Una celebración y recopilación de lo conseguido hasta ahora y un punto y aparte para emprender nuevos caminos. La trayectoria de b1n0, es decir, la entidad creativa compuesta por Emili Bosch y Malcus Codolà, se ha caracterizado por su constante deseo de mutación. Esa evolución ha tenido un hito en el concierto de L’Auditori, en que se acompañaron de la gran mayoría de cantantes que han colaborado en las producciones del dúo, para decirles adiós tras el viaje conjunto.
Fue una ocasión especial. Desde la escenografía, con los dos sofás que, en ambos extremos, acogían a los vocalistas, como si estuviéramos en una reunión de amigos, a la tríada de creadores en el centro, los b1n0 rodeando a Eduard Frigola, al cargo de los elegantes audiovisuales en b1ton0, si se me permite el guiño. Del programa anunciado sólo echamos a faltar a Marina Herlop. Sí que estuvieron en la cita, por orden de aparición, Pau Vehí (también conocido como PHOAK), Adriano Galante, Núria Graham, Joan Pons (El Petit de Cal Eril), Ferran Palau y Tarta Relena. Un elenco de lo más granado de la escena alternativa catalana, músicos que no tienen miedo a salirse de los márgenes para crear con absoluta libertad e impunidad, como ha de ser la creación musical.
En una suerte de premonición de lo que está por venir, tanto el inicio del concierto (R0M4N71C153D V3R510N y AHH!) como el final (la gran ACAB y DYE) se presentaron sin vocalistas en directo. Ya en alguna entrevista han apuntado que el próximo disco estará “cantado” por una inteligencia artificial en la que se unen las voces de Adriano Galante, Núria Graham y Pau Vehí. Veremos si ese es el camino que finalmente tomará el siguiente disco, pero quedó claro que era la última vez que los invitados interpretaban los temas con los b1n0, como indicó Emili Bosch en un agridulce momento, digno del final de la gira de Ziggy Stardust and The Spiders From Mars.
Sea cual sea el futuro de b1n0, en L’Auditori tuvimos la suerte de disfrutar de estos singulares intérpretes humanos. La voz rota de Vehí, la suavidad susurrante de Ferran Palau y Joan Pons, el bello timbre de Núria Graham, la polifonía de Tarta Relena y la presencia escénica de Galante, que se comió el escenario en su primera intervención y, no satisfecho, convirtió la platea en su escenario al cantar H4V3 FUN, como si hiciera honor al título de la pieza.
También quedó claro que la estética musical de b1n0 funciona por igual en cualquiera de sus encarnaciones. Y es que, dejando de lado mutaciones o invitados, el corpus musical presenta una coherencia en pos del sonido como elemento central de las composiciones que agrupa y unifica su discurso. Despidamos pues, a estos b1n0 celebrando, al igual que ellos, el camino que han recorrido desde que, en 2017, dos jóvenes se reunieron una tarde para hablar de música mientras se tomaban unas cervezas.








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