En la búsqueda, absurda, de relevos a los tótems referenciales, nos hemos acostumbrado a encumbrar, con demasiada complacencia, a muchos que no lo merecían. A priori, Tor Maries aka Billy Nomates (a quien también podríamos llamar, con cariño, La chica de Bristol) formaría parte de ese discutible grupo endiosado. La diferencia entre ella y los otros socios estriba en que, con tan solo dos álbumes y un EP, ya ha demostrado de lo que es capaz. Las esperanzas son, en este caso, justificadas.
Sus referentes, Iggy Pop, Nick Cave, Captain Beefheart, Sonic Youth, The Stranglers y sobre todos ellos Sleaford Mods, incuestionable tabla de salvación en un momento en el que estuvo a punto de tirar la toalla por culpa de una profunda depresión, son el suficiente aval para obtener el crédito necesitado.
Nomates está embarcada en una gira bautizada, sin mucho boato, European Tour 2023, con el propósito de dar a conocer su último trabajo titulado CACTI (Invada Records, 2023). Su intrepidez ha hecho que, casi sin disfrutar del éxito de las primerizas apuestas, la multiinstrumentista haya decidido virar, con decisión y riesgo, hacia nuevos caminos estilísticos. No renuncia a sus genes, pero añade, a su íntimo discurso, interesantes novedades de producción que desembocan en un trabajo rebosante de ritmo donde el pop bailable toma protagonismo y remarca su idiosincrasia artística.
Si no fallaban las previsiones, este giro repentino (en el fondo no demasiado alejado de la personalidad creada), iba a inundar La Nau de ritmos post-punk revitalizados con ingenio.
La británica dispuso de dos conciertos en España. El primero en Madrid acompañada de la telonera Ade Martín y el de Barcelona, dónde, en la previa, Alan Neil trató de estimular a la audiencia con su invento del techno-quinqui.
Sola ante el peligro
Unas horas antes, un músico arrogante y venido a menos, había azorado un enorme recinto a base de pomposidad, que se aleja eones de lo que uno considera música decente. Convengamos que toda opinión es personal, pero creemos que la extravagancia y la honradez son vasos sin posibilidad de encontrarse.
Billy Nomates aterrizó, es un decir, en el Poble Nou con tan solo lo puesto. No utilizó acompañamiento musical (no vamos a criticar esta tendencia que salimos descarriados). Únicamente se valió de sonido pregrabado y de su presencia desgarradora y sensual (descalza y mostrando el sujetador tan solo con una americana de abrigo) para enseñar que el arte se protege con aptitud y, a menudo, le sobra escaparate. La Nau no se llenó, pero los que allí estuvieron gozaron de autenticidad; las pantallas o los 360º son chistes muy bien pagados.
La británica inició el set en tono acústico, miscelánea que no ha variado en todo el periplo de promoción. Si se lo propusiera, en el terreno folk destrozaría a más de cuatro. El inicio con Fawner (no continuado) demostró sus finas condiciones vocales.
Les hemos hablado de sensualidad y lo podríamos hacer de pulcros bailes acompasados. No obstante, su capacidad como cantante pasa por encima de esas cualidades. No estamos hablando de una superdotada, pero sí de alguien que sabe poner las notas en el lugar adecuado (lo de punky déjenlo estar) y acude al hechizo de voces inconmensurables.
Visitemos la sombría Blue bones (Deatwish) o el apetitoso medio tiempo Saboteur Forcefield para encontrarnos fastuosos ecos a Chrissie Hynde. Su presencia virtual no deriva en mera fotocopia, aunque lo cierto es que la recuerda y esa evocación nos complace.
Cacti y algún recuerdo
Tal como debería hacer todo aquel que promociona un disco nuevo, Nomates basó el show en Cacti del que sonaron once de los doce temas que lo componen, sólo faltó a la cita Apathy is wild. Puestos a elegir, nos quedamos con Black curtains in the bag, Roundabout sadness (teclado a lo The Stranglers), las dos citadas anteriormente en referencia a la ex cantante de The Pretenders, la pegadiza Balance is gone (ecos de New Order) o el single de tono rockero Spite, composición que supuso la conclusión del set. En la prórroga se decidió por Scape artist del álbum de debut.
Conjuntadas, acertadamente, al disco que lleva su apodo, también sonaron No y Hippy Elite. La animosa y algo más punky (adjetivo a desterrar) Heels, Petrol fumes y Right behind you, las tres incluidas en el EP Emergy telephone (2021), completaron la selección.
Quizá por la falta de músicos, el concierto resultó algo plano, lo cual no fue óbice para mostrar el potencial de una intérprete que promete muchas sorpresas en el futuro. Billy Nomates (Tor Maries) se ha convertido, o ya lo es, en una artista pop de calidad extra. Desgarra, conmueve e ilusiona, qué más podemos pedir. Y lo más importante: no se va a quedar en modo stand by. Eso está asegurado.
Imponente fuerza popera.
Autores de este artículo
Barracuda
Marina Tomàs
Tiene mucho de aventura la fotografía. Supongo que por eso me gusta. Y, aunque parezca un poco contradictorio, me proporciona un lugar en el mundo, un techo, un refugio. Y eso, para alguien de naturaleza más bien soñadora como yo, no está nada mal.