El vapor de un cigarrillo eléctrico se camuflaba entre el humo de las luces de la Sala Upload de Barcelona. Mientras, en el escenario, el bajista del grupo de rock alternativo Nada Surf, Daniel Lorca sujetaba un pitillo en su boca con la tentación de encenderlo, aunque en las salas hace mucho que no se puede fumar. Y así, conservando el espíritu que los lanzó a la fama en la década de los 90, la banda neoyorquina volvió el pasado jueves a la capital catalana para celebrar el décimo aniversario de SON Estrella Galicia con un concierto de los de antes.
Sin adelantar nada de su nuevo álbum –previsto para finales de año-, el concierto del jueves fue un repaso por la batería de hits del grupo. Abrieron con un enérgico Looking through de su séptimo álbum, The stars are indifferent to astronomy (Barsuk Records, 2012), al que siguió Whose authority, una canción con la que consiguieron mantener el sonido noventero en plenos 2000. Cualquier temazo que los fans tuvieran en mente se hizo realidad esa noche, lo cual se tradujo en un público agradecido y entregado.
Acostumbrados a los recitales de hoy en día, en los que la gente está más pendiente de grabarlo todo con su móvil que de disfrutar, entre los asistentes al concierto de Nada Surf –la mayoría, de treinta para arriba- apenas había pantallitas. Levantaban los brazos al ritmo de la música, cantaban, saltaban y cerraban los ojos para deleitarse con cada una de las composiciones que, igual que los músicos, han madurado con el paso del tiempo. Con Weightless los fans sirvieron de coro al grupo y el cantante y guitarrista Matthew Caws les felicitó: “Sois muy buenos cantantes”.
Aunque el guitarrista Doug Gillard no estuvo presente esa noche, al cuarteto sí los acompañó el teclista Louie Lino, con el que compartieron la gira de su álbum Let go (Barsuk Records, 2002). Y recordando aquellos años, hacia el final del concierto, Lorca, Lino e Ira Elliot (batería) abandonaron sus instrumentos para hacer los coros, cerveza en mano, de Blizzard of ‘77: “But in the middle of the night, I worry / It’s blurry, even without light”. Sin florituras.
See these bones marcó el final, pero dejó al público con ganas de más, así que los músicos decidieron regalarles tres bises: el mítico Popular, que los llevó al estrellato hace ya veinte años; el himno al amor Always love, con el que los nostálgicos encendieron algún que otro mechero, y Blankest year, que sirvió para desahogarse mandándolo todo a la mierda (“Fuck it”). Entre ovaciones, Lorca tiró el bajo y así acabó un concierto íntimo que había dado buena música, con un público entregado y cerveza. ¿Se puede pedir más?
Autores de este artículo
Celia Sales Valdés
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.