Peter Coyne (cofundador de la banda junto a su hermano Chris quien abandonó el proyecto en 2016) sostenía en una entrevista: “Alpha Beta Gamma Delta (Godfathers Recordings, 2022) es uno de los mejores álbumes que han hecho The Godfathers)”. Rotunda afirmación de alguien que ha compuesto maravillas como Hit by Hit (1986) o Birth, School, Work, Death (1986). A falta de una escucha más minuciosa, necesaria para poder confrontar, la evidencia nos demuestra que el ímpetu persiste y que ese perfecto cruce entre divertimento y mensaje social (base de sus creaciones) continúa intacto.
Coyne se ha embarcado en un tour (que incluye diez actuaciones en España) acompañado de Richie Simpson (guitarra), Billy Duncanson (batería), Jon Priestley (ex Damned) y Wayne Vermaak (guitarra). Renovada formación deseosa de tocar los recientes temas y desempolvar añejos chupinazos.
Poderío inmune
La resaca de las fiestas de La Mercè no hizo mella en los acólitos de The Godfathers (tampoco era su hábitat natural) que casi llenaron la Upload. La aguerrida banda de Londres posee un séquito de fans inasequibles al desaliento y ni el desamparo provocado por el Poble Espanyol impidió que se desplazarán hasta la montaña olímpica; la party era de las gordas.
Lo primero destacable, tras los primeros azotes rítmicos, fue contrastar el tono más hard de las nuevas creaciones (OCD) comparándolas con las de la cosecha del 88: Cause I said so o If I only had time destilan aires mucho más poperos sin restarles por ello potencia. Ese estilo centelleante, repleto de estribillos pegajosos agarrados a los habituales y descomunales guitarrazos (los de siempre) aniquila, incluso cuando afronta tonos más trotones en clásicos tipo Walking talking Johnny Cash blues.
Los shows de nuestros padrinos no se caracterizan, precisamente, por los tiempos muertos. Las andanadas son continuas, tan sólo interrumpidas por los aplausos en cada cambio de canción. Uno piensa que podrían enlazarlas a la manera Ramones, aunque eso sea otro cantar. En cualquier caso, los músicos estuvieron a gran altura durante toda la noche.
Recia frescura
La voz de Coyle sigue en plenitud. Es cierto que el registro no varía en demasía (al igual que bastantes intérpretes punk ochenteros) pero su rugosidad seduce y a estas alturas del camino sorprende la lozanía y la autoridad todavía resplandecientes. No se nos ocurre nadie mejor para entonar la gloriosa Love is dead.
Algunos tiquismiquis podrían acusar a los británicos de falta de originalidad. Inventar no han inventado nada, en este punto estaríamos de acuerdo. De todos modos, no es necesario cuando se invoca, tímidamente, el espíritu de unos The Stranglers (sin teclado) como en la novedosa I’m not your slave y se les impregna de cadencia propia. A los que piensan que son Ungenio Tarconi (referencia boomer) deberían saber que lo mejor se construyó hace unos cuantos lustros. Asentar un estilo es, a menudo, una gran virtud.
El disco recién creado funciona, aunque queda absorbido, sin remisión, por trallazos con la hondura de I’m unsatisfied, She gives me love o Birth, School, Work, Death, triunvirato para quitar el hipo. ¿La traca definitiva? No, faltaban los bises.
I can’t sleep tonight (costó conciliar el sueño después de la torrencial demostración) y el himno This damn nation pusieron el pestillo a una actuación que confirmó las expectativas creadas, no defraudando a ningún fanático.
¿Recuerdan el comentario sobre Ramones? Pues en el primer bis incluido en el álbum Jukebox Fury (2013) su influencia quedó, meridianamente, reflejada. Cuánto se les echa de menos.
The Godfathers iniciaron su andadura en 1985, desde entonces han congregado a multitudes de fieles seguidores y han conseguido un alto respeto en el amplio universo del rock‘n’roll. A juzgar por lo visto en el concierto de Barcelona, los incondicionales les seguirán a todas partes y convertirán las performances en apoteósicas.
Lo que no queda nada claro es el relevo generacional. Da la impresión, no tan solo con los padrinos, que a las nuevas generaciones esto del rock bestia, el puro, no les interesa lo más mínimo. Pocos jóvenes se pasearon por la Upload. En el mercado la ñoñez impera y no hay manera de dejarse arrebatar por la dureza desconocida. Las excursiones por senderos áridos son medicinas necesarias para nuestro funcionamiento neuronal.
Alpha Beta Gamma Delta está dando sus primeros pasitos y necesita algo más de rodaje en pos de integrarse en el fenomenal cancionero de un conjunto que vive por y para el rock. Son unos insatisfechos. Así debe ser.
Do you every wonder or stop and think and realice. You can try to run, you can try to hide. Should you take a look at the world outside. I’m unsatisfied
I’m unsatisfied, The Godfathers
Autores de este artículo
Barracuda
Marina Tomàs
Tiene mucho de aventura la fotografía. Supongo que por eso me gusta. Y, aunque parezca un poco contradictorio, me proporciona un lugar en el mundo, un techo, un refugio. Y eso, para alguien de naturaleza más bien soñadora como yo, no está nada mal.