La primera vez que escuché a dani fue en un showcase para el evento online de la Latin Alternative Music Conference (LAMC) en junio de ese memorable 2020 que (¡gracias a los cielos!) ya hemos dejado atrás, pero que está claro que va a seguir muy presente en nuestras vidas. Recuerdo que vi todos los showcases de ese día desde la cama, como tantas otras cosas por aquel entonces.
La propuesta de dani destacó claramente por encima de las otras. Lo suyo no solo era algo distinto y fresco, sino que además se veía que había mucho curro detrás de su actuación: el audio, el video, el montaje, la iluminación… se había mimado al detalle. Y es algo que el espectador (o sea, yo), sobre todo en esa época de boom de festivales y conciertos por streaming que vivíamos por aquel entonces, agradece (agradecí).
En 2020 la joven cantante y compositora viguesa publicó con éxito su primer álbum veinte (El Volcán 2020) –que en principio tenía que salir en marzo, pero tuvo que retrasarse por temas de COVID-19– y hasta sacó dos remixes de un mismo tema (¡!), Si te vas, con La Casa Azul y ORTIGA.
Fue hace poco que me di cuenta de que veía a dani como a un fenómeno aparecido de la nada. Como si ¡plof! de repente hubiera caído del cielo en 2020. Nada más lejos de la realidad, claro. Obviamente, eso raramente suele ser así, aunque muchas veces solemos tener esa sensación con artistas que, en realidad, llevan labrando su carrera desde hace años.
De hecho, esto es lo primero que le comento cuando charlamos por Skype. Y como imaginaba, la trayectoria musical de Daniela Díaz Costas empezó años atrás. Empezó a estudiar en el conservatorio de pequeña y fue gracias a eso que, según ella, comenzó a desarrollar el oído y a componer sus propias canciones. Sin olvidar, además, que nació en el seno de una familia muy musical. Sus padres, Rosa y Silvino, fueron miembros del mítico grupo Aerolíneas Federales y su tío Miguel Costas de Siniestro Total.
Su aventura como ‘dani’, empezó realmente gracias a sus prácticas en el departamento de comunicación y promoción del sello El Volcán (el mismo que ahora publica su disco). De hecho, el trabajo final de su grado en Publicidad y Relaciones Públicas lo centró en la creación de su marca como artista y se muestra muy contenta al contar con un plan B aparte de la música. Los conocimientos adquiridos en la carrera le vienen muy bien para su proyecto musical, pero también le permiten otra salida por si la música no acaba siendo su principal fuente de ingresos. Ella es consciente de la precariedad del sector y de que, por desgracia, muchos artistas tienen que combinar su carrera musical con otros trabajos para poder llegar a fin de mes. Una triste realidad que con la crisis del Coronavirus se ha agravado y que también sufrimos unas servidoras.
Producido por Aaron Rux (colaborador habitual de Joe Crepúsculo), el disco debut de dani irrumpió en el panorama musical nacional como un golpe de aire fresco. Una mezcla de pop naif, minimalismo y R&B que invita a salir, tanto a la reina de la pista de baile que llevas dentro, como a tu lado más melancólico, en el mejor de los sentidos. Sus canciones hablan de anhelos y de ilusión, pero también de incertidumbres y de frustración.
Merece ser destacada también la habilidad que ha tenido al crear un imaginario estético que casa a la perfección con su sonoridad, gracias a su colaboración con la fotógrafa y videoartista Silvia Coca. Videoclips repletos de purpurina, colores pastel, montajes kitsch… nos transportan directamente al universo dani. Y lo mejor de todo es que no queremos volver nunca más. Dani ha conseguido que queramos quedarnos en ese mundo de fantasía para siempre. Es la típica artista que te encantaría que fuera tu mejor amiga, para que siga contándote más sobre sus vivencias, sus miedos y deseos. Para que te lleve con ella a bailar entre cromas de nubes al estilo Windows y olvides un rato el día gris de mierda que te espera al abrir la puerta de tu casa.
Autoras de este artículo
Carla Gimeno
Comunicadora y cantante. Me gusta pensar que mi hábitat natural son los conciertos y los festivales. Es bastante probable que me encuentres entre el público de algún bolo de Barcelona, aunque a veces también me subo al escenario con The Crab Apples.
Alsina Mandarina
Creativa y dibujante. Guitarrista en The Crab Apples y Penny Necklace. Crecí dibujando, siendo este mi espacio de diversión y evasión del mundo. Ahora es mi forma de acercarme a mi entorno y reflexionar sobre nuestra vida y nuestra sociedad.