“¿Para qué es esta cola infinita?”, preguntaban sorprendidos algunos transeúntes que paseaban por el Paralelo. “Para ver a Morgan”, les respondían. Tras dos años yendo de arriba para abajo y cinco premios de música en el bolsillo, el grupo madrileño cerró el pasado 25 de enero su gira de presentación del disco Air (North Records, 2018) pisando –como no podía ser de otra manera– la Sala Apolo de Barcelona. Y lo hicieron a lo grande, acompañados de sus fans, amigos y familiares, y con cartel de ‘sold out’ incluido.
Lo que presenció el público el sábado no fue un concierto más de Morgan, sino la consolidación de un grupo que, pese a su juventud, ya ha dado mucho y dará de qué hablar. Por eso prometieron un espectáculo lleno de sorpresas y la primera llegó tan sólo empezar con la interpretación de Honey, come home de The Head and The Heart a cargo de Nina (voz y piano), Paco López (guitarra) y Alejandro Ovejero (bajo). Un ejercicio de relajación que el grupo realiza habitualmente entre bastidores antes de un concierto, pero que esta vez trajeron consigo al escenario como regalo de despedida.
Con la estremecedora voz de Nina en Cold abrieron un recital dividido en dos partes: la primera centrada en su álbum debut North (North Records, 2016), con temazos como Work, Home y una memorable versión a capela con el público de Volver; y una segunda que siguió con el repertorio de Air. El interludio lo marcaron un efusivo Thank you, con el que la banda agradeció a sus fans todo el apoyo recibido, y el clásico Unknown legend de Neil Young, otro de los ejercicios pre-concierto del grupo.
“Esto se acaba”, cortó Nina el rollo cuando el público estaba en pleno subidón, pero rápidamente les devolvió los ánimos: “La verdad es que es una buena noticia que paremos porque vamos a hacer nuevas canciones”. Con la agitación que provocó la noticia llegaron dos grandes momentos de la noche: primero con Sargento de hierro y después con The Child. En esta última canción subieron al escenario para hacer los coros las conocidas “golden girls” –la madre de Nina y su amiga Marisa– y, por primera vez, la hermana de la cantante.
Y, cómo no, dejaron para el final Another road (Gettin’ Ready) que, mezclado con Lose yourself to dance de Daft Punk, se convirtió en el elixir perfecto para poner a bailar a toda la sala. Los solos de David Schulthess (teclista) y Ekain Elorza (batería) subieron el tono y, cuando parecía que todo había acabado, Paco y Nina volvieron con la versión acústica de Marry you. Entre agradecimientos y –ahora sí que sí– para acabar, señalando a sus compañeros y al público, Nina exclamó: “Nosotros somos Morgan”. Continuará.
Autores de este artículo
Celia Sales Valdés
Aitor Rodero
Antes era actor, me subía a un escenario, actuaba y, de vez en cuando, me hacían fotos. Un día decidí bajarme, coger una cámara, girar 180º y convertirme en la persona que fotografiaba a los que estaban encima del escenario.