Cuentan los que lo han experimentado que la sensación de cabalgar por primera vez una ola es mágica. En la película Le llaman Bodhi (1991), el actor Patrick Swayze le explicaba a un joven agente del FBI (Keanu Reeves), infiltrado en los ambientes del surf, que se trata de “un estado mental, un mundo en el que te pierdes y en el que te encuentras”. Los integrantes de la mítica banda californiana de pop-rock The Beach Boys hace años que cabalgan olas: a escasos meses de la publicación de las memorias de Brian Wilson (Yo soy Brian Wilson… y tú no), uno de los fundadores del grupo junto con sus hermanos Dennis y Carl, la nueva formación de los Beach Boys, liderada por los otros dos veteranos supervivientes, Mike Love (voz) y Bruce Johnston (teclado), tomó por segunda vez (la primera, en 2017) el escenario del Festival Jardins de Pedralbes de Barcelona.
Parece imposible que una banda legendaria que no cuenta con una buena porción de sus integrantes originales consiga mantener la esencia que los situó en la cresta de la ola en los años 60. Sin embargo el pasado viernes 12 de julio demostraron que, de alguna manera, es posible. Para hacer frente a sus carencias, los miembros del grupo concentraron en un concierto de dos horas más de treinta temas, entre los que mezclaban exitazos como I get around con algunas piezas del nuevo álbum en solitario de Love, 12 sides of summer (BMG, 2019).
Mientras cantaban su repertorio, en el escenario se iban sucediendo imágenes que transportaban al público a las playas soleadas de California, con sus icónicos atardeceres rojos y los surfistas intentando domar las olas. Pero, igual que éstas, el concierto tuvo sus altibajos: los músicos abrieron con Do it again y Surfin’ safari, aunque no fue hasta Surfin’ USA cuando los espectadores, en su mayoría de mediana edad, se pusieron en pie y empezaron a mover el esqueleto. Incluso Love y Johnston se marcaron algún bailoteo.
El del viernes fue un concierto para bailar, pero también una gala de tributos. Aunque la voz de los veteranos ya no es la que fue, se apoyaron en las de los más jóvenes para conservar las armonías características de los Beach Boys. Así, Christian Love, hijo de Mike, nos deleitó con una versión muy conseguida del clásico God only knows, dedicada al fallecido Carl Wilson. Al escenario también subió Ambha Love, la otra hija del vocalista, con la que el cantante compartió los temas The warmth of the sun y Kiss me baby.
Otros de los homenajeados de la noche fueron The Beatles, George Harrison en particular, con una versión de Here comes the sun pasada por bossa nova que no acabo de encajar. A Harrison le dedicó Love la canción Pisces Brothers. Como si se tratase de un mar agitado, hacia el final del concierto los hits se iban sucediendo: Rock and roll music de Chuck Berry, Barbara Ann de The Regents, Summertime Blues de Eddie Cochran y, finalmente, el ansiado Good vibrations. El subidón del público hizo que a la lista de canciones se sumaran tres bises: Wild Honey (del álbum del mismo título de 1967), Rockaway beach de los Ramones y Fun, fun, fun (del quinto álbum de estudio de la banda original, 1964), que nos mantuvo en pie, sobre la ola, hasta el último minuto.
Autores de este artículo
Celia Sales Valdés
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.