Antes de ser Baiuca, cuando su proyecto era su nombre real, Alex Casanova, ya triunfaba entre mis amigos, cuando estudiábamos en Santiago de Compostela. Tiempo después, cuando ya llevaba años lejos de las rías, lloré al escuchar Morriña. Y probablemente también me emocione en un par de días (espero no ser la única). Por primera vez en Barcelona con un formato de banda; lo hará presentando Embruxo, su último disco, con las personas que han participado en su creación como Lilaina o Xosé Lois Romero. “Son canciones, de alguna forma, más salvajes, pensadas para disfrutar en directo”, me explica. Hablamos de lo que quiere explorar con su trabajo, de Galicia, de las tradiciones y de volver siempre a los orígenes.
Tu último lanzamiento es una colaboración con Carlos Núñez, un grande del folklore en Galicia. ¿Qué nos puedes explicar de Solsticio?
Carlos Núñez sonaba en mi casa cuando era niño. A veces creo que los artistas necesitamos hacer este tipo de colaboraciones intergeneracionales con sus referentes. Él me llamó para el 25 aniversario de su primer disco, A irmandade das estrelas, pero no nos dio tiempo a acabar el tema. Nos pareció buena idea lanzarlo como sencillo, y creo que mejor porque nos dio la oportunidad de hacer algo que ninguno de los dos sacaríamos en un disco nuestro, es como un experimento para ambos. Él nunca había adentrado tanto en la electrónica y yo tampoco había tenido la gaita como instrumento principal.
Cierto. Es curioso porque tienes muchos elementos que representan el folklore gallego, como pueden ser las pandereteiras, pero la gaita, que quizá es con lo que más se queda la gente que no es de Galicia, no la tenías.
Es un gran momento ahora para las pandereteiras como elemento principal. Igual que la gaita tuvo ese momento de esplendor en los 90, y ahí influyó mucho Carlos, ahora tal vez sea el momento de las pandereteiras. Pero también me gusta y me hace ilusión que ahora saquemos un tema con gaita y la gente lo acoja bien.
Ahora mismo Galicia creo que se está metiendo muy fuerte en el panorama nacional. Estás tú, Novedades Carminha, Boyanka Kostova. Hace muchos años era más complicado pero ahora incluso parece que escuchar música en galego, euskera o catalán es lo que mola. ¿Cómo lo vives tú?
Creo que esa barrera ya se superó. La gente quiere escuchar cosas diferentes. Ahora ya no hay tanta diferencia entre lo que se produce aquí o en Estados Unidos, uno canta en castellano y otro en inglés, pero al final suenan igual. Por eso se busca algo distinto y se va a lo que está ocurriendo en otros lugares. En este sentido, es un gran momento para el norte de la península, no solo para Galicia. A mi me interesa mucho trabajar con artistas cercanos a Galicia, no solo gallegos. He colaborado con Rodrigo Cuevas, de Asturias. O con unas portuguesas llamadas Haēma.
Lo más difícil a lo que se enfrenta un artista es que la gente te conozca. Hay muchos artistas que son buenos y nadie los conoce, y no entiendes por qué.
Al final Galicia no es solo Galicia como la comunidad autónoma política por así decirlo, sino una cultura que está en Portugal, Asturias, etc. Galicia sigue más allá.
Las barreras que se ponen al final no siempre definen un lugar, Galicia es un país ya desde los tiempos de Gallaecia. Y hoy en día se sigue manteniendo el intercambio con otros lugares. Me interesa explorar esto porque siento que lo que se puede sacar de Portugal, puede aparecer también en Asturias, en León… los territorios colindantes tienen mucha relación con Galicia. Quiero explorar tanto los elementos comunes como los diferentes. Lo que tengo claro es que no te puedes quedar en la frontera.
Ganas de ver reflejado todo esto en tu trabajo. Otras que defienden que “non hai fronteiras” son las Tanxugueiras. ¿Qué opinas de toda la polémica con el Benidorm Fest y de su proyecto en si mismo?
Creo que es un gran momento para Galicia desde hace unos años, pero creo que aún no estamos en la cumbre de algo. Lo que ha pasado con ellas en Benidorm puede ser una continuación de esa subida de la música gallega que estamos hablado y que en el futuro seguirán pasando cosas muy buenas. Y sobre ellas… han trabajado mucho para llegar hasta allí y al final todo tiene su recompensa. Todo lo que genera un programa que sale por televisión lleva a un artista a cuotas muy altas. Y ahí el tema es mantenerse. Creo que ellas han trabajado muy bien en estos últimos años para que al llegar ese momento puedan aprovecharlo y seguir ahí. Otros artistas no tienen una base sólida y les llega la fama antes de tiempo, al final pasa que la cosa se desinfla porque cae por su propio peso, pero creo que en su caso conseguirán mantenerse.
Para mucha gente ellas son las ganadoras, el voto popular lo demostraba.
Para mi, quien haya ganado el concurso es lo de menos, no es la única manera de triunfar. Lo más importante no es lo que diga un jurado sino lo que el público quiera escuchar. Y no va a dejar de escuchar algo que le gusta por lo que diga un jurado o porque pierdan un concurso. Ellas han tenido un escaparate enorme y con ello la oportunidad de que la gente las conozca, eso ya es un logro. A partir de que llegas ahí, es lo que quieras hacer con tu carrera. Y cada uno ha de hacer su camino. Mira, lo más difícil a lo que se enfrenta un artista es que la gente te conozca. Hay muchos artistas que son buenos y nadie los conoce, y no entiendes por qué. Después hay pelotazos que están en boca de todos y que igual no deberían estar. Claro que hay mucha cosa detrás, como que una multinacional te saque en todos lados, etc. Al final todo es muy relativo. Si haces buena música y algo que enganche con el público, tarde o temprano debería funcionar. Pero no tiene por qué. Los artistas tenemos que ser conscientes de que, por mucho que nos esforcemos, no todo va a triunfar. Es muy difícil llegar arriba. Ahora, hay veces que sí lo consigues. Y cuando llegas ahí lo que tienes que hacer es seguir siendo tú.
Aunque viva en Barcelona, estoy casi cada semana en Galicia. Esto me ha hecho enfocar mi música de manera diferente, al ver lo que está pasando allí desde fuera y desde dentro a la vez
Llevamos un buen rato hablando de Galicia, yo también soy de allá y, como yo, llevas tiempo viviendo fuera, primero en Madrid y ahora en Barcelona. Pero a mi me pasa que vuelvo de manera emocional constantemente, lo necesito. Y como yo, mucha gente. ¿Por qué crees que las personas necesitamos volver una y otra vez a nuestro origen aunque llevemos muchos años lejos?
En el caso de Galicia, creo que la nostalgia, la morriña, es algo que ya está muy incrustada en la sociedad. Pero en cualquier parte, cuando te vas formando como persona una de las cosas que vas interiorizando es tener tu tierra como un lugar al que querer volver siempre. Cuando me fui a Madrid tenía mucha morriña y de ahí salió mi primer disco. Ahora ya no tengo ese sentimiento tan a menudo porque estoy yendo mucho, cada vez más. Aunque viva en Barcelona, estoy casi cada semana en Galicia. Esto me ha hecho enfocar mi música de manera diferente: al ver lo que está pasando allí desde fuera y desde dentro a la vez, no me dejo llevar tanto por un tema sentimental, como me pasó en el primer disco, y no tengo una visión viciada; pero a la vez soy más consciente de todo lo que puede aportar Galicia.
Estamos en época de entroido (carnaval). Y es algo que está bastante presente en tu música, para empezar en muchas carátulas de discos y de singles. ¿Es un recurso estético o tiene una historia detrás?
En la relación que tengo con Galicia, hay ciertos elementos que me fascinan, como el tema de los petrogrifos, que usamos en todo el arte de Embruxo y también todo el tema de los entroidos. Fue idea de Adrián Cano, que es quien hace toda la parte de arte y visuales de Baiuca. Cuando me enseñó las fotografías, me parecieron perfectas para el primer disco. Y lo recupero en Solsticio, con una imagen del norte de Portugal. La historia es fascinante: un señor que pertenece a una familia pobre que durante años ha mantenido vivo a este personaje del entroido cuando prácticamente nadie más se viste con esta ropa y caretas. En los últimos años ha vuelto a aparecer esta tradición también en Portugal, además de en Galicia. Creo que es momento de que lo acerquemos al arte, en este caso la música, porque tienen un poder visual tremendo.
Tal vez sea un momento en que la electrónica más pura y experimental está ganando terreno a esos sonidos más orgánicos.
A nivel turístico siempre llaman la atención las fiestas de Ourense, pero parece que se está perdiendo un poco. Si tú me dices que se está volviendo a recuperar pues, ya me quedo tranquila.
A veces nos da la sensación de que las cosas se pierden, pero en Galicia tenemos que sentirnos afortunados de cómo se mantiene la cultura, desde las pandereteiras a la gaita, todo el tema del entroido… creo que tenemos una cultura muy potente y muy bien conservada comparada con otros lugares. Hay otros lugares que sí, la cultura se está perdiendo y es más difícil. Pero en Galicia creo que no. Otra cosa es hablar de la lengua, que cada vez hay menos gente que habla gallego; aunque también es cierto que empieza a ver gente que se reengancha, que le hablaron en castellano cuando eran pequeños y ahora de adultos sienten que su idioma es el gallego. Con el idioma obviamente vamos en una dirección un poco más complicada, pero en el tema cultural sí que tenemos, por suerte, bastante fuerza. Hay que mantenerlo, pero si nos comparamos con otros lugares, nos podemos sentir afortunados.
Pues comparo cómo las administraciones tratan la cultura en Cataluña y en Galicia y lo veo bastante diferente. Aquí se apoya mucho y allá me da la sensación de que no tanto.
Creo que la fuerza que tiene la cultura gallega es diferente a la de otros lugares. Fuerza en el sentido de que hay un interés enorme de la gente por bailar y cantar muiñeiras, por tocar la pandereta o la gaita… Yo veo muchísimo de todo eso, y no estoy tan seguro de que en otros lugares haya ese tejido cultural. Con la administración, depende de con quién hables, hay gente que lo ve de manera más crítica y otra que no. Yo tampoco tengo tanto conocimiento como para poder dar una visión sobre eso. Pero sí puedo hablar de lo que veo, y veo que la cultura gallega está superviva. Lo más importante no es lo que haga la administración, sino la gente. Que la gente esté conectada con su cultura. Por eso no me gusta tampoco cuando se habla de que estamos recuperando algo que está perdido, se puede perder, sí, y estamos aquí para evitar que pase, pero no estamos recuperando algo que se ha perdido porque siempre ha estado ahí.
Estamos preparando un especial sobre Latinoamérica, poniendo el foco en la música tradicional pasada por cierto filtro de electrónica, renovándola. ¿Cómo te conectas, o no, con la escena de América Latina?
Sí me conecto, porque vi que lo que estaban haciendo allí era una inspiración para aplicar esas técnicas con mi música. Creo que al final, lo más interesante que he hecho con esa inspiración ha sido ser yo mismo, hacer algo diferente a lo que ellos hacen. Lo que creo que les ha pasado de alguna forma es que muchos artistas punteros se han desconectado de alguna forma, porque han sentido que de repente han aparecido un montón de productores que han ido copiando ese camino y haciendo algo prácticamente igual y desvirtuando toda la escena. Es un momento en que hay muchos productores y mucha gente haciendo esa relación de música latina de diferentes lugares, con electrónica, pero los artistas punteros ya están en otra cosa. Hace unos años sí que era un momento de auge de este movimiento, pero tal vez ahora es un momento de cambio de nombres y de gente inspirándose en otra cosa. Creo que cada uno va cogiendo su camino, tal vez sea un momento en que la electrónica más pura y experimental está ganando terreno a esos sonidos más orgánicos.
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