Enrique y Roberto, Los Hermanos Cubero, han querido dar un fuerte impulso a su carrera con la grabación de Errantes telúricos (Primavera Labels, 2021) chispeante disco en el que cuentan con la compañía de una decena de reconocidos intérpretes. Al mismo tiempo y en el mismo pack, incluyeron Proyecto Toribio, trabajo de arqueología musical donde investigan y recrean el repertorio de Toribio del Olmo, violinista de principios del siglo XX natural de Algora, Guadalajara.
Aunque ellos manifiestan que ambos poseen el mismo espíritu Cubero, a nuestro entender, su ADN particular está más impregnado en las piezas tradicionales de Toribio, pero no discutiremos con los maestros, que de sones saben mucho más que nosotros. Un conglomerado de la doble propuesta más algunos temas pretéritos, fue lo ofrecido por los alcarreños en el Teatre Coliseum de Barcelona. Se lo detallamos.
Bloques brillantes
Ya lo advirtió el siempre locuaz y divertido Roberto: “este no va a ser un concierto normal de Los Hermanos Cubero”. A fe que tuvo razón, para bien y para mal.
El primer bloque, interpretado únicamente por los dos hermanos, estuvo compuesto por cinco porciones de puro “cuberismo”. Lo iniciaron con Fabricando buenos tiempos, continuando con el hermoso vals La gaviota, Como mis pesares, Pasacalles de procesión, concluyéndolo con Canción para un final, canción para un principio (cuánto echamos de menos a Rocío Márquez). Apertura primorosa.
En el segundo bloque, el dúo se convirtió en terceto gracias a la aparición de la dicharachera violinista María San Miguel quien les proporcionó un toque bluegrass sugestivo, ya no abandonaría el escenario hasta el cierre de la representación. Acertadísima en las jotas y pasodobles, contribuyendo también positivamente en las espléndidas Matayeguas y La boda y el entierro. Hasta aquí todo perfecto. Comienzan los borrones.
Colaboraciones desiguales
Los primeros invitados en aparecer fueron Grupo de Expertos Solynieve, proyecto liderado por Jota (Los Planetas). El granadino estuvo desafortunado, desubicado, echando al traste la, por otra parte, inspirada Así llegué a Granada, desatino manifiesto muy comentado por algunos asistentes a la salida del teatro. Incomprensible.
Rodrigo Cuevas enmendó el destrozo. Emergió desde el patio de butacas, presto y saleroso, ofreciendo una colorista interpretación de Llama encendida y Rambalín, tema de su propia cosecha. Aplaudidísimo.
Discreta Christina Rosenvinge con La rama y maravillosa Amaia, tanto en Efímera como en la maestra Tenerte a mi lado, de lo mejor de la velada. Ternura unida a una técnica vocal impecable. Brava.
Salpicando las intervenciones convidadas, los Cubero introdujeron Foxtrot, La caseta, Mala entraña o Pasadoble años 40. Don Toribio al poder, mágico descubrimiento.
Josele Santiago y Hendrik Röver se lucieron en las respectivas G.U.A.D.A.LA.J.A.R.A. y Problemas a los problemas, poderoso segmento country/rock. La veteranía es un grado y la voluntad decisiva. Su temple guitarrístico brilló a gran nivel. Imperativos.
Remate, glorias, bailoteo y resultados
Un par de ases escondidos recuperaron la esencia primigenia: La reivindicativa Por ganarme la vida y Levántate, ambas incluidas en Arte y orgullo (Ambisónico, 2016) sirvieron de apéndice y asimismo condujeron al bailoteo, algo deslavazado, que todos los participantes brindaron a una platea que no pareció la misma de otras ocasiones.
Los Hermanos Cubero han multiplicado, en un santiamén, sus seguidores. No nos cabe duda de que estarán felices de esa proyección, sin embargo, nos queda la duda si a la larga no les perjudicará. El encanto de Quique y Roberto reside en el hechizo que causa su complicidad, esa timidez cautivadora y una actitud alejada de la impostura con la que se visten los grupos carentes de alma.
El recorrido de esta función es una incógnita, pero si continúan con ella, deberán entrenar fuerte, el vuelo necesita más consistencia.
Su espectáculo más ambicioso no llegó a la altura de los más íntimos. ¿Quién mucho abarca poco aprieta? Nuestros queridos Cubero no se venden por cuatro chavos, su integridad está fuera de cualquier incertidumbre. Se lo pasaron pipa, nos congratulamos de ello.
Hay que poner problemas a los problemas, saber que no se puede si no lo intentas. Si no vas por tus sueños, ellos van a por ti. Si no andas bien despierto, no podrás dormir”
Problemas a los problemas, Los Hermanos Cubero
Autores de este artículo
Barracuda
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.