Creemos que Jaume Sisa, nunca se planteó trasladar al directo las composiciones de Malalts del cel (Sátelite K, 2016) y si existió alguna posibilidad, la pandemia llegó para eliminarla por completo.
Su postrera y monumental obra merecía que el autor la sacara a pasear, todos sus seguidores lo anhelábamos. En 2019, cansados de aguardar, Quimi Portet y Guillem Gisbert (Manel) optaron por llevarlo a escena junto a colaboradores íntimos y con el beneplácito del galáctico trovador. El proyecto, además de las lógicas connotaciones artísticas, también quería ser una especie de homenaje al gran Sisa y su meritoria carrera, trayectoria que parece definitivamente cerrada.
Gregori Ferrer quien le ayudó, en el estudio, con las tareas de arreglos y producción, sería el director y junto a él un variopinto elenco, no necesariamente coetáneos, que tienen al del Poble Sec casi de guía espiritual. Marina Rossell, Roger Mas y David Carabén (Mishima) habían colaborado en el disco y no podían faltar. Al resto los iremos presentando durante el relato.
No es necesario incidir en lo adecuado que resultaba la elección del recinto, no tan solo por su belleza (Sisa jugaba en casa) sino también por el grado emocional que iba a presidir el acto. La unión de tantas cosas prometía felicidad y, probablemente, unas cuantas sorpresas. Benvinguts.
Aunque el propio Sisa había aseverado, en la promoción del evento, que las canciones se enriquecerían gracias a la diversidad de edades y estilos de los protagonistas, las dudas planeaban sobre el resultado final. Su universo es tan particular, que nadie puede sacarle el mismo jugo. El respeto y el amor quisieron obrar el milagro, casi lo consiguen.
De lo que sí estábamos convencidos era de que el nivel musical apuntaría alto. El polifacético músico barcelonés Gregorio Ferrer era toda una garantía como director y no fracasó. Ni él ni sus seis exquisitos acompañantes, quienes estuvieron perfectos toda la noche, ofreciendo calidez, credibilidad y frenesí a cada una de las composiciones. Diecisiete en total, sólo faltaron las minúsculas Púrria selecta y Joc d’ous, un par de ocurrencias marca de la casa.
El espectáculo, minuciosamente dispuesto, contó con una preciosa escenografía que simuló una verbena de barrio con luces de colores, una vieja furgoneta, un enorme tronco de árbol seco y diversas mesas y sillas utilizadas por los artistas invitados.
UNO X UNO
Roger Mas: El majestuoso cantautor de Solsona anduvo algo despistado con las letras, aunque su hermosa voz baritonal le facilitó las cosas en la introductoria Malats del cel y, especialmente, en Una cançó, extraordinaria pieza, muy adecuada a su estilo.
Joan Garriga: Afónico. El alma de El Mariatxi Galàctic o La Troba Kung-Fú le puso empeño, pero su estado vocal no era el adecuado. Mal en Vals de l’oblit y mejorado en La moral del manicomi. En ella pudo frasear y tocar, con pericia, la harmónica. Los músicos aparecieron cual bote salvavidas.
Maria Rodés: Adecuadísima para interpretar Tanca la porta, obra maestra nostálgica. Nos quedamos con ganas de más.
David Carabén: Uno de los triunfadores de la noche. Cantó con sobriedad Tramoia virtual y La vella cançó llevándose sonoros aplausos, sin embargo, en mi opinión, su excesivo aplomo le transportó a la sosería. Calidad aburrida.
Quimi Portet: Portet es de los que mejor domina el ideario galáctico y, junto a Tarta Relena, interpretó un Duchamp pleno de vigor recordándonos los mejores tiempos de Melodrama. Magnífico.
Tarta Relena: Se acaban los calificativos para este dúo inmaculado que convierte en oro todo lo que canta. Llevaron a su terreno medieval la lisérgica Llops udolant y obraron un nuevo prodigio.
Tronco: Los hermanos Conxita y Fermí Herrero atraparon el imaginario mundo de Hipopotàmia convirtiéndolo en más alegre y jovial si cabe. Ideales.
Guillem Gisbert: El cantante de Manel, uno de los más vitoreados, concibió su actuación de la peor manera. Olvidó su identidad para ponerse en la piel de Sisa y fracasó. Tornarà la primavera y Els anys, junto a Maria Arnal, fueron sus aportaciones.
La Ludwig Band: Quim Carandell y su genial grupo maravillaron. Quim encandiló con una bellísima lectura de La ratlla de l’horitzó, y apoyado por La Ludwig ofreció un Coristes i numismàtics (primer bis) antológico. Sombrerazo.
Maria Arnal: El nen es, una de las mejores canciones del disco y ya la podemos incluir en la lista de las decenas de joyas preciosas que atesora el cantautor. La sensible artista de Badalona moduló la melodía ejemplarmente y cerró la canción de modo primoroso. Vibración pura. “Tots els vius pensen que estan vius, no sé per què; jo només conec lleons i camells”.
Queralt Lahoz: El momento más flamenco de la sesión estuvo a cargo de la ecléctica cantante de Santa Coloma de Gramanet. Le puso hondura a Alarí Alaró y se llevó al público de calle. Grande.
Julio Bustamante: Uno de los momentos mágicos, de aquellos que no se olvidan. Tan corto como divino. El genio valenciano nos hizo llorar con La llum, sólo necesitó un par de minutos. Sin palabras.
Marina Rossell: Marina, gran amiga de Sisa, entonó Llum del capvespre con su solidez habitual, aunque le quedó algo desnaturalizada. A menudo, parece cantar siempre la misma habanera. La vitorearon. Fallar, no falla nunca
Colofón
Se le esperaba con ansia y por fin apareció. El público le recibió, puesto en pie, con una larguísima ovación. Sisa, agradecido, bailó desaforadamente, dejando patente que podría haber hecho el concierto él solito. Con todos los invitados en el escenario, interpretando La primera comunió, el homenajeado se unió a la verbena y cantó unos versos para dejarnos embobados: “Vés vianant en so de pau. Vés foraster, ves-hi el primer”. En pocos segundos se comió a todos los presentes. Mayestático.
La alcadesa Ada Colau (presente en el recinto) ha propuesto concederle la medalla de Oro al Mérito Cultural, esperemos que el reconocimiento se haga realidad. Por muchas distinciones que reciba, nada será comparable al legado que nos deja este artista enorme e irrepetible. No ha habido ni nunca habrá otro JAUME SISA.
Del segle XX a mitjans dels setanta, una fornada de malalts del cel van viatjar a l’arcàdia somniada, proa a la llum, navegant ala contra del vent”
Malalts del cel, Jaume Sisa
Autores de este artículo
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Barracuda
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Dani Alvarez
Bolerista y fotógrafo. Como fotógrafo, especializado en fotografía de espectáculos. Dentro de la fotografía de espectáculos, especializado en jazz. Dentro del jazz, especializado en músicos que piensan. Trabajo poco, la verdad.