Joni D.: “El CD siempre ha sido una gran estafa”

Hablamos con Joni D., cofundador de Kasba Music, el sello independiente que está presentando una colección de 11 vinilos con motivo de la celebración de su 20 aniversario. Joni no se corta un pelo y nos habla de sus inquietudes, pensamientos y, por supuesto, del valor de este inusual y gigantesco proyecto.
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El 7 de junio, Kasba Music lanzó al mercado El lado oscuro, emblemática obra grabada por los alicantinos Maniática durante los faustos de la EXPO’92. Cruzado el ecuador de la colección compuesta por 11 esplendorosos vinilos, editados por la agitadora productora con motivo de la celebración de su 20 aniversario, nos apetece charlar con el combativo e incansable Joni D. quien, junto a su mujer Amparo, forman una de las parejas más osadas y clarividentes de nuestro panorama musical.

Joni no se corta un pelo y nos habla de sus inquietudes, pensamientos y, por supuesto, del valor de este inusual y gigantesco proyecto. Sus palabras embriagan e instruyen, conduciéndonos a una profunda reflexión.

Kasba Music nos abre las puertas a un mundo distinto.

Desde que iniciasteis el proyecto de celebración del vigésimo aniversario de Kasba Music, con su colección de once vinilos, os han llovido reconocimientos y entrevistas. Detrás de la, lógica, alegría ¿existe un cierto desaliento por el desapego de los medios generalistas, antes de que esta efeméride sucediera? Parece como si tuvieras que celebrar algo o morirte para que te reconozcan.

El desaliento existe desde siempre. Siempre hay dignísimas excepciones, no hace falta dar nombres, pero en general tanto los medios generalistas como los medios públicos (lo cual es mucho más doloroso) miran para otro lado cuando de cultura de base se habla. Es algo con lo que luchamos desde hace 20 años y, depende del día, lo llevamos mejor o peor, esto tiene que ver mucho con tu estado de ánimo.

Hicimos una rueda de prensa para anunciar los actos secretos del 20 aniversario, que si no me equivoco, es la primera que convocaba Kasba Music en 20 años. Invitamos a 17 personas con cargo o programa propio de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, y de esas 17, sólo vino una para comer y beber gratis, de RTVE vinieron 5 de 7. Este dato es la clarividencia del caso que nos hacen.

Pero los demás han respondido mejor…

A parte de los grandes medios estatales, por ejemplo los diarios con sede en Barcelona, siempre nos han tenido en cuenta. Obviamente nos gustaría tener mayor presencia, claro, pero también entendemos que los periodistas tienen que dedicarse a sus medios y no pueden estar todo el día encima de grupitos de 100 seguidores, tampoco lo pretendemos. Ellos saben, perfectamente, que no les perseguimos. De cada 20 discos que sacamos, les presionamos en uno, porqué creemos que tiene cierto valor cultural o comercial o de otro tipo, cada disco posee el suyo. El problema principal y lo que nos da rabia y un poco de vergüenza ajena son los medios públicos.

Joni © Marina Tomàs
Joni D. © Marina Tomàs

Nunca hemos pretendido ser elitistas, ni musicalmente ni en lo comercial.

El Jazz no abunda en vuestras producciones, así que me gustaría comenzar con una improvisación. Nuestra web y demás publicaciones, ya han hablado, largo y tendido, de vuestros anhelos con esta conmemoración. Improvisa. No te cortes.

La sensación es que estamos en el mejor momento de nuestra historia, y que este es el proyecto más bestia que hemos hecho a lo largo de estas dos décadas de existencia. Por otro lado, la impresión es que nunca haremos lo suficiente como para tener ese reconocimiento del que hablabas antes. Pero al mismo tiempo, lo que hemos ambicionado, es que los medios oficiales tengan en cuenta que se deben a todos y a todas. Nuestro público y artistas, aunque sean minoritarios y no pertenezcan al mainstream, están pagando sus impuestos para tener esa presencia de vez en cuando.

Os han preguntado por los inicios de Kasba Music, pero ¿cómo se conocieron Amparo y Joni? ¿Os unió la música? ¿El blues, el punk? Me gusta hacer de chafardero.

Fue el entorno, no tanto la música. Amparo trabajaba en un bar musical, el Tarcus, y yo la conocí allí a través de amigos músicos, especialmente el Gos, cantante de Odi Social, él fue quien me la presentó. La verdad es que Amparo tardó varios años en fijarse en mí y, finalmente, cuando nos enamoramos, ella estaba trabajando en un restaurante anarquista, El Escondite del Pirata, y yo vivía a 100 metros y hasta hoy. Han pasado 31 años.

Todo comenzó con el discutible adjetivo de la música mestiza dónde, en teoría, todo cabe. La realidad de “prohibido etiquetas” os ha hecho cambiar.

Amparo y yo somos diferentes. Ambos venimos de lugares muy distintos, pero coincidentes en la calle. Amparo procede de una tradición “bluesera” en la que yo no me había fijado de joven; a pesar de eso, nunca ha sido amante de las etiquetas y le han gustado muchas cosas diferentes. En cambio, yo, en aquel entonces, era un puto punki e iba con mi etiqueta encima y nadie me sacaba de ahí. Es cierto que siempre he tenido algunos ramalazos que servían para que los punkis me reprocharan ser el bicho raro. Reconozco que era fan de Tequila, de Alaska y los Pegamoides y ellos, no iban de ese rollo. Unos años más tarde me hice súper fan de Barricada. A partir de ahí es cuando vamos creciendo, todo se va mezclando y dices adiós a las dichosas etiquetas.

En el caso de Kasba y, profesionalmente, la mezcla ha sido muy explícita. Cuando creamos Kasba yo ya había crecido, y evolucionado lo suficiente, para decir que no quería marcas en mi vida. En ese momento, son los medios los que nos etiquetan y dicen que Kasba es un sello mestizo, cuando nunca pretendió serlo. Es cierto que empezó con muchos grupos de mestizaje porqué esa era una realidad de la música popular de Barcelona que nos ha interesado siempre, pero al mismo tiempo a los 2 años de crear Kasba, estábamos publicando Rabia Positiva, que era un grupo de hardcore punk de Sants, a los 3 años editamos a S Curro, un rapero de Sevilla, y hasta el día de hoy, que ya hemos hecho casi de todo. Es cierto que hay poco jazz, pero hay alguna aproximación a través de Aiala o Xavier Pié (Macc Studio Sessions).

Hablemos de tendencias. No tener ni idea de solfeo o no saber entonar una nota correctamente, se tilda o tildaba de contracultural o transgresor. En los 80s quizá tenía sentido. ¿Lo sigue teniendo?

Yo creo que no tiene una cosa que ver con la otra. Es decir, puedes ser muy mainstream desafinando, y eso, a día de hoy, creo que es bastante obvio y, por otro lado, ser contracultural sabiendo muchísimo de música, como por ejemplo, Clara Peya.

En Kasba, cada disco tiene su valor. Tenemos algunos porqué musicalmente son una maravilla, otros que te emocionan sin necesidad de ser ejemplares, e incluso los hay por la capacidad humana que existe detrás. Nunca hemos pretendido ser elitistas, ni musicalmente ni en lo comercial. No buscamos el dinero, investigamos para encontrar algo que nos mueva, puede ser por diferentes razones.

El término independiente o el de la autoedición han cambiado en los últimos años. A los grupos de rock los han marginado las multinacionales, a no ser que tan solo influyan en la distribución, lo que no es nada banal.

Siempre nos hemos definido como independientes, creemos en la independencia musical tal y como era en su origen. Hablamos de los primeros sellos que se crearon al albor del nacimiento del punk. Gente muy cercana a los músicos que creaban una microestructura como la nuestra para intentar desarrollar esas músicas de sus amigos o incluso de su propio grupo.

Personalmente tuve una relación profesional con Tralla Records, uno de los primeros sellos independientes de Barcelona, creado en 1991. Llevé el departamento internacional durante varios años y después, cuando Amparo y yo ya teníamos la agencia Hace Color, desde ahí llevábamos la comunicación de Esan Ozenki / Metak en Cataluña. Han sido nuestros dos grandes referentes y siempre los hemos reivindicado. Aprendimos mucho de ellos y hemos intentado hacer lo que hacían en otro tiempo.

Hoy en día, hay sellos independientes, que se tildan de ello, pero que tienen grandes vínculos con las grandes empresas de comunicación distribuidas por multinacionales. Para mí eso no es independencia musical, igual deberemos buscarle otro nombre. Yo no exijo a los artistas que practiquen el juego de Kasba Music, cada uno hace lo que quiere, aunque nos importa nuestra nuestra manera de proceder. Respetamos muchísimo a La Pegatina, grupo que salió de Kasba para irse a Warner y que ahora está trabajando con música global. Creyeron que con Kasba habían llegado a un tope (querían más, un concepto que considero abstracto), y no hubo ningún problema. Siempre han respetado muchísimo nuestro trabajo, nos lo han agradecido, nos han respetado y han colaborado mucho con nosotros y hemos seguido siendo amigos. Me parece magnífico que hayan conseguido sus propósitos mediante multinacionales. No tengo nada que reprocharles.

Joni © Marina Tomàs
Joni D. © Marina Tomàs

El auge de la extrema derecha, la situación del fin del mundo, de la crisis climática, el retorno de la censura al estado español, exige un posicionamiento y somos muchos los que no tenemos ningún tipo de reparo en demostrarlo públicamente.

El rock más serio siempre ha estado marginado por las multinacionales y relegado a sellos como los vuestros, ¿no?

Yo diría que excepto la música comercial, de cada momento, todas están discriminadas por las multinacionales, su objetivo es ganar dinero. Encuentran a un artista que tiene tirada y rápidamente van a por él, y la competencia de al lado que no lo ha conseguido, busca uno muy similar (o se lo inventa) para poder competir. Para mí el problema no es tanto la música, nosotros miramos mucho todos estos aspectos filosóficos desde nuestro prisma local, en Cataluña es algo evidente. La primera vez que la política institucional metió la mano en la música, apareció un grupo que eran como los Rolling Stones en catalán, otro pretendían ser los Beatles e incluso unos que querían ser La Polla Records, también en catalán, y así todo. Cuando esto se acabó, llegó otra época, y aparecieron un montón de bandas de pop: Els Amics De Les Arts, Manel, Mishima, etc… Este caso explícito, el pop catalán de principios del siglo XXI, competía con la música que se hacía en la calle, que era el mestizaje. Este tenía un poder popular de grandes festivales y eventos brutales: ¡40000 personas en el Sot del Migdia viendo a Manu Chao! Los medios afines a la política institucional catalana contraatacaron con un estilo y unos artistas que dijeran alguna cosa social, que metieran el dedo en la llaga, pero pintándolo todo muy bonito.

Cuando se consiguió despolitizar a esas músicas populares que salían de los centros sociales, okupados de la calle, aparecen grupos en Cataluña que hacían mestizaje, pero ya 100% naif y despolitizado, entonces el estilo triunfa, hablo de Txarango. Hay gente que dice que son muy políticos, pero si los comparamos con cualquiera de los grupos de la primera hornada del mestizaje como Ojos de Brujo, Dusminguet y Color Humano, que estaban dando al callo, realmente, hasta en las manifestaciones okupas, pues hay bastante distancia entre unos y otros. Los grandes sellos catalanes, aunque no sean nacionales, juegan a lo mismo que juegan las multinacionales. Hoy en día nos toca comer hasta en la sopa lo que ahora llaman música urbana, que está completamente vacía de contenido.

Últimamente están apareciendo muchos grupos jóvenes de punk, garage, pop acelerado, músicas a guitarrazo limpio… ¿Crees que está reviviendo el género como respuesta en contra a estas músicas urbanas de las que hablábamos?

Se está haciendo, entre comillas, mayoritario (que no mainstream). En Cataluña tenemos a Crim, que mueven a mucha gente o en Madrid está Biznaga. En Cataluña, el punk siempre ha tenido una base importante, pero lo que ocurre ahora mismo es tremendo. Para editar Cataluña explota, la compilación que sacaremos en unos meses, escogimos 8 grupos y fue fácil, rápido, pero estamos intentando preparar la lista para hacer el volumen dos y hay tantas y tantas bandas de punk… solo en Blanes ya hay dos o tres, y así en infinidad de poblaciones. ¡Es una barbaridad!

Imagino que es una respuesta a la música urbana, aunque, quizá, inconsciente. En Cataluña siempre ha existido esta base y, ahora, el empuje aumenta porqué lo la situación lo demanda. El auge de la extrema derecha, la situación del fin del mundo, de la crisis climática, el retorno de la censura al estado español, exige un posicionamiento y somos muchos los que no tenemos ningún tipo de reparo en demostrarlo públicamente.

Es evidente que el nombre de Fermín Muguruza es esencial en vuestra trayectoria. ¿De qué manera os han marcado sus ideales y, por supuesto, su imaginario sonoro?

Uf, es difícil. Sus ideales, en realidad, no creo que nos hayan marcado. Nos ha gusta leer sus entrevistas, escucharle hablar, y nos ha introducido gentes y luchas; ideológicamente estamos muy cerca. Pero al mismo tiempo nos hemos definido de diferente manera. Amparo, y especialmente yo, somos libertarios, anarquistas. En cambio, si debemos describirlo con una palabra, Fermín (aunque no sé si se ha definido el mismo así, aunque es como la gente lo describe), es independentista. No es excluyente una cosa de la otra. Fermín viene de una tradición y unos hechos que le han ido caracterizando, pero igual que a mí. Creo que al final cada vez nos acercamos más el uno al otro: la relación, la vida… No sé si llevamos 20 años trabajando juntos ininterrumpidamente porqué pensamos igual o si pensamos igual o parecido porque llevamos 20 años trabajando consecutivamente juntos.

En cuanto al imaginario sonoro Fermín nos ha enseñado mucho más que de imaginario político. Yo nunca he sido un gran amante del ska, pero monté el primer concierto de Kortatu en Barcelona en el que había un gran componente de sonido jamaicano y ahora me gusta mucho más. Él me supera en esta inquietud. Yo soy más básico, crecí con el punk y me he quedado allí. Con el paso de los años, tanto Amparo como Fermín me han enseñado a abrir la mente, se lo agradezco muchísimo.

Nadie parece querer pasar página, básicamente por motivos electorales. Imagino que conocéis el caso de la actriz Iziar Ituño (La Casa de Papel) que participó en un acto para acercar a los presos de ETA al Euskadi. Ella aseveró: “en el siglo XXI siga habiendo cazas de brujas para expresarse libremente, sin hacer daño a nadie. Yo soy la que soy, y esto es lo que hay”. ¿Lo de las dos Españas no tiene “The End”?

No lo conozco en gran detalle, pero sinceramente, si se me permite, creo que España solo hay una. Puede sonar a broma, pero creo que es la verdad. España es irreformable. Es la razón que ha conseguido después de amplio análisis por mi parte que yo me defina como independentista, no sé si fue cuando salió Que Pagui Pujol o uno de esos libros. Yo nací punk, me gusta romper cosas (con un objetivo final positivo, pero me gusta romper cosas), y creo que no hay cosa más grande que pueda romper que España, sería un gran gozo romperla a ella y a su monarquía. Reitero, España solo hay una. Es aquella nacida de la conquista de América, de los Reyes Católicos y de toda esa purria, hay que acabar con ello como sea.

Es como con las lenguas. Lo único mejor que ser bilingües es ser trilingües. Para que dos culturas coexistan es necesario qué tres culturas lo hagan. Si lo que quieres es monoexistir, estás reduciendo el tamaño de tu cerebro al de un mosquito.

Joni © Marina Tomàs
Joni D. © Marina Tomàs

Para escuchar música digital tienes las plataformas, para escuchar música real tienes los vinilos.

En vuestro caso, lo de definirse como punkies, no es postureo. Creéis en la revolución, aunque tengáis que pasar por el aro en muchas ocasiones.

Para poder vivir, sí. La vida te hace pasar por ese aro, y cada uno decide por dónde pasa o no. Soy punki y anticapitalista. En entrevistas que he hecho sobre libros o mi activismo social i okupa, en medios como La Vanguardia o El Mundo, me motiva leer los comentarios de los lectores. Nos exigen una coherencia brutal al pertenecer el enemigo, pero no la tienen ni ellos. Todos somos incoherentes. Si tú eres un maldito neonazi y estás viviendo en el estado español en el siglo XXI eres incoherente, porqué lo que tendrías que hacer es salir a la calle a matar negros, rojos, maricas, lo que sea, esa es la discordancia. A nosotros nos toca la de tener una tarjeta de crédito, o trabajar con un banco, entre muchas otras cosas. A nivel profesional nuestra incompatibilidad es que hemos tenido que montar una empresa en lugar de una cooperativa. De hecho, este fue el error de Tralla Records. Ellos la montaron  para empezar a funcionar y, finalmente, eso es lo que se los llevó por delante. Había tantas cargas fiscales, profesionales y laborales que era imposible el mantenimiento del proyecto. Nosotros aprendimos de esos errores, vimos que una cooperativa era inviable. Montamos una S.L. y allí estamos Amparo y yo, trabajando 20 años después y manteniendo el proyecto vivo.

Cambiemos de tercio. Cuando aparecieron los cd, su precio era caro respecto al vinilo. En estos momentos ha girado la tortilla, aunque esa es la realidad del coste. ¿Nos tomaron el pelo?

El CD siempre ha sido una gran estafa. El nacimiento del CD era un arma temporal para acabar con competidores y con independientes. Nosotros creamos Kasba en el 2004, en el 2003 muere Tralla Records y en el 2005 muere Esan Ozenki / Metak, y mueren producto del cambio de formato y por internet, que tiene bastante más peso, la verdad. Al final el resultado es que estos sellos independientes estaban desapareciendo. Aprovecho para mencionar a la discográfica BCore, que lleva muchos años y a la cual Barcelona debe mucho.

El Compact Disc está muerto, ha desaparecido. Es cierto que se siguen vendiendo algo, pero, a nuestro nivel, en los primeros 6 meses de 2023, las ventas físicas, han sido 20% cd y 80% vinilo, teniendo en cuenta que tenemos un catálogo de más de 200 CD’s y de tan solo 30 vinilos, la diferencia es muy bestia. Un CD no te aporta nada o poco más de lo que te pueda aportar una plataforma de streaming. La gente, hoy en día, escucha música a través de plataformas y los amantes de la música compran vinilos, porqué suenan diferente. No entraré en mejor o peor , quizá es una cuestión de costumbre de mi oído, pero creo que suenan más natural, menos tratados. Hay muchas opiniones al respecto. Lo que sí está claro es que el vinilo como objeto tiene mucho más valor que un CD. Para escuchar música digital tienes las plataformas, para escuchar música real tienes los vinilos.

He leído que, en la actualidad, queda muy “chic” comprar vinilos, pero que la gente no tiene plato para escucharlos. Vuestra decidida apuesta por el rosco negro tenía otras intenciones.

Me he encontrado con el caso de una persona que no se compró la colección entera, pero si el pack de 6 vinilos, y cuando yo le hice una pregunta después, como cliente (porque ha aparecido uno de los vinilos con algún defecto y hemos tenido escribir a todo el mundo y cambiarlos), me confesó que no lo había escuchado por qué no tiene tocadiscos, y es un cliente de Kasba. En el 2023 ya se compró unos cuantos vinilos por coleccionismo. Me dijo que tenía pendiente comprarse un reproductor, sin embargo, por diversas razones nunca se lo compró, pero quiere tener los discos en vinilo, este es un caso aparte, lo del esnobismo no va ni con nosotros ni con nuestros clientes.

¿Y cómo van las ventas? ¿Estáis contentos?

Estamos muy contentos, desbordados. La verdad es que ahora nos damos cuenta de lo que hemos hecho, porqué, si bien, en la rueda de prensa ya advertí que era un proyecto económicamente muy bárbaro y que estábamos con el agua al cuello, era peor de lo que creíamos. Hemos sobrevivido, sin excesivos problemas, gracias a la respuesta de la gente. Del primer álbum de la colección, vendimos alrededor de 400 vinilos en la web. Es lo que nos está permitiendo llegar a final de mes y cubrir los gastos del día a día.

El plan, en su inicio, tuvo un resultado positivo en nuestro entorno más cercano, gracias a los llamamientos que hicimos a través de redes sociales sobre los packs, que eran como un micro mecenazgo a posteriori. No queríamos pedir ayuda para hacer el proyecto, pero la necesitábamos. Tuvimos una respuesta rapidísima, pero también ha habido seguidores, desconocidos, que antes de publicar ninguno de los discos, de la colección, la estaba comprando entera. Esto nos sorprendió mucho y nos dimos cuenta que la gente había entendido el propósito y que no estamos aislados ni tan locos como creíamos.

Después de haber reeditado “Dels rics i dels pobres” (Pixamandúries) en el que tú cantabas y tocabas el bajo, ¿se te ha ocurrido volver a retomar tu faceta de músico?

¡No, por dios! La música para mí era una herramienta que estuvo conmigo durante 14 años, en los que todas las semanas utilizaba el micro o el bajo. De repente apareció Color Humano y me propusieron hacerles de manager. Yo trabajaba en un taller de serigrafía donde hacía merchandising para grupos y estaba empezando con otro grupo, la Troupe Colors. Amparo estaba embarazada y no podía hacerlo todo. No podía tener un grupo como hobby, hacer de manager de otro, también como hobby, tener mi trabajo de hacer camisetas y prepararme para ser padre, era demasiado. Decidí confiar en lo de Color Humano, me gustaban muchísimo, era algo nuevo en lo musical pero que transmitía una energía punk total y ahí supe que para mí lo importante de la música y lo que me ha aportado más son las relaciones humanas, y me las seguirá aportando si hago de manager. Es lo que hacía: ir con un grupo a locales okupados, a centros libertarios, a centros musicales alternativos y seguir en ese mundo. A día de hoy sigo súper satisfecho de haberlo hecho. He cogido el bajo esporádicamente alguna vez en los últimos años, para hacerle un homenaje a mi hermano con los Mataesquiroles y para ayudar a una amiga que estaba presa en Argentina con los Pixamandurries. Poco más.

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Marina Tomàs

Tiene mucho de aventura la fotografía. Supongo que por eso me gusta. Y, aunque parezca un poco contradictorio, me proporciona un lugar en el mundo, un techo, un refugio. Y eso, para alguien de naturaleza más bien soñadora como yo, no está nada mal.

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