Silvana Estrada confía en la fuerza de la palabra para repararse y crecer. La cantautora mexicana publicó su segundo álbum, Marchita, para poner en valor la experiencia del duelo a través de su voz intensa y unas cuerdas minimalistas. La cantante actúa el próximo 18 de junio en la Sala Paral·lel 62 de Barcelona. Conversamos con Silvana Estrada sobre su concepción de hacer música y sus proyectos artísticos.
¿Consideras que perteneces a una nueva generación de cantautores jóvenes?
Creo que hay una nueva generación de gente joven concentrándose en la canción. Antes pensaba que solo era un fenómeno latinoamericano, pero me he dado cuenta de que va más allá. Hay toda una generación de música latina en español e incluso americana de cantautores y cantautoras que están revisitando los folklores de nuestras tierras y cuentan nuestras historias, retomando sonidos más tradicionales.
¿Con qué género musical etiquetarías más tu música?
La verdad es que nunca he podido etiquetar mi música. Siempre he dejado que otra gente lo haga por mí y hasta ahora ha salido muy bien. Hay personas que dicen cosas que jamás pensaría de mi música… El otro día utilizaron la maravillosa etiqueta de folklore experimental.
Si yo tuviera que definir mi música diría que es canción, un concepto lo más ambiguo posible. La canción engloba muchos aspectos, porque cada canción que hago tiene algo distinto. Hay canciones con muchas influencias folklóricas, otras más experimentales, otras con mucha improvisación… Todo varía mucho en función de si es grabado o en vivo.
![Silvana Estrada. Foto © Sol Talamantes](https://qualsevolnit.com/wp-content/uploads/2023/06/18-Silvana-Estrada-Sol-Talamantes-QN.jpg)
Tus letras se construyen con una intención poética que se sirve de distintas metáforas. ¿Escribes más sobre experiencias reales o ficticias?
Escribo más sobre experiencias reales. Mi música surge de una urgencia que tengo para entender mi propia situación. Después es curioso saber que lo particular es universal. Es bonito saber que lo que una vive es porque mucha gente también lo está viviendo. No hay ninguna situación particular realmente. Todo lo que escribo viene de una urgencia de comprender, explorar, nombrar emociones y experiencias propias. En el proceso de nombrar lo propio he encontrado mucha familia. Hay una comunidad de gente que me escucha y usa mis palabras para darle nombre a sus propios problemas, sentimientos o duelos.
Casi nunca cuento historias precisas, siempre hay una especie de ambigüedad con poesía y metáforas que da mucho espacio para que las personas interpreten como quieran. Me gusta que haya canciones de amor que la gente dedica a familiares que fallecieron, a sus amigos o hijos. Me reconforta el hecho de generar un lenguaje del amor más amplio, no solamente centrado en el amor romántico. Quiero que sea un lenguaje mucho más abierto, en el cual se establecen más lazos afectivos, y que las personas puedan sentir y sanar a través de mis canciones un sinfín de situaciones.
Me reconforta el hecho de generar un lenguaje del amor más amplio, no solamente centrado en el amor romántico
¿Qué simbolismo poseen los elementos asociados al agua y al aire en tus canciones?
Para mí es muy importante hablar del agua en general. También hablo mucho del mar. El agua me parece un referente de la figura femenina muy poderosa. Siempre tenemos a la madre tierra, pero encuentro que el agua es el símbolo de la naturaleza más poderoso. El agua tiene una relación tormentosa con la luna, y para mí ambas tienen un simbolismo muy poderoso.
En muchas tradiciones el mar simboliza el miedo a lo desconocido. Generalmente, sabemos más del espacio que de lo que vive debajo del agua. Es más fácil salir de la tierra que entrar en el centro. El agua para mí siempre ha simbolizado el misterio, y lo relaciono mucho con el misterio de la feminidad, el amor, la vida y la fertilidad. Para mí es un símbolo muy mágico… Yo crecí en frente de uno de los ríos más grandes y limpios. Al crecer bastante aislada de todo lo demás, mi referente más básico para entender el mundo siempre fue el bosque y el río.
El aire, en cambio, lo relaciono mucho con la libertad. Querer ser aire, volverse aire y pertenecerle al aire son ideas muy liberadoras. Considero que el aire es un guiño a la libertad, porque implica entregarse al flujo y avanzar con él.
¿Cuáles son tus referentes a la hora de componer y crear tu música?
Respecto a músicos y compositoras te diría Violeta Parra, Agustín Lara de Veracruz, Leonard Cohen, Sílvia Pérez Cruz, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Carla Morrison, entre otras. Respecto a los poetas, pienso mucho en Idea Vilariño, Alejandra Pizarnik o Roberto Juarroz. Hay un poeta mexicano que inspiró mucho mi último disco, Marchita, que se llama José Carlos Becerra.
La poesía es lo que más me inspira para escribir música. También hay novelas importantes en mi vida. El año pasado leí muchas cosas que me influyeron un montón para hacer Marchita. El libro Canto jo i la muntanya balla, de Irene Solà, fue uno de los que me inspiró mucho.
![Silvana Estrada. Foto © Hilda Pellerano](https://qualsevolnit.com/wp-content/uploads/2023/06/Silvana-Estrada-Hilda-Pellerano-QN-1024x1024.jpg)
Para mí las notas tienen que servir al mensaje. Marchita es un álbum minimalista porque es un ejercicio de defender la canción, dejándola sostenerse.
Aparte de crear composiciones propias, has versionado distintas canciones a lo largo de tu carrera. ¿Qué significa para ti hacer una versión de una canción?
Para mí una versión tiene que ser algo que yo puedo llevar a mi universo. No me atrevería a hacer versiones muy parecidas a las originales, porque normalmente las canciones ya son perfectas. Yo no me atrevería a hacer una canción parecida, ni por asomo, a Tom’s Diner o a Clandestina.
Me gusta pensar que las versiones son un ejercicio de tomar algo que amas y llevarlo a tu mundo con todo el cuidado y el amor que existe. Es más un ejercicio de honrar lo que te hace feliz que de querer imponerte frente a algo. Todas mis covers las he hecho pensando en que no le hacían falta a nadie en el mundo, pero las hago por pasión. Hay canciones que necesito vivirlas y tocarlas en vivo.
Lo sagrado fue tu primer lanzamiento discográfico, de la mano de Charlie Hunter. El álbum desprende tintes rockeros y tiene un sonido mucho más potente respecto a Marchita, más austero y con un sonido más espaciado. ¿Por qué optaste por este giro artístico?
El disco Lo sagrado es mi primer ejercicio de entrar en un estudio. Yo tomé muy pocas decisiones en este disco. La producción fue de Charlie Hunter y hay varias canciones que no son mías. Para mí Charlie Hunter fue mi gran maestro, porque intentó demostrarme cómo es entrar en un estudio y enfrentarte a tus propias piezas. Muchas veces no se nos enseña cómo estar al servicio de la música y de la colectividad. Fue un proceso muy útil, pero me quedé con la espina de hacer las cosas de una forma distinta.
Lo sagrado fue un disco que grabé con muchos hombres que ni siquiera hablaban español. Mis letras para mí son el eje central de lo que hago. Para mí fue muy fuerte trabajar con gente que no se interesaba por saber lo que decían mis letras. Es cierto que es un tipo de proceso igual de valioso, pero yo me di cuenta de que quería trabajar con gente que entendiese el valor de las palabras. Para mí las notas tienen que servir al mensaje. Marchita es un álbum minimalista porque es un ejercicio de defender la canción, dejándola sostenerse. El disco homenajea el tiempo que yo estuve cantando sola en locales pequeños y luego más grandes. Yo quería conservar el valor de todas estas vivencias.
Lo sagrado habla sobre la propia persona, sobre la identidad y los sentimientos que conllevan pérdidas y despedidas. Precisamente Marchita es un bello homenaje al duelo amoroso. ¿Qué relación tienen ambos proyectos artísticos?
La conexión entre ambos discos se encuentra en los procesos y los duelos. Varias canciones de Lo sagrado las escribí como un preámbulo de Marchita. Yo tenía mucha inquietud para hablar del duelo y la pérdida. Pienso que estos temas son recurrentes en mi obra. Lo sagrado es un primer acercamiento para buscar la poesía y la metáfora dentro del dolor de la pérdida. Marchita, por su parte, es un universo muy preciso, compacto y oscuro. Lo que une los dos discos es que se intensifica la intención de tratar el duelo.
![Silvana Estrada. Foto © Sol Talamantes](https://qualsevolnit.com/wp-content/uploads/2023/06/07-Silvana-Estrada-Sol-Talamantes-QN.jpg)
Marchita cuenta con un par de versiones de canciones que se incorporaron en tu primer EP, con una instrumentalización añadida de cuerdas y coros. ¿Quisiste revisitar tus primeras canciones para reforzar su emocionalidad?
Mis primeras canciones las escribí cuando estaba escribiendo Marchita. Mi primer EP, Primeras canciones, es un intento de producir el disco con un sonido muy distinto al que finalmente tuvo lugar. Mi vida cambió mucho al cabo de un tiempo. Me mudé a la ciudad y me quise encontrar en el folklore y lo acústico. En aquel entonces me interesó más la música enraizada en la cultura mexicana o latina. Siempre estoy en un constante cambio, por lo que siento que fue muy urgente rehacer estas canciones tan importantes dentro del proceso de Marchita para adaptarlas a la visión que defiendo.
Tal como aclaraste en tus redes sociales, el concepto de Marchita es marchitarse para volver a florecer. ¿Dirías que es un canto a la tristeza con tal de reivindicarla?
Marchita es el afán de volver hermosa de una herida. Me recuerda mucho al concepto japonés de cubrir los quiebres de oro. Marchita es querer poner el dolor en un lugar bello para que deje de hacer efecto. Se trata de la belleza como la manera para sanar, reconocer y nombrar.
Tenemos poco lenguaje para hablar de la tristeza. En general, para hablar de los sentimientos tenemos muy pocas palabras. ¿Qué significa estar triste o deprimido? ¿Qué significa perder a alguien, y quién entiende el duelo? Hay intentos de entender el duelo y la tristeza, pero yo no sé si en alguien en el mundo podría contar a la perfección lo que es perder a alguien. No creo que nadie pueda hacerlo, pero los artistas hacemos el intento. En el proceso de intentarlo, la gente sana con nosotros. Cuando el trabajo artístico se hace desde la honestidad, tiene mucho poder de aliviar y sanar. Cuando narras tus historias de una manera honesta, construyes el vehículo para que los demás puedan narrar sus propios sentimientos. Nombrarte y narrarte ayuda a entenderte para finalmente sanar.
Autores de este artículo
![Picture of Pau Lobato Ferrando](https://qualsevolnit.com/wp-content/uploads/2023/03/avatar_user_104_1679416610-300x300.jpg)