Hablamos con Germán Salto sobre su último álbum. Es la primera vez que nos comparte un disco íntegramente en español y, de momento, piensa seguir con esta faceta que desconocíamos, pero que tanto le define. Ahora podemos verle encima de los escenarios, disfrutando de la música y de lo que hace. En su voz y en sus palabras se nota la ilusión de un niño pequeño que soñaba con crear música y compartirla con todos nosotros. Germán Salto es ahora una realidad, y ha llegado para quedarse.
El disco abre con el tema Vals inicial, una especie de intro muy breve, y cierra con Vals final, de mayor duración. ¿Buscabas una simetría en tu obra completa? ¿O alguna especie de construcción específica?
En origen no, simplemente yo tenía una colección de canciones y las quise grabar. Además, yo no soy tampoco especialmente amigo del disco conceptual, que muchas veces hay gente que piensa que un disco así ya es mejor por el simple hecho de serlo, y hay discos conceptuales que son muy malos y otros que son muy buenos. Entonces, en principio no; yo tenía canciones, lo que pasa es que luego ya íbamos montándolo y al tener dos versiones de Solo el Tiempo y queríamos una intro para el disco, entonces sí que lo buscamos y quisimos que la intro fuera una especie de versión de la última canción.
Ya sabemos que has cambiado de nombre artístico y de idioma en este último disco. ¿Tienes pensado dejar los dos perfiles abiertos y dedicar uno al inglés y otro al español?
Pues mira, la realidad es que sí, pero a mí a día de hoy lo que me motiva es seguir con el tema de Germán Salto de hacerlo en castellano, pero me gusta mucho dejar la puerta abierta a sacar dentro de unos años un disco de Salto de rock americano en inglés, me gusta mucho dejar esa puerta abierta porque no lo descarto en absoluto y sí que es una cosa en la que he pensado.
¿Por qué crees que necesitabas un cambio? ¿Qué es lo que esperabas con ello?
No ha sido un cambio especialmente buscado, sino que yo ya escribía canciones en castellano y simplemente es la primera vez que me dedico a enseñarlas, pero supongo que fue una especie de reto para mí mismo. También escribo en castellano y nunca lo había enseñado. Quiero sacar un disco en castellano; no sé si montar una banda. Entonces, me apetece lo que decías tú, hacer dos perfiles: uno de Salto, que es como una banda, aunque en realidad solo estoy yo en esta banda de rock americano; y luego está Germán Salto, que es más de autor y que hay canciones en castellano más mías.
A mí siempre me ha encantado patear, casi siempre me llevo la guitarra, al 90% de los vuelos
¿Por qué has decidido hacer dos versiones de Solo el Tiempo en un mismo disco?
Pues la cosa sale porque con Íñigo Bregel, que es el productor del disco y amigo mío al que tengo infinita admiración, no nos poníamos de acuerdo en hacia dónde queríamos llevarla cuando yo le enseñé la canción. Entonces, digamos que la primera versión es la mía y la segunda la suya, que ha hecho una genialidad de orquestación. Fue divertido porque pusimos toda la carne en el asador porque competíamos; yo quería que sonara más a una banda que me encanta que se llama The Church y él quería hacerlo un poco más funky, un poco más original. Digamos que como no nos poníamos de acuerdo, yo trabajaba mucho en mi versión y él en la suya, y en cuanto nos enseñamos el uno al otro las dos cosas que teníamos, nos gustaron tanto que dijimos “bueno, vamos a grabar las dos y la que quede mejor es la que se queda”, y al final quedaron tan bien las dos que decidimos incluirlas.
Tu oficio como piloto comercial te permite viajar a otros países con culturas muy diferentes. ¿Te ha influido a la hora de componer ese contacto con otras culturas? Tanto en las letras como en la música.
Sí, posiblemente. Yo siempre aprovecho. Por ejemplo, ahora vengo de Nueva York y esta noche no la he dormido, es la parte mala de mi trabajo, que llego agotado. Pero ayer, que para mí ha sido hoy, he estado todo el día caminando. Pero sí, sí, yo en general siempre aprovecho en el destino, ya sea en Nueva York, que parece más cliché, como puede ser en Guatemala o El Salvador. A mí siempre me ha encantado patear, casi siempre me llevo la guitarra, al 90% de los vuelos. Yo diría, no de forma directa, que sí que al estar expuesto a tanto estímulo distinto, cultural y tal, sí que me debe abrir mucho el abanico, y también es verdad que yo siempre digo que antes de músico soy melómano y me gusta mucho la música brasileña. Entonces, siempre aprovecho esos destinos para ir a conciertos de allí, para comprarme discos… y sí que creo que hay una pequeña parte que indirectamente me influye.
¿Tienes alguna anécdota memorable en algún aeropuerto relacionado con la música?
Bueno, no sé si conoces una banda de Los Ángeles que se llama GospelbeacH, son muy buenos. Me acuerdo que una vez que volaba a Los Ángeles, le escribí al líder de la banda para decirle “oye, sin que sea un compromiso, que sepas que voy a LA mañana, por si te apetece comer o lo que sea”, y dijo “hostia, pues no puedo para comer porque estamos grabando el disco nuevo, pero si te apetece vente al estudio y grabamos unos coros”; y según llegué al hotel, me tuve que cambiar, coger un taxi e irme al estudio. Es una banda que escuchaba con doce años y me fui allí a grabar unos coros. Si se lo cuentas al Germán adolescente se hubiera vuelto loco (risas), así que esa historia me gusta mucho contarla.
Investigando un poco, he visto que eres familiar del gran Miguel Delibes. ¿Alguna vez has pensado en adaptar sus textos a tu música? Como hizo Serrat con los poemas de Antonio Machado, por ejemplo.
Pues la verdad es que no, por respeto. Supongo que imagino que ni los textos de Delibes son tan “musicables” como los de Machado ni yo soy tan buen adaptador como Serrat, no me atrevería y, a parte, no le veo interés. Encantándome Delibes y siendo absolutamente fanático (me he leído todo), no me siento estrictamente identificado con esos textos de una España que no he conocido. Entonces, no le veo especial interés y no se me ocurriría, pero yo creo que es más el respeto.
Hay bandas que a mí no me gustan nada, pero que lo revientan. No sé si es porque se han vendido o si simplemente es la música que les gusta
¿Por qué estilos te gustaría moverte de cara a futuros discos? ¿Te gustaría experimentar con algún estilo o instrumento en concreto?
No, a día de hoy, mira que a mí me gusta cambiar, pero me apetece que mi siguiente disco sea muy rockero, aunque siempre he dicho que si tú te metes a componer pensando en un disco que quieres hacer, al final estás poniéndote límites a ti mismo. Entonces, no suelo pensarlo, pero si me preguntas, me encantaría hacer un disco de rock and roll.
Hablemos del directo. ¿Cómo estás llevando los directos? ¿Cómo estás siendo recibido por el público?
Pues de momento todo muy bien, la verdad. Al final es un disco muy orquestal y la banda somos tres guitarras, bajo, teclado y batería. Lo estamos haciendo mucho más rockero y yo sé de gente que ha venido y ha dicho que le ha gustado más la canción así que en el disco. Está mal que lo diga yo, pero cuando una canción es buena, se puede defender en todos los formatos.
O sea, que eres más de improvisar en los conciertos, ¿no?
Sí, es una de las frases que tiene que estar, pero sí, me gusta mucho improvisar.
Te voy a hacer la típica pregunta: ¿A quién te gustaría invitar para que cantase junto a ti en uno de tus conciertos?
Pues en realidad tengo la suerte de admirar mucho a amigos, así que te diría que tanto a Nina de Morgan como a Íñigo Bregel de Los Estanques o a Anni B Sweet.
Me gustaría que compartieras con nosotros el que para ti sería el himno de tu vida, esa canción que te ha acompañado siempre y que te define a la perfección.
Pues me gustaría darte una opción más original, pero me tendría que ir a Like a Rolling Stone de Bob Dylan, que me parece que si vinieran unos marcianos a la Tierra y me preguntaran qué es el rock and roll, les pondría esa canción. O sea, me parece, pues eso: el himno.
El hecho de tener otro oficio te da más libertad para decidir qué quieres publicar. ¿Qué opinas de la música mainstream? ¿Crees que el hecho de querer dedicarte plenamente a la música actualmente hace que la calidad del producto baje?
Creo que no necesariamente, creo que hay gente que se dedica a ello, haciendo lo que le gusta, pongamos por ejemplo Wilco, que tienen unas necesidades de salida grandes y deciden hacer el Yankee Hotel Foxtrot. Pero sí que es verdad que hay gente a la que quizás tengo un poco menos de respeto que lo que buscan es el éxito y no hacer la música que les toca la patata. Entonces, es complicado porque en realidad yo tampoco soy muy fan del súper romántico que toma decisiones locas de “no, es que eso es lo que me gusta y me da igual, no voy a hacer nada medianamente comercial”, yo creo que siempre hay que dejar un poco abierta la puerta y que está bien y que Iggy Pop ha hecho anuncios de Schweppes y está todo estupendo (risas). Simplemente no creo que haya necesariamente drama, hay bandas que a mí no me gustan nada, pero que lo revientan. No sé si es porque se han vendido o si simplemente es la música que les gusta. Luego hay gente muy buena que le ha ido muy bien, como te decía, Wilco, y gente muy buena a la que no le ha ido tan bien como a Malcolm Scarpa.
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