Si ya es difícil ganarse la vida como músico, en los tiempos que corren, intentarlo con géneros tan minoritarios, en nuestro país, como el folk o el country, es prácticamente un suicidio. Joana Serrat ha conseguido consolidarse gracias a su calidad, buen gusto y tesón, obviando modas pasajeras. Prácticamente diez años después de su debut discográfico con el autoeditado The Relief sessions (2012), ya puede decir con voz bien alta que ha barrido los convencionalismos. Su quinta entrega lo confirma. De nuevo el Teatre Zorrilla fue testigo de otra significativa ‘première’.
A raíz de la publicación, en 2017, de su álbum Dripping springs, la cantautora de Vic comentaba para la revista Ruta 66: “la única condición que le puse a Israel Nash (productor) y a la banda el primer día de grabación fue: No Pop”. Vistos los resultados de Pictures (adelanto del nuevo disco grabado en Texas) y lo acaecido en su show del Blues & Ritmes, Serrat sigue en sus trece y se agradece; el alma ni se compra ni se vende.
Para el bautizo del recién llegado contó con sus mejores aliados: The Great Canyoners. Sólida banda compuesta por Vidal Soler (guitarra y coros) Bernat Sánchez (guitarra, teclados y coros), Miguel P. Kersey (pedal steel), Ruben Alcazar (bajo) y su hermano Toni Serrat a la batería.
La fuerza del directo
No se nos escapa el mimo con el que trata sus trabajos en estudio. La rica abundancia en matices y esos vaporosos climas creados son señas de identidad plausibles. Sin embargo, el directo da y quita razones, desenmascara, es la verdadera prueba de fuego y más en el estilo que aborda. Joana pasó el examen con nota. Su voz melosa, tierna cual caricia, se tornó tersa sin perder embeleso. Las valientes interpretaciones, en solitario, de la novedosa A dream, Black lake y Summer never ends, esta con el sutil acompañamiento del espléndido Kersey en la steel, dieron fe de ello.
Recién horneadas
El primer contacto con los temas recientes causó muy buena impresión. Además de Pictures (excelente lectura en vivo), destacaron la vivaz Demons, These Roads, Hotel room 609 y You’re with me everywhere I go. How to make to love me pareció menos inspirada, quizá pagó el precio de ser la pieza introductora, acabaremos de valorarla con el resto que llegará en tres meses. Valdrá la pena esperar.
Éxitos pretéritos y colofón
Joana Serrat ha acumulado en poco tiempo unas cuantas canciones referenciales, varias pertenecen al LP que le ha proporcionado mayores alegrías: Dripping springs (Loose Music, 2017). De esta óptima obra, interpretó Lost battles, la densa Shadows of time (rematada con una coda instrumental de órdago), el hit Western cold wind, Walk in sin, Unnamed, (en ella el soberbio combo construyó un epílogo distorsionado ardiente) y Trapped in the fog, soberbia despedida. Está orgullosa de su vástago, no cabe ninguna duda.
También recuperó Tug of war (frase anglosajona muy utilizada que puede traducirse como ‘tira y afloja’). Cloudy heart (2016) merece un punto y aparte.
La pericia de introducir estribillos de los que te conquistan sin remedio parece perdida. No se trata de un cambio de opción creadora, si no de la incapacidad para componerlos; la excusa “suena a viejuno” es risible. “I wanna go down to your hell, I wanna be the one that kills your devils, I wanna be the light in your cloudy heart”. Prueben de entonarlo una vez, le seguirán decenas, adicción máxima. Me la quedo.
Sugerencias: Si Los Hermanos Cubero se atreven a cantar en castellano su particular bluegrass alcarreño, ¿por qué la Serrat no les sigue la corriente? Probablemente perdería comba fuera de nuestras fronteras, pero quizá ganaría adeptos en un país donde creemos que el country-rock es original de Saturno. Algún pinito ha hecho en catalán, aunque por seguir probando…
Joana Serrat, reflexiona, en la coyuntura actual, con cordura. Desea disfrutar cada momento como si fuera el último. Piensa, con razón, que malgastamos inútilmente el tiempo en futilidades.
Asistir a uno de sus conciertos no lo es en absoluto. Opción altamente recomendable. Repetiremos.
Always waiting for perfection, and perfection never comes
Pictures, Joana Serrat
Autores de este artículo
Barracuda
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.