Un concierto en el Fòrum, organizado por Primavera Sound, con artistas top en el escenario, y con apenas medio millar de personas, hace unos meses era una quimera. Pero finalmente se hizo realidad: en la noche inaugural de Nits del Fòrum pudimos ver a Anna Andreu y Ferran Palau desde nuestros asientos separados. Para muchos, el primer concierto después de una larga sequía (esa misma noche, Clara Peya estrenaba Sala Barcelona y el día anterior había sido Iseo en el Poble Espanyol dentro del ciclo Cruïlla XXS). Una vuelta al cole excepcional.
Lo de Anna Andreu ha sido, cuanto menos, sorprendente. Su disco debut, Els mals costums (Hidden Track Records, 2020), la ha elevado a un lugar reservado para unos pocos privilegiados. Ese lugar lleva por nombre ‘el favor del público’ y su felpudo reza ‘si no eres bueno, ni lo intentes (a menos que hagas reguetón)’. Muchos se quedan en ese limbo, tocando la puerta de las maneras más creativas, sin querer darse cuenta que esa puerta es caprichosa, imprevisible, a veces injusta por qué no decirlo. Pero ay, cuantos antojos hay detrás del umbral.
Su compañero de sello y este jueves también de escenario, Ferran Palau, ya iba asomando la cabecita pero pienso yo que con Kevin, sosegado pero penetrante LP, esa puerta se abrió de par en par e incluso le ofrecieron unos canapés. Aunque se canceló toda su gira por motivos obvios, es de los artistas que se han mantenido más activos durante la cuarentena. Y ahora por fin los fanses podíamos escuchar en directo Univers, Estrany, Cel clar, Tornar a començar, El meu lament… Delicado y metafísico, como la nube que le representa, nos fue acariciando durante todo el concierto con sus sutiles pero precisos versos. ‘T’estimo com estimen els adolescents, despertes una part de mi que no conec, coneixes bé les pedres del camí que fem’… son palabras sencillas pero a la vez minuciosas, directas cual flecha en llamas a un lugar interior no transitado y que, unidas a los sonidos envolventes que maquina con Jordi Matas, consiguen hipnotizar allá donde suenan (incluso en la distancia).
Anna también sentía el calor del público pese a esos metros de seguridad. Entre el bombardeo de directos, streamings, webinars y demás propuestas confinadas, la ex Cálido Home estrenaba Torrent sanguini a modo de adelanto de su inminente LP (parido igualmente con Jordi Matas, productor asimismo de El Petit de Cal Eril). Lo presentó esa noche y se confirmó su magnetismo. Marina Arrufat tocando la batería, ella guitarra y voz. Se dice que a buen entendedor, pocas palabras bastan. Pues a buen músico, muchos elementos sobran. Descargada de artificios y bultos, pero igualmente fuerte y corpulenta, así suena una propuesta que parece haber venido para quedarse.
Previa colaboración con Núria Graham en Flor espinada (maravilloso, los pelos de punta, perfecta armonía), acabamos cantando el socorrido Forever young a la vez que éramos testigos del gran abrazo con su compañero de pop metafísico, Joan Pons (El Petit), así como con el resto de músicos que hicieron posible tan mágica noche. Qué bonito tener amigos que entiendan tus movidas. Y qué bonito poder reunirte con ellos en un concierto. Por muchos más.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.