¿Quién tiene tiempo para escuchar un disco entero? ¿Y varios? Pero es que estos no son unos discos cualquiera, sino que son los mejores discos de abril. Desde los lanzamientos internacionales más sonados como el de los Red Hot Chili Peppers, Fontaines D.C., Kurt Vile, Lizzy McAlpine, Hatchie, Duster, Toro y Moi, Camila Cabello, Kae Tempest o Father John Misty hasta lo mejor de la música nacional como Jorge Drexler, Mishima, Inspira o Germán Salto, y prestando especial atención a los artistas emergentes de proximidad como Estruç, Go Cactus, Ladilla Rusa o Las Migas. Y la lista sigue.
Tal vez no los escuches todos. No hace falta tampoco. Pincha en el preview de Spotify para ver un poco de qué va el rollo, lee su reseña y descubre algo nuevo. ¿Quién sabe? Quizá así a lo tonto descubras tu nuevo grupo favorito de la vida.
Si no tienes suficiente puedes ver todas las listas de mejores discos del mes.
MISHIMA – L’aigua clara (The Rest Is Silence, 2022)
Tot torna a començar
Més de 20 anys i 9 discs d’estudi després, la fórmula Mishima sembla no esgotar-se. La formació, com el ví, millora amb els anys i aquest L’aigua clara n’és un nou exemple. Tot i mantenir els signes formals que han donat identitat a la banda, L’aigua clara sona actual i aconsegueix aportar nous matisos sonors i fins i tot estilístics que els Mishima encara no havien explorat. Temàticament, l’àlbum toca alguns dels clàssics del grup com són l’amor, les addiccions o el pas del temps, però també obre nous camins interessants com les històries de figures com Lee Sedol o Mia Khalifa, que li aporten un nou grau d’irreverència en aquest treball, o les reflexions sobre com les noves tecnologies estan canviant la nostra manera d’estimar i relacionar-nos. Per a aquest disc, Mishima ha tornat a confiar per tercera vegada consecutiva en el productor Peter Deimel i ha tornat a gravar en els Black Box d’Anjou, a Francia. Brillen amb llum pròpia el pop ballable d’Un lloc que no recordi, l’èpica que aporten els sintetitzadors a la tornada de Sé que ets tu i la melòdica El gran lladre, que suposa la cançó ‘més Mishima’ de l’àlbum.
Per Pere Millan.
DUSTER – Together (Numero Group, 2022)
Bajo todas estas sábanas
En un periodo de cuatro años, de 1996 a 2000, Duster publicaron algunas de las canciones y discos más letárgicos de todo el rock alternativo, un catálogo de música espaciosa y melancólica que permanecería descatalogada y semi olvidada durante prácticamente dos décadas. Y luego un ‘boom’ que nadie podría haber predicho, traducido en millones de escuchas en servicios de streaming que superan a muchos grupos indie actuales, quizás aupados por la obsesión actual por el ‘lo-fi’ que defendían ellos ya por entonces y las playlists de música de fondo para estudiar. El caso es que en esta tesitura el grupo californiano regresó, primero con un álbum homónimo en 2019 y ahora, por sorpresa, con Together. En este regreso, Duster reniega de los temas de breve duración que tan buenos números les han dado, estirando sus canciones y enfocándose aún más en la parte ‘slow’ del slowcore que les caracteriza. Together se mueve perezosamente en un terreno en el que cuesta discernir entre lo confortable y lo anémico, entre si la persona bajo las sábanas de la portada está ahí por placer o por ser incapaz de moverse.
Por Miguel Lomana.
FATHER JOHN MISTY – Chloë and the Next 20th Century (Sub Pop, 2022)
La levedad de lo que viene después
Quinto álbum de estudio de Joshua P. Tillman bajo la piel de Father John Misty, su reluciente creación. No podemos evitarlo: los dos primeros discos del artista en esta nueva piel, Fear Fun y –especialmente– I Love You, Honeybear, resultaron de todo modo fulminantes. Tillman tenía un proyecto en mente y lo materializó con rigor: aquellos dos álbumes, engalanados con una preciosista producción y un diseño de arte policromático, escondían una acidez que se miraba cara a cara con la educación sentimental propia del mundo contemporáneo. Fueron dos discos duros, afilados, eventualmente compasivos. La resaca que siguió a I Love You, Honeybear propició que la piel conocida como Father John Misty tuviese que dar continuidad a su propósito. Pure Comedy y God’s Favourite Costumer se centraron, podríamos decir, en lo recitativo: Tillman puso el foco sobre la ironía y se desvistió musicalmente hasta cierto punto, confiando mucho en su poderosa personalidad vocal.
Chloë and the Next 20th Century es, desde luego, un giro a este respecto: podemos afirmar que este disco recupera el elemento lúdico de los dos primeros álbumes a los que hacíamos referencia, pero de algún modo se sostiene ahí. Ya en la inicial Chloë podemos comprobar cómo la vocación de este trabajo es mayormente ficcional, y es ese mundo de marionetas en el que Tillman se desenvuelve en esta ocasión: hay algo oscuro en toda esa pasión acartonada, un rastro lúgubre de espectáculo en blanco y negro, desusado, de otro tiempo; marca el tono de una manera similar a esas películas de Guillermo del Toro en las que la monstruosidad trata de venderse al público con un rostro amable. No tengo claro si el resultado es plenamente satisfactorio, pero desde luego el intento está latiendo: al final, Father John Misty no era una criatura de una sola piel.
Por Adrián Viéitez.
KAE TEMPEST – The Line Is A Curve (Republic Records, 2022)
La vida és un dibuix a mà alçada
Quan vaig entrevistar a Clara Peya em va parlar de la potent escena musical britànica i em va dir que trobava en Kae Tempest un gran referent. Poc temps després, vaig veure que el britànic havia publicat The line is a curve i vaig llançar-me encuriosida a la seva escolta. De totes les pistes musicals, No prizes va convertir-se de seguida en la meva preferida: primer de tot, perquè la veu recitada de Kae Tempest i la tornada de Lianne La Havas feien un match perfecte i, segon, perquè el text tenia frases tan impactants com “I used to make plans, now I make decisions” (jo acostumava a fer plans, ara prenc decisions). Aquesta frase resumeix a la perfecció aquest nou llançament, que ens parla sobre el fet d’improvisar, fluir i deixar-se emportar. Kae Tempest construeix un disc narratiu i poètic, en què per primera mostra la seva faceta més personal i veiem el seu rostre (tot i que borrós) en portada.
Per Júlia Palacín.
LIZZY McALPINE – five seconds flat (AWAL, 2022)
Amor y perdida
Escuchar este disco es como escuchar una historia. La crudeza de las letras, que parecen sacadas de una novela, podrian recordar a folklore o evermore de Taylor Swift. Se trata de una narrativa cohesiva, el orden en el que se escucha el album importa, estan puestas así por una razón: para contarnos una historia de amor y perdida. Nos explica, de manera cronològica, el desamor y el encuentro de un nuevo comienzo. Su sonido podría recordarnos a Phoebe Bridgers, Gracie Adams o los dos discos mencionados antes, lo que me gusta llamar ‘sad girl music’: letras desgarradoras y conmovedoras que destacan por encima de los instrumentos. No habla únicamente de la perdida de una pareja, sino también del duelo. En chemtrails canta un tributo a su padre, capturando un duelo atemporal. Esta canción recuerda a headstones and Land Mines, que sacó en 2020 y trata sobre el duelo causado por la panndémia y la perdida de su padre. Hay que destacar la canción de clausura, orange show speedway, un final poderoso que captura el empezar de muevo mientras aceptas los recuerdos del pasado pero no dejas que estos te limiten.
Por Lídia Moreno.
HATCHIE – Giving the World Away (Secretly Canadian, 2022)
El mundo en expansión de Harriette Pillbeam
La música de Harriette Pilbeam, la cantante australiana más conocida como Hatchie, parece encontrarse siempre, al igual que otras revitalizadoras del sonido noventas como Beabadoobee, Soccer Mommy o Snail Mail, atada a referentes muy específicos de la época, más concretamente a los sonidos densos y etéreos del dream pop, shoegaze y subgéneros relacionados. Lo sorprendente, en su caso, es que a medida que su discografía avanza, su estilo absorbe más y más influencias de este periodo específico hasta llegar a un punto en que esquiva con facilidad cualquier intento de comparación simplona. Giving the World Away es el culmen de esta evolución, añadiendo con la ayuda de nuevos colaboradores como Dan Nigro o Jorge Elbrecht un pulso más bailable, reminiscente de los indies convertidos en raveros de Manchester. Todo eso, sin suavizar las texturas ruidosas y, más difícil todavía, manteniendo el appeal naif tomado del radio-pop también de aquella época (inspiración a menudo pasada por alto y evidenciada por la cover que publicó hace unos meses de Crush, de Jennifer Paige). Aunque esta amalgama en ocasiones pueda ser algo abrumadora, especialmente cuando falla el apartado compositivo, Giving the World Away tiene más que temas suficientes para justificarse como un éxito y un paso adelante en la carrera de Hatchie.
Por Miguel Lomana.
TORO Y MOI – Mahal (Dead Oceans, 2022)
Artista camaleón
En la carrera de Chaz Bundick –más conocido como Toro y Moi– la observación y la exploración han tomado un papel protagonista. El artista nortemaricano ha destacado por su flexibilidad a la hora de componer, la cual, con el paso de los años, ha cautivado a los amantes de los géneros que confluyen para alzarse. Esta vez, Toro y Moi regresa con Mahal, un disco que se despega de la era chillwave y se sumerge en la psicodelia, que a ratos nos recuerda a la locura del gran Tame Impala. Aunque el funk esté muy presente durante todo el tracklist, Bundick flirtea con géneros como el rock, muy presente en canciones como Way Too Hoot. Mi veredicto es el siguiente: pese a ser consciente de que en lo técnico es un diez de diez, este disco me ha dejado un tanto fría. Sin embargo, no me quedo con un mal sabor de boca y sigo tentada de volver a escucharlo.
Por Paula González.
KURT VILE – (watch my moves) (Verve Forecast, 2022)
Perdre’s en un mateix
Des de la seva sortida de The War on Drugs, Kurt Vile ha construït una interessant i prolífica carrera en solitari, que l’ha convertit en un dels cantautors a tenir més en compte de l’escena indie rock als Estats Units. Ara, l’artista de Pensilvània presenta (watch my moves), on continua explorant les arestes del rock atmosfèric, submergint-se amb actitud jovial dins del seu imaginari oníric i repetitiu, sense preocupar-se per la direcció o el destí final d’aquest trajecte. Malgrat això, el resultat final no sembla grandiloqüent, més aviat al contrari, conté la senzillesa formal del millor Neil Young però incorporant el regust psicodèlic característic de Vile. El disc arranca amb la minimalista Going on a plane today, però aixeca el vol amb la sinuosa Flyin (like a fast train). La introspectiva Like a exploding stone i el duet amb Cate Le Bon a Jesus on a Wire són dos dels altres moments destacats de l’àlbum. En un moment on la vida s’ha convertit en un lloc sense treva, (watch my moves) exigeix trepitjar el fre, aturar-se una estona i dedicar una estona a perdre’s en un mateix.
Per Pere Millan.
RED HOT CHILI PEPPERS – Unlimited Love (Warner Music, 2022)
Mirar-se al mirall
Després de més de 6 anys de silenci discogràfic, els Red Hot Chili Peppers tornen a la càrrega. Els californians són unes autèntiques llegendes del rock, amb una trajectòria que ja frega els 40 anys i un èxit comercial a finals dels 90 i principis dels 2000 que els va convertir en la banda sonora de tota una generació, i, per tant, no tenen res a demostrar a ningú. Partint d’aquesta base, Unlimited Love desprèn precisament aquesta actitud, ja que l’àlbum fa la sensació de buscar molt més l’autohomenatge i la química musical entre els mateixos Peppers, que no pas la pulsió més comercial o la recerca de l’èxit pop.
Per a aquest retorn tan sonat, RHCP ha tornat a comptar amb la presència de dues de les claus del seu èxit: Primer de tot, recuperen el guitarrista Joe Frusciante, després d’abandonar temporalment la banda per segona vegada per a intentar buscar-se a ell mateix entre la música experimental i l’electrònica; i també reapareix Rick Rubin, productor clau en la carrera del grup amb àlbums com Blood Sugar Sex Magik (Warner Records, 1991), Californication (Warner Records, 1999) o By the Way (Warner Records, 2002). Amb aquests ingredients, RHCP ha gestat un àlbum llarg i frondós (73 minuts!), on apareixen gran part dels trets característics que han convertit als californians en una banda de referència: les boges jams funkies, com és el cas d’Aquatic Mouth Dance o Poster Child; el to gairebé grunge del single Black Summer, la baladeta emotiva com Not the one o l’ambientació més hip-hop com a One Way Traffic. Tot plegat, embolcallat per un Flea que com sempre demostra la seva classe com a generador d’estil amb el baix, un Chad Smith que manté la contundència a la bateria, un Frusciante més cohibit de l’habitual i un Anthony Kiedis que torna a deixar lletres d’allò més curioses i alhora polèmiques en ser impossibles d’entendre.
Per Pere Millan.
FONTAINES D.C. – Skinty Fia (Partisan, 2022)
La identidad de una banda y un país
“La maldición de los ciervos” (traducción literal del irlandés) es el título escogido por Fontaines D.C. para cerrar su primer trío de discos ganadores, tras los aclamados Dogrel (2019) y A Hero’s Death (2020). Un nombre poco casual que viene a resumir, sin ser el concepto único del álbum, el sentimiento foráneo de una banda ahora viviendo en el Reino Unido y que se ve reflejada en la juventud irlandesa obligada a exiliarse de su país, mientras ve diluirse y desaparecer poco a poco esa identidad tan arraigada. Valientes en lo musical, abren el disco con seis minutazos de la solemne e intensa In ár gCroíthe go deo (“en nuestros corazones para siempre”), inspirada en en un suceso reciente en el cual a una familia afincada en Coventry se le quiso prohibir colocar dicha inscripción en gaélico en la lápida de su madre, alegando incitación al terrorismo. Consolidan su sonido post-punk, algo oscuro y siempre con un halo de decadencia, aunque con la introducción de nuevas ideas más melódicas consiguen cortes brillantes como Jackie Down the Line o Roman Holiday. También triunfa la declaración-protesta I love you, en la que descargan toda la rabia hacia los gestores de su país, siendo su canción más explícitamente política jamás publicada. Aun siendo una banda con gran recorrido por delante y que no ha tocado techo, los dublineses nos dan su mejor trabajo hasta la fecha, a corazón abierto y a muy alto nivel compositivo.
Por Mikel Agirre.
ESTRUÇ – Kitsch Cliché Olé (Indian Runners, 2022)
Diversión post-punk relax
Kitsch Cliché Olé, nuevo EP del trío barcelonés Estruç y su primera colección de temas desde Peça fugaç (2018) podría definirse como lo que pasaría si obligaras a una banda post-hardcore a aprenderse el repertorio de un conjunto lounge: las canciones son agradables, el sonido depurado, la voz de Ota Quílez suave, pero irremediablemente en algún punto las canciones se tuercen, las guitarras se recrudecen y salen a la superficie pequeños estallidos de ruido. El resultado son cinco canciones que evocan a Stereolab (referenciados directamente en Percolador), a bossa-nova y al virtuosismo post-punk de bandas como Minutemen o Gang of Four, en las que Estruç desarrollan un tono desenfadado y divertido pero tenso, cuidado y perfeccionado en su relajación, dinámico y progresivo, con destellos de inspiración que, nada más finalizar la escucha, te hace querer volver de nuevo, a estar un rato más.
Por Miguel Lomana.
GO CACTUS – We Have Wasted the Chance But We Are Fine (BMG, 2022)
Atemporalidad y rollazo
Diez canciones, tintes garage y mucho movimiento de pie para acompañar el ritmazo de un disco uniforme y coherente que avanza y se aleja de la monotonía que pueden llegar a presentar álbumes con géneros tan sellados. Pese a ser su primer disco, los mallorquines ya empezaron a sembrar experiencia con sus tres anteriores EPs, lo cual se hace notable en las canciones que configuran su nuevo trabajo, We Have Wasted the Chance But We Are Fine. Con un rollo a lo Cage the Elephant, Go Cactus llega para conquistar el corazón de un público que se viene arriba con canciones propias del rock garage. A pesar de las nuevas tendencias, protagonizadas por el uso de sintetizadores y otros modificadores, la banda sigue apostando por un sonido que, pese a no reflejar la ola contemporánea, suena absolutamente atemporal.
Por Paula González.
LADILLA RUSA – Costumbrismo mágico (El Genio Equivocado, 2022)
Pachangueo y buen rollo
El electropop de los barceloneses vuelve con más personajes estrambóticos, máss referencias populares y mucho humor, como era de esperar. Costumbrismo mágico es un disco conceptual que homenajea a las historias cotidianas. Hay que decir que las letras del nuevo trabajo están más trabajadas que el del anterior, Estado de Malestar (2018), aunque a veces también son más absurdas pero sinn duda más divertidas. El album cuenta con seis canciones nuevas, pero tambien incluye cinco que ya las tenemos más que memorizadas y hemos bailado en fiestas mayores como KITT y los coches del pasado o A metro y medio de ti, que esta no la hemos podido disfrutar en alguna fiesta de pueblo, aún. Pachangueo y buen rollo es lo que transminten Ladilla Rusa y su nuevo disco
Por Lídia Moreno.
LAS MIGAS – LIBRES (Autoeditado, 2022)
Ni la otra ni esa: las protas en su novela
LIBRES empieza pisando fuerte con El querer de una morena, una ranchera o, si se prefiere, un country aflamencado alrededor del cual se escuchan, de fondo, voces en inglés que le dan un toque western a la canción. El estribillo alude al amor propio, en tanto que Las Migas recitan “quien se muere sin probar el querer de una morena se va de este mundo al otro sin saber lo que es canela”. Antonia cuenta la historia de una pirata del amor, una femme fatale, cuya afición parece ser morder el corazón de los hombres, mientras que Alba deriva en lo contrario al tratarse de un tema de desamor en el cual, junto a Estrella Morente, lamentan en forma de metáfora la ruptura con una persona a la que amaban. Mi surfero resulta ser de las composiciones más completas, porque se distinguen tres actos: la tarareada que recuerda a una nana, la poética en la que se incorporan los demás instrumentos y la bulería, que sirve para canalizar lo que reina en el amor: lo visceral. En definitiva, La Cantaora (ft. María Peláe), que se acerca a un track experimental al recoger el R&B y el rap a lo Mala Rodríguez, incluye el mensaje que atraviesa todo el álbum y que da sentido a su título: cuatro mujeres independientes que no buscan ser “la otra ni esa, sino las protas en su novela”.
Por Raquel Ashby.
CAMILA CABELLO – Familia (Epic, 2022)
Un batiburrillo de todo
La vida de Camila Cabello ya es una mezcla cubana y estadounidense. Nacida en La Habana, se mudó a Miami con su madre a los 6 años persiguiendo una vida mejor. Titulándose Familia, sabíamos que encontraríamos ambos polos en este disco, tanto música latina típica como música más electrónica y comercial. No sé si la combinación acaba de encajar al 100%, pero la idea de que Camila es ambas, queda totalmente clara.
Encontramos temazos como Don’t Go Yet, el single que acumula ya casi 300 millones de escuchas o La Buena Vida, una canción que grita México por todos lados y que sirve de homenaje a su padre. Lo malo es que quedan algo tapadas por temas más flojos como Quiet o No Doubt, con un sonido electrónico que descuadra un poco al que se escucha el álbum entero.
Aun así, es innegable la sensibilidad de la artista en una de sus canciones más tristes, everyone at this party, dónde se despide de su expareja y consigue que empatices con ella al 100% (y más si has seguido loa relación por redes durante los años), o la calidad que tiene Hasta Los Dientes junto a la conocida Maria Becerra, un tema bailable que apunta maneras para convertirse en un hit verano.
Por Andie Contreras.
JORGE DREXLER – Tinta y tiempo (Sony Music, 2022)
Amor al arte
Debo confesar que, ya de entrada, mi juicio está sesgado, porque las composiciones del uruguayo me tienen el corazón robado desde hace tiempos. Una de sus canciones en concreto, Movimiento, preside mi sección de bucles y diría que, aún a día de hoy, sigo maravillada por la sensibilidad con que ese tema me transporta a los orígenes de la especie humana. En el nuevo disco de Drexler, Tinta y tiempo, he podido encontrar su característica magia, que en esta ocasión captura la energía del amor en sus múltiples expresiones. En temas como Tinta y tiempo o Amor al arte comprobamos su gusto por las letras y la música. En otras como El Plan Maestro, en que colabora con el alabado Rubén Blades o Tocarte, junto a C. Tangana, vemos la faceta del amor más romántico y sensual. El disco queda hilado por una brillante interpretación de la Orquesta de la Comunidad de Madrid que consigue elevar sonido y texto. Las grandes colaboraciones citadas hacen, a su vez, que la pasión del artista sea compartida y amplificada.
Por Júlia Palacín.
INSPIRA – Acaba i comença (Bankrobber, 2022)
Nostalgia i record amb esperança
Després d’un parèntesi de cinc anys, Inspira torna amb aquest nou treball. És un disc que mira cap al passat, però a la vegada obre el prisma cap a nous horitzons. Combinen temes com la nostàlgia i el record, que conformen els múltiples camins després d’un adéu. L’àlbum parla de la memòria, que mai deixa de cremar, tot i que vulguem avançar. Jordi Lanuza, al capdavant del grup, és l’encarregat de la creació de les cançons, de les lletres transparents. En termes de so, la combinació dels moments de calma amb climes àlgids creen una sensació de subtilesa i èpica que té com a guia la veu càlida i propera de Lanzuna. Al bar Vinil, el tema d’obertura, és una oda al lloc, presentat pràcticament com una carta d’amor a les hores passades entre aquelles parets, asseguts en aquelles cadires. La decisió de gravar el disc en directe, tocant tota la banda a la vegada com si estiguessin fent un concert, dona a la producció un to més cru i real que si hagués estat fet en un estudi per separat.
Per Lídia Moreno.
GERMÁN SALTO – Germán Salto (Autoeditado, 2022)
Intensos y (des)enamorados
A veces me gusta escuchar discos de los que conozco al artista previamente para descubrir nuevos temazos. Germán Salto fue uno de ellos. Y vaya sorpresa. Sorpresa de las buenas. Podría describirlo como una mezcla del gran Leiva, la oreja de Van Gogh o Amaral, que se mezcla con guitarreo eléctrico cómo el del propio Fito o una bonita orquesta clásica. ¿Tiene sentido? Espero que sí. Es un disco fácil de escuchar, que acompaña, estés haciendo lo que estés haciendo.
Lo que es un hecho es que Germán es un romántico, que sabe escribir sobre el amor y todas sus etapas. Así se muestra en No, el single que resume muy bien el sonido de que predomina en el álbum: pop con protagonismo orquestal. Dejándose llevar por la intensidad, la guitarra eléctrica y la batería de Cuando No Tenías Sed te atrapan y este tema le recarga las pilas a cualquiera. Aunque si os tengo que ser sincera, Solo El Tiempo se ha colado en mi playlist. Por algo será.
El disco cambia de mood constantemente y su último tema, Vals Final, lo engloba a la perfección: Empezando con una balada orquestal, acaba con una batería y una trompeta dignas de un himno. Más intensidad, cómo nos gusta.
Por Andie Contreras.
Jose Domingo – Tu piel es la galaxia (Jose Domingo, 2022)
Jose Domingo y su viaje al Área 51
Con cinco trabajos a sus espaldas, Jose Domingo regresa para presentar un disco con dos columnas vertebrales: el pop-rock psicodélico y la ciencia ficción. Cuando creías que este género solo podía pertenecer al cine, el catalán lanza un remake de E.T en el que, a través de 9 canciones, nos narra la relación entre un humano y un extraterrestre que aterriza en la tierra con un único propósito: encontrar el amor. Detrás de esta premisa nos existen reflexiones sobre nuestra vida cotidiana que nos acercan a las vivencias del cantautor. Como en la hipnótica Aguas, que nos transporta a una situación en que en la que todo parece desbordarse. Doctor Martín Clavo, Clara Ingold y Mariona Aupí colaboran en Tu piel es la galaxia para aportar tintes frescos y el resultado es un disco con matices, mensajes potentes y una sonoridad que se desenvuelve de forma paulatina.
Por Paula González
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