y merecido– en Nuevas formas de hacer el ridículo, los payasos de Cuando niño, el amor en El año y la proclamación de los 20 son los nuevos 30 en Joder no sé. Este disco huele a pogo.
Por Maria del Río.
CALA VENTO – Balanceo (Montgrí, 2019)
Cántame frente a una hoguera
Solo hace falta escuchar los primeros segundos de Balanceo para darte cuenta de que Cala Vento viene a venderte algo más indie. El grupo catalán, que lleva desde 2016 enseñando patita en el mundo musical, vuelve con un nuevo álbum cargado de guitarreo y arreglos de viento. Letras ligeras para sacar una sonrisa y fáciles de recordar. No me mires enfadado porque no puedes negar que “volví de Paris, borracho de anís, buscando maneras de hacerme (¿te?) feliz” es una letra que está al nivel de complejidad del jamón york – Nueva York de Mecano. Que no lo digo en plan mal, God Save Ana Torroja. Te voy a recomendar que te sientes a escuchar y reflexiones con Solo ante el peligro y La comunidad, porque en ellas he descubierto la gran verdad. Cala Vento es mucho más que indie. Puede que las letras soft hayan semiescondido el pasado del grupo, pero nenes, esas escalas sonoras son seña del bendito emo de los 2000. Y joder, eso sí que es una verdadera fantasía. Chiques, bienvenidos a 2019, el año del emo indie <3
Por Carlota Purple.
THE DRUMS – Brutalism (Anti/Epitaph, 2019)
Pop casual de manual
The Drums abraza levemente la electrónica sin perder el costumbrismo pop en Brutalism. La melancolía vuelve a ser el plato principal de Jonny Pierce tras la despedida de Adam Kessler, Connor Hanwick y Jacob Graham de la banda. Lo personal se apodera del quinto disco del grupo, que es el más íntimo hasta la fecha tras pasar una turbulenta etapa de desamor y de inestabilidad emocional. Prueba de ello son Nervous o 626 Bedfort Avenue, canciones honestas que, si bien tienen poco de los inicios de The Drums, conservan la base pop facilona que siempre les ha caracterizado. Gracias a ello, Pierce hace que temas tenebrosos como los compuestos durante su rehabilitación, sean tan bailables como cualquier otro. Un disco que, aunque intente renovarse con toques electrónicos y frescos, parece que continua la misma línea un tanto básica y sin demasiadas pretensiones estilísticas, por lo que puede dejar un poco indiferente en general.
Por Karen Montero.
PETER DOHERTY & THE PUTA MADRES – Peter Doherty & The Puta Madres (Strap Originals, 2019)
Babies, Pete Doherty tiene nueva banda
Me gustaría ser un poquito shady y decir que el bueno de Peter tiene nueva banda porque ha quemado a las anteriores y necesita alimentarse de jóvenes para poder sacar un nuevo trabajo a flote, pero creo que al decirlo me estaría equivocando terriblemente. Peter ya no es ese chaval que tu madre no quiere que le presentes, o tal vez sí, pero ya no es el que era. Y no lo digo en plan mal, creo que ha evolucionado. Puede que The Puta Madres –el grupo francés de nombre canallita con el que ha parido el trabajo– le haya ayudado a conectar con un nuevo yo o whatever haya pasado, pero porfaplis que siga así. Ni de broma imaginaba un disco con tantos matices. Con tanta tensión entre diferentes canciones o en el mismo tema –Who’s been having you over–. Un poquito de hammond, de armónica, de guitarra suave, de chicos con flequillo de lado y el corazón roto, de voz melosa, y sobre todo de algo que no sé definir. Puede que quizás me haya tocado tanto la patata porque hay momentos en los que siento cantar a Jarvis Cocker a través de Peter, o puede que simplemente sea porque el disco es una maldita obra de arte. Mis dieces.
Por Carlota Purple.
FALCIOTS NINJA – Gràcies per tot (RGB, 2019)
Les coses bones dels nostres dies
Falciots Ninja fan el seu particular agraïment a tothom qui els ha ajudat a fer camí durant els seus cinc anys de trajectòria. Ho fan amb sis cançons que mantenen la seva essència: un eclecticisme estilístic que, partint del pop, es dirigeix cap a altres sonoritats segons necessita cada cançó. Les melodies i lletres d’Albert Rams, Ret, canten a l’optimisme i tornen a reafirmar al grup com a punt de trobada entre el pop i el mestissatge català. Un disc curt gravat en només dos dies que aconsegueix captar amb honestedat aquesta espontaneïtat i frescor tan característica de la banda. Produït per Bernie Sánchez, amb Gràcies per tot, Falciots Ninja ens recorden les coses bones del nostre dia a dia i es tornen a reivindicar com una de les propostes amb més personalitat de l’escena popular catalana.
Per Nil Boladeras.
CAGE THE ELEPHANT – Social Cues (Entertainment LLC, 2019)
Monetizando drama
Cuando un grupo lo peta tanto como lo petó Cage con Ain’t no rest for the wicked, es complicado despegarse de la estela de esa canción. Pero diría que en Social Cues viven varios temas que alejan a Cage The Elephant del tag “one hit band”, como Ready to let go. Además, se nota que han puesto cariño a nivel arte. La portada muestra a una especie de cowboy fetichista con un face-bikini y camisa bdsm de cuero rojo ¿será que el vaquero de Trouble ha crecido? Perdonad que vuelva a Ready to let go, pero aparte de que es el único videoclip disponible, es una locura. Imágenes oscuras, algo que identificaría como misas negras y reminiscencias darks. Un clip que marca un camino que espero sigan explotando y no se quede un mimo extra puesto al tema buque insignia sobre el divorcio del frontman Matt Shultz. Habrá que esperar.
Por Carlota Purple.
KING GIZZARD & THE LIZARD WIZARD – Fishing for fishies (Flightless Records, 2019)
Tomate
Da igual que no los conozcas. Con ese nombre, King Gizzard & The Lizard Wizard vienen con el certificado de psicodelia y locura bajo el brazo. Tras un año en silencio sacan Fishing for fishies , decimocuarto disco en siete años. Lo han hecho con poco tiempo de aviso y sencillo a sencillo desde el 1 de febrero. Abril nos ha dejado ver por fin la obra completa y su consecuente volada de cabeza. Han mezclado su típica psicodelia y garage con country —véase Fishing for fishies—, blues —This Thing— y cyberpunk —Cyboogie— entre otros. De la aleatoreidad de estos siete chiflados podemos decir varias cosas. La primera, que esa aleatoreidad es solo aparente: cada disco que sacan sale listo para ser un éxito instantáneo. La segunda, que solo unos músicos increíbles pueden conseguir cambiar tan fácilmente de estilo y salirse con la suya. Y la tercera, que lo único que podemos esperar de ellos es que nos sorprendan.
Por Nadia Dubikin.
THE CHEMICAL BROTHERS – No geography (Virgin EMI, 2019)
No hace falta ser bueno en geografía para navegar por estos temas
Cuando eres una leyenda es complicado sacar un nuevo trabajo y que la primera reacción de los grichs –incluso antes de escuchar tu disco– no sea “como se nota que está acabado, lo hace por pasta”. Y vale que ese grich va a decir lo que le apetezca, pero los que nos hemos puesto a escuchar No Geography, sabemos que el dúo británico no ha podido tirarle más canela. Mucho funk, piano, sintetizadores, vocecitas tocadas, peleas de rayos láser, house y otras mil palabras más que necesitaría para intentar describir todos los ruiditos armoniosos que encierra este LP. A pesar de ser un disco que podría considerarse largo –en comparación con la duración actual de las canciones–, pasa rápido y muchos temas te dejan con la sensación de necesitar volver a escucharlos –hola Bango y No geometry, hablo de vosotros– o te lanzan un dardo envenenado en forma de palmadas –Got to keep on , sí, estaba hablando de ti–. Eso, que te lo pongas y ya me cuentas, que parece esto un monólogo.
Por Carlota Purple.
MAREA – El azogue (Warner Music, 2019)
Marea ha vuelto por todo lo alto
Ocho años han pasado desde que Marea sacasen su último disco. Ocho años esperando, no sin cierta desconfianza, El azogue. Los de Kutxi, lejos de defraudar a quienes los han seguido desde sus años mozos, allá por el ’99, han abierto el baúl de los recuerdos. Ese baúl que sólo se abre con la llave de la música. Un seguido de diez temas que consiguen transportarnos a nuestra adolescencia, a cuando nos dimos nuestro primer beso, cuando salimos por primera vez de fiesta o cuando empezamos a descubrir qué era la música y qué podía llegar a ser en nuestras vidas un grupo como Marea. Kutxi sigue siendo un genio de la escritura. Con sólo una pluma y papel consigue crear maravillas, siempre acompañadas por los músicos y fieles compañeros de banda y de vida. En mis cascos, El azogue no deja de sonar en bucle y mis pelos siguen de punta. Suena a Marea, suena a rock, suena a emoción.
Por Ana López.
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